Artículos

Deja que ya lo hago yo, Wonder Woman

La vendieron como la película feminista del año, un antes y un después en la manera de plantear las películas de Superhéroes.

Deja que ya lo hago yo, Wonder Woman

Gracias por nada Patty Jenkins.

Cuando tratan insistentemente de convencernos que una peli es la peli feminista yo, personalmente, desconfío. Por norma general se trata de una exageración, de maquillar un film de los de toda la vida con algunos guiños en pro al feminismo, pero siempre desde una propuesta light sin tampoco comerse mucho el tarro. Vamos un pinkwashing en toda regla, películas más o menos entretenidas con protagonistas femeninas, nada nuevo bajo el sol.

Pero lo de Wonder Woman (Patty Jenkins, 2017) es directamente un chorreo, nos han metido un embudo en la garganta y nos la hemos comido.

Analicemos el film. En este humilde análisis que escribo desde la ira más profunda habrán un montón de Spoilers.

En un inicio se nos presenta a una joven Diana, un tostón repleto de clichés sobre como funciona un matriarcado. Todas son mujeres heteronormativas, bien vestidas y depiladas en un mundo sin hombres. En ningún momento se hace referencia a lo más obvio, que en un mundo sin señores a la vista, ellas se comen el coño en hermandad, hubiera sido bonito ver eso, pero no. Por el contrario nos cuentan la historia de las amazonas, vamos, unos 15 minutos hablando de las movidas personales entre dos señores (Zeus y Ares) y cómo Zeus al no saber resolver sus problemas crea a las Amazonas. Y todo el rato en plan «Oh Zeus que majo eres, gracias por crearnos», pues no Hippolyta, no le debéis nada.

Wonder Woman de chiquilla

Diana todavía no lo sabe pero resulta que es una máquina de matar, la única capacitada para matar a Ares y a quien haga falta. La entrena su tía Antiope y enseguida Diana destaca por ser una gran guerrera. Pero todo esto planteado de una forma muy naïf y tremendamente aburrida. Sinceramente esperaba ver una peli muy burra de hostias como panes, pero me olvidé de que las mujeres no pegamos hostias sino que como mucho hacemos crossfit.

Vale, estamos con Diana que ya es una mujer adulta y vive en Themyscira, un lugar (insisto) dónde solo viven las Amazonas, no hay señores, nunca ha visto un tío en su vida, por lo que nos hace deducir que obviamente Diana es bollera y a mucha honra. Pues no amigas, a la que aparece en escena un tipo insufrible, que le ha montado un show lleno de prusianos disparando y que por su culpa han muerto varias de sus compañeras, pues con todo su coño, Diana se enamora de él.
¿Vas en serio Patty Jenkins?

A partir de ese momento la sucesión de clichés resulta vomitiva. Es que ni lo menciono porque de verdad que es nauseabundo.

Empieza entonces el mansplaining más largo y descarado de la historia del cine. Diana es Wonder Woman, la única tipa capaz de destruir incluso a un dios, la llaman literalmente “La mata dioses”, no sé si me explico. Pues no va Diana, Wonder Woman, y abandona su tierra natal, su familia, sus compañeras, su vidorra en un paraíso sin cuñados, para acompañar a un espía del Deliplus a entregar un cuaderno a un señor importante de Londres. Vaya Wonder Woman, pensaba que eras un poco más lista. Hay un detalle que a mí personalmente me fascina, están los dos en una barca y sucede un momento patético en que el tipo le dice a Diana que no es normal que duerman juntos y bueno lxs guionistas se lo montan para tratar de crear una tensión sexual infantil y deprimente en la que el tipo trata de explicarle de que va el sexo, porque claro, cómo nunca ha visto un hombre en su vida pues no sabe de que va la cosa, obviamente las mujeres entre nosotras nunca follamos.

Ya en ese momento esperaba que ella le contestara «¿qué me cuentas?, he follado con todas mis amigas», pero sorprendentemente le explica que se ha leído un libro sobre placer carnal o no sé qué milonga. Mi pregunta es simple, ¿para qué una mujer criada entre mujeres y apartada del género masculino necesita ser instruida en el deseo heterosexual? Y su frase de «Los hombres son esenciales para la procreación pero cuando se trata de placer son innecesarios» es algo que ya sabíamos todas.

Diana, La Mata Dioses, Wonder Woman, tiene que soportar que constantemente se hagan comentarios sobre lo que es evidente, es una mujer y es guapa. Pero no es solo eso, se la cuestiona constantemente, su forma de vestir, su forma de pensar, su forma de actuar… A ver espía cuñado, has visto cómo esta mujer es capaz de machacar cualquier cosa que se le ponga delante, ¿puedes parar de decirle que es lo que tiene o no que hacer? ¿Puedes parar de tratar ridículamente de hacerte el héroe? ¿Puedes dejar de dar tantísima pena? Wonder Woman no es ni siquiera la protagonista del film, sino que termina siendo una simple herramienta de cuatro tipos que son un cliché andante, da muchísima vergüenza, de verdad, ver en 2017 representar a un grupo de hombres como “el presunto guapo”, “el indio”, “el escocés alcohólico” y “el turco ladrón”. Todo parece un chiste malísimo.

¿De verdad Wonder Woman necesita un hombre?

Momentazos de Wonder Woman, acaba de destrozar media aldea y viene nuestro “presunto guapo” y le dice «espérate, podría ser peligroso, ya voy yo», ¿en serio? Es Wonder Woman, ¡qué coño se va a esperar a que vayas tu a hacer nada! Es que mirad la peli y tratad de sustituir Wonder Woman por Superman, imaginaros a Lois Lane diciéndole a Superman «ya voy yo que tú no sabes», ¿impensable verdad?

Doctora Veneno, estamos hablando de una mujer, científica y sádica, una mujer despiadada que su único propósito es destruir prácticamente toda la humanidad y que encima puede hacerlo porque es muy lista. Pues bien, su personaje que podría haber sido la villana más mortífera de todos los tiempos se reduce a ser la dealer de un tipo que no hace nada en absoluto más que esnifar un gas que le da brillo en la cara. O sea, una mujer brillante y malvada a partes iguales que termina pasando desapercibida porque otra vez aparece un tipo que le dice «ya voy yo que tú no sabes».

Doctora Veneno (Elena Anaya)

Hay una escena delirante, en que el “presunto guapo” se cuela en un guateque que han montado los prusianos haciéndose pasar por un alto cargo alemán, todo eso hablando alemán con acento de Londres cerrao, muy lógico todo, muy tontos los alemanes que no saben distinguir ni su propio acento. Entonces, en esa fiesta de gala, nuestro “guapo” se encuentra con la Doctora y con dos cojones su plan es seducirla. Para empezar, ¿la Doctora no reconoce que ese “guapo” es el mismo “guapo” que le robó su cuaderno? Para terminar, ¿en serio una mujer tan lista y tan sádica le va a seguir el rollo a un “guapo» cualquiera? ¿A eso nos reducimos las mujeres? ¿A perder el culo por el primer tipo que se nos ponga delante?

Da igual que seamos científicas o superheroínas, al final se nos reduce a ser la sombra de un hombre.

Y para terminar, vemos a una Wonder Woman hablando constantemente de amor, una Diana que siendo ella una máquina de matar implacable y el único estímulo que tiene para derrotar a Ares es la muerte del “supuesto guapo”. Lamentable. Al final el héroe es el hombre y la mujer se reduce a un personaje cuya única ambición es ser amada por un hombre.

A todas esas personas que han estado hablando de lo feminista que es esta película solo espero que os hayan pagado bien.

Toma Wonder Woman