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Tiempo después

Pocas películas de culto del cine español son tan celebradas como Amanece, que no es poco (1989) de José Luis Cuerda. Obra cumbre del humor absurdo, el director regresaría a la comedia surrealista con Así en el cielo como en la tierra (1995). Cuerda vuelve ahora con otra secuela espiritual de Amanece con Tiempo después (2018).

Tiempo después

Nos encontramos en el año 9177, más o menos. La civilización se ha visto reducida a dos enclaves representativos: un campamento de chabolas poblado por parados y un gigantesco edificio en el que viven los diferentes representantes del poder y la sociedad. Un día, José María (Roberto Álamo), un parado, decide ponerse a vender limonada en el edificio, trastocando el delicado equilibrio que sostiene el mundo. Con este argumento Cuerda nos introduce en el delirante, alegórico y simbólico universo de Tiempo después. Un universo al que da vida un kilométrico reparto en el que aparecen Blanca Suárez, Miguel Rellán, Antonio de la Torre, Carlos Areces, Secun de la Rosa, Arturo Valls, Raúl Cimas, Joaquín Reyes, Gabino Diego, Berto Romero y un larguísimo etcétera.

Alcalde (Manolo Solo), Don Alfonso (Miguel Rellán), Almirante Zalduendo (Martín Caparrós), Morris (Daniel Pérez-Prada), Eufemiano (Carlos Areces), Méndez (Blanca Suárez), Pozueco (Raúl Cimas), Arriondas (Joaquín Reyes)

Y en este punto he de confesar que, si bien todas las críticas y comentarios sobre una película son subjetivos, disimulado mas o menos, en este caso concreto es su principal factor. Soy muy fan de Amanece, que no es poco, creo que es una de las mejores comedias de la historia. Este nuevo trabajo de José Luis Cuerda sigue este tipo de humor absurdo y surrealista, enfatizando los elementos de alegoría política y social. Un estilo que personalmente me hizo reír de principio a fin. Risas provocadas por frases del estilo “pues a mí Hegel me pone” pronunciada por una adolescente choni. Por un barbero poeta. Por hombres que vuelan. Por muchos toques demenciales sin sentido, ejecutados mediante diálogos expresamente artificiales y literarios. Si este estilo de comedia no va con vosotros y vosotras, poco puedo hacer para convenceros de la maestría de esta película. Aunque lo intentaré.

Locutor (Andreu Buenafuente), Galbarriato (César Sarachu) y José María (Roberto Álamo)

Curiosamente, este film me recordó otra comedia, en este caso una sátira de humor muy negro, dirigida por Ben Wheatley. Me refiero a High-Rise (2015), fantástica adaptación de la genial novela de J. G. Ballard Rascacielos. Cierto, ambas no podían ser más distintas pero las dos adoptan la figura del rascacielos, del megaedificio, como metáfora social. Dentro del edificio de Tiempo después nos encontramos recreados todos los estamentos sociales, cada en su departamento. Unos departamentos que son como el Tardis (más grandes por dentro que por fuera). Cada habitación está identificada con un letrero, que van del claro “Barbería García” a otros más esotéricos como “Ginecología dental” y “La habitación que me da miedo”. Los inquilinos de este edificio, cada uno con su lugar asignado, son personajes arquetípicos, con lo que la crítica y el comentario social resultan universales y atemporales.

Sor Sacramento (María Ballesteros), Fray Vicente (Pepe Ocio), José María (Roberto Álamo), Méndez (Blanca Suárez) y Galbarriato (César Sarachu)

Su ambientación, sus personajes y su guión hacen de Tiempo después una película que, además de descacharrante y divertidísima, es muy interesante y especialmente relevante en los tiempos caóticos que vivimos. Por eso os recomiendo que pongáis un poco de cómico surrealismo en vuestra vida.


póster de Tiempo después
Tiempo después
En el 9177, mil años arriba, mil años abajo –que tampoco hay que pillarse los dedos con estas minucias-, el mundo entero –y según algunos autores, el universo también- se ha visto reducido a un solo Edificio Representativo y a unas afueras cochambrosas habitadas por todos los parados y hambrientos del cosmos. Entre todos estos desgraciados, José María decide que, con las dificultades que haya que salvar y mediante la venta en el Edificio Representativo de una riquísima limonada que él manufactura, otro mundo es posible.
Director: Jose Luis Cuerda
Reparto principal: Blanca Suárez, Roberto Álamo, Arturo Vall, Miguel Rellán, Manolo Solo, Antonio de la Torre, María Ballesteros, Secun de la Rosa, Andreu Buenafuente

© Imágenes: eOne Films