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Saga: La noche de los muertos vivientes

Pocos directores pueden presumir de dar forma a todo un género. George A. Romero lo hizo con una película. Las siguientes entregas que realizó, creando una de las sagas más importantes dentro del cine de terror, daría forma a la ficción sobre zombis tal y como la conocemos hoy. Vamos a explorar las películas que forman parte de esta saga y cómo afectaron al cine de terror para siempre.

Saga: La noche de los muertos vivientes

PRIMER CICLO

La noche de los muertos vivientes

La noche de los muertos vivientes

(Night of the Living Dead, 1968)

En Pittsburg, Pennsylvania (Estados Unidos), una pequeña compañía de publicidad ganaba notoriedad en los años 60 del siglo XX. Se trataba de The Latent Image, una compañía creada por George A. Romero, John A. Russo y Russell Streiner. A pesar del éxito que estaban teniendo, ninguno de los tres estaba interesado en quedarse en el mundo de la publicidad, la idea era ganar experiencia para hacer películas.

Entrar en el mundo del cine era el objetivo, pero no era algo fácil. Romero empezó a escribir un guion, basado en un cuento suyo, con la esperanza de que sería la clave para pasar de la publicidad al cine. El guion fue terminado por Russo y llevaba el título de La noche de Anubis. Luego, el título se volvería a cambiar por el de La noche de los gules, que sería de nuevo cambiado por el definitivo La noche de los muertos vivientes.

El guion contaba una sencilla historia que no sería demasiado complicada de hacer con el bajo presupuesto con el que contaban. Los contactos hechos con diversos técnicos y especialistas rodando anuncios demostrarían ser muy útiles. Con el reparto escogido y las localizaciones escogidas, el rodaje transcurrió con las dificultades típicas de los bajos presupuestos, pero nada destacable. Una vez terminado el rodaje y la posproducción, Romero estaba bastante contento con la sencilla película de serie B que habían rodado, creía que tenía posibilidades de funcionar comercialmente.

Mientras Romero y Russo viajaban en coche con las latas de la película en el maletero, escucharon en la radio que Martin Luther King, Jr. había sido asesinado. Fue entonces que Romero se dio cuenta de que lo que tenían en el maletero podía ser mucho más poderoso que una simple película de serie B. Y tenía razón.

En muchas entrevistas, George A. Romero ha comentado repetidamente que su intención con La noche de los muertos vivientes no era hacer una metáfora social, algo que sí hizo de forma consciente en las siguientes entregas. Sin embargo, la estructura y los personajes forman un comentario social que resume perfectamente la sociedad americana de la época. Que este comentario social se hiciera de forma inconsciente lo hace mucho más interesante, incluso certero, que si lo hubiera hecho de forma consciente. El grupo de personajes que se queda atrapado en una granja cuando los muertos vuelven a la vida sin explicación representa cada uno un estamento social que durante aquella época había vivido entre grandes turbulencias sociales.

Duane Jones en La noche de los muertos vivientes

Duane Jones fue elegido para interpretar al protagonista Ben porque fue el mejor actor que se presentó en las audiciones. Para Romero y su equipo no tuvo mayor importancia. Pero la triste realidad era que en la década en que se produjo el film, no había protagonistas afroamericanos, con la excepción de Sydney Poitier. No es hasta la llegada de los años 70 y la blaxpoitation que actores negros tendrían la oportunidad de interpretar a los personajes principales, aunque fuera una representación en ocasiones problemática.

El pesimista final y tener como protagonista a un hombre negro, explica la mencionada reacción de Romero cuando escuchó la noticia del asesinato de Martin Luther King, Jr. Sin quererlo, había hecho una película de terror con conciencia social, algo que no pasaría desapercibido entre la crítica.

Pero La noche de los muertos vivientes no es solo un clásico del cine y del cine de terror por contener una alegoría social. El film fue revolucionario dentro del género al inventar una nueva manera de representar a los zombis.

Hasta entonces, desde La legión de los hombres sin alma (White Zombie, Victor Halperin, 1932) hasta La maldición de los zombies (The Plague of the Zombies, John Gilling, 1966), los zombis se habían representado siguiendo el folclore vudú: los muertos resucitados eran esclavos de un brujo, villano principal de la función. Con la llegada del clásico de Romero, esta interpretación del muerto viviente prácticamente desapareció, exceptuando títulos puntuales como La serpiente y el arco iris (The Serpent and the Rainbow, Wes Craven, 1988). Ahora domina el zombi hambriento de carne humana sin raciocinio. Sin embargo, aunque muchos ahora lo imitan, Romero tenía un estilo particular de representar el apocalipsis zombi. En sus películas, los zombis son una molestia, son los prejuicios y la incompetencia de las personas lo que acaba provocando su muerte.

Por si no fuera bastante con su alegoría social y su reinterpretación de un monstruo cinematográfico clásico, el film de George A. Romero es también importante dentro del cine de terror por ser uno de los títulos que llevaron el género hacia terrenos más adultos, ambientados en un entorno urbano, influido por títulos como el gran clásico Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960), El último hombre sobre la Tierra (The Last Man on Earth, Ubaldo Ragona, Sidney Salkow, 1964) y El carnaval de las almas (Carnaval of Souls, Herk Harvey, 1962). Un estilo que quedaría definitivamente cimentado con la también clásica película de Roman Polanski La semilla del diablo (Rosemary’s Baby, 1968).

A pesar de que el film fue un triunfo en todos los sentidos, Romero y su equipo no pudieron disfrutarlo, ya que durante los cambios de título se olvidaron de poner el copyright en el definitivo. La película entró así en el dominio público, siendo sus autores los únicos que no se beneficiaron del éxito. Esto también provocó que se hayan hecho distintas manipulaciones y nuevas versiones, la mayoría de ellas prescindibles excepto el remake oficial, que exploramos en la sección Remakes de este artículo.

El regreso de los muertos vivientes

Zombi (El regreso de los muertos vivientes)

(Dawn of the Dead, George A. Romero, 1978)
Versión extendida/Montaje del director/Montaje de Dario Argento

Tras La noche de los muertos vivientes, George A. Romero siguió dirigiendo interesantes películas, como la obra maestra Martin (1978) (que encontré en un videoclub bajo el título La noche de los vampiros vivientes), sin pensar en regresar a los muertos vivientes. Romero volvió a los zombis debido a dos hechos fortuitos: un empresario le llevó a ver un gran centro comercial que estaba a punto de abrir y una reunión con el cineasta Dario Argento.

En los años 70 del siglo XX empezaron a surgir los primeros centros comerciales en Estados Unidos. Cuando Romero visitó este nuevo tipo de edificio comercial lo relacionó con el consumismo y la mentalidad egocéntrica de la que se conoce como la década del Yo. Se plantó así la primera semilla de lo que sería una de las películas de zombis más conocidas e imitadas de la historia.

Pero solo era una semilla de idea hasta que Romero se encontró con Dario Argento en una cena. Argento le dijo lo mucho que le gustaba La noche de los muertos vivientes y le planteó hacer una secuela. Romero hasta entonces no había pensado en continuar su película (sobretodo teniendo en cuenta el final), pero no pudo rechazar la oferta de Argento. Así, el maestro italiano instaló en un apartamento en Roma a Romero y su esposa para que este escribiera el guion de lo que acabaría siendo Dawn of the Dead.

Esta vez sí que de manera consciente Romero introdujo un comentario social en la historia, unos toques satíricos a costa de una sociedad obsesionada con el consumo, añadiendo otro elemento a su manera de representar a los zombis: nosotros somos los zombis. Para ello, convierte un centro comercial abandonado en el refugio usado por los protagonistas, con los zombis atraídos por el vago recuerdo que tienen del centro comercial. En la novelización que escribió Romero junto a Susanna Sparrow, también se hace mucho énfasis en que la acción inicial transcurre en Filadelfia, la cuna de la democracia americana, y lo rápido que todo se desmorona. El film, por otro lado, no es una secuela convencional: no recupera ningún personaje (tampoco es que pudiese) del anterior film, sino que presenta una evolución de la situación. En La noche vemos cómo empiezan los muertos a salir de sus tumbas y en Zombi vemos cómo la sociedad se desmorona a partir de este hecho.

Las circunstancias de la escritura del guion, en una fantástica estancia en Roma, quizá fueran las responsables del distinto tono que tiene esta película respecto a la anterior. Con mayores dosis de acción y humor, Dawn of the Dead tiene un estilo que Romero definió como “puro comic-book”.

Ya desde el principio se marcan las distancias con La noche, en el frenético inicio en el estudio de televisión, en plena crisis, siguiendo con la secuencia en el gueto. En las escenas más tranquilas, cuando los protagonistas se han instalado en el centro comercial, Romero no abandona el humor negro y la ironía.

Otro de los elementos que llama la atención también desde el principio son los efectos especiales y de maquillaje de Tom Savini, que, al estrenarse la película sin pasar por la censura, impresionaron a los espectadores de todo el mundo. Aunque, dependiendo de dónde se encontrara el espectador, este vio una versión distinta del film.

Existen tres versiones distintas de Zombi, todas ellas editadas en DVD/Blu-ray (no incluyo los montajes hechos por fans que combinan metraje de las tres versiones, debido a su naturaleza amateur).

Versión extendida (139 min.): Erróneamente calificada como “montaje del director” en las primeras ediciones en DVD, está versión es el primer apresurado montaje que hizo George A. Romero para presentar el film en Cannes a los distribuidores. La banda sonora era temporal y la edición todavía no era la definitiva. Resulta interesante para los fans por las escenas luego eliminadas, pero puede hacerse algo pesada.

Versión del director (127 min.): Esta es la versión que fue estrenada en cines en Estados Unidos. Es la versión que Romero considera como la suya. De las tres, esta es la mejor versión, está claro. La banda sonora mezcla la música de Goblin con los temas de librería, algo a lo que Romero ya había recurrido anteriormente debido a los bajos presupuestos con los que trabajaba, y presenta un mejor balance entre las secuencias de acción y el desarrollo de los personajes.

Versión de Dario Argento (118 min.): Esta es la versión que se vio en Europa con el título Zombi. Argento y Romero habían llegado a un acuerdo según el cual Romero tendría libertad para editar su versión para Estados Unidos y Argento editaría una versión para Europa. En esta versión toda la banda sonora corre a cargo de Goblin y se editó priorizando la acción y la violencia, sacrificando el desarrollo de los personajes, aunque en esta versión aparecen ángulos y momentos que no aparecen en la versión de Romero. Su éxito fue tan grande que generó su propia saga de películas, empezando con la falsa secuela que dirigió Lucio Fulci Zombi 2 (1979), que en España se tituló Nueva York bajo el terror de los zombis.

Las tres versiones tienen sus puntos de interés, pero, como ya hemos indicado, la superior es la versión de Romero y es la que recomendaría a alguien que no haya visto esta película. Por otro lado, debido a que no está sujeta a derechos, recientemente se anunció La noche de los muertos vivientes 2, basada en un guion sin producir de John A. Russo. Russo escribió este guion a finales de los 70, cuando Romero anunció su intención de hacer una secuela. Tras algunas negociaciones, Romero y Russo acordaron desarrollar cada uno sus secuelas sin conexión. Cuando no se produjo originalmente, Russo novelizó su guion y lo publicó, actualmente se puede encontrar en un volumen que recopila también la novelización que escribió de La noche. Sin embargo, aunque no se filmara el guion de Russo, su proyecto de una secuela acabó originando El regreso de los muertos vivientes (The Return of the Living Dead, Dan O’Bannon, 1985). La mejor película de zombis de la historia no dirigida por George A. Romero, su éxito provocó que iniciara su propia saga y fue seguida de cuatro secuelas. Curiosamente, Russo también escribió la novelización del film de Dan O’Bannon, así que Russo publicó dos novelas completamente distintas con el mismo título: Return of hte Living Dead.

Con su mezcla de acción y humor negro y debido a su gran éxito, Dawn of the Dead fue la película que se convirtió en el modelo a seguir por las siguientes películas del género hasta nuestros días, en los que su influencia es más evidente que nunca.

El día de los muertos

El día de los muertos

(Day of the Dead, George A. Romero, 1985)

Puede que resulte una blasfemia pero, para mí, El día de los muertos es la mejor entrega de la saga.

Originalmente creada para ser la épica conclusión de una trilogía, cerrando el ciclo noche-amanecer-día, George A. Romero creó un complejo guion que relataba el colapso definitivo de la civilización. La acción se repartía entre la superficie, en una ciudad en decadencia que apenas mantiene a raya a los muertos vivientes, y bajo la superficie, en una base militar subterránea donde se trabaja para encontrar un remedio para detener a los zombis. Pero este no fue el guion que se filmó.

Romero quería estrenar la película sin pasar por la censura, como había hecho con Zombi. Pero, considerando lo complicado que en aquel momento era estrenar películas sin el sello de aprobación de la MPAA, el estudio que financiaba el film le dio dos opciones: realizar el film de cara a conseguir una calificación R de la MPAA (menores de 17 años acompañados), o realizar el film sin restricciones de sangre y violencia pero con la mitad del presupuesto. Romero optó por la segunda opción, lo que significó rescribir el guion para concentrar toda la acción en la base subterránea.

En esta base subterránea la población se divide entre militares y científicos, con ambas facciones en continuo conflicto. Cuando arranca la película, se supone que ya llevan tiempo bajo tierra, así que las tensiones y los enfrentamientos entre los dos grupos son cada vez más graves, hasta desembocar en el conflicto final. De nuevo, el argumento servía para que Romero hiciera un análisis sobre la cultura americana en los 80, con un tono mucho más oscuro y pesimista que la anterior película.

En el film, además de los efectos de especiales y de maquillaje de Tom Savini, que contó en su equipo con unos jóvenes Greg Nicotero y Howard Berger, ofrece algunos de los personajes más memorables de la saga. Joe Pilato resulta inolvidable como el psicópata y fascista capitán Rhodes, un villano tan pasado de vueltas cuya escena final es uno de los puntos álgidos de la saga. Y luego tenemos a Bub.

En cada película, Romero había ido evolucionando sus zombis, no se mantenían iguales de film a film. Bub, interpretado por Sherman Howard, era la culminación de este proceso: un zombi “domesticado”, con personalidad. El significado está claro: los zombis son la nueva sociedad.

En el momento de su estreno El día de los muertos fue un fracaso. En mitad de los 80, el género se había llenado de películas que mezclaban terror y comedia, con énfasis en los efectos especiales para crear criaturas fantásticas y transformaciones. Era también la década del slasher. Añadido a lo complicado de estrenar una película sin censurar, se entiende que en aquel momento la película no funcionara. Pero fieles creyentes, como el que esto escribe, lograron que, con el tiempo, se convirtiera en un film de culto y fuera revalorizado.

Coincidiendo con el estreno de Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, Zack Snyder, 2004), se estrenó una falsa secuela directamente en video de El día de los muertos de Romero: El día de los muertos 2: Contagium (Day of the Dead 2: Contagium, Ana Clavell, James Dudelson, 2005). Esta secuela solo de título fue filmada con cuatro duros y es increíblemente cutre e incompetente, al nivel de La noche del terror (Le notti del terrore aka Burial Ground: The Nights of Terror, Andrea Bianchi, 1981). ¿Cómo de incompetente? Dejando de lado las terribles interpretaciones y el soporífero centro de la película, el film nos ofrece momentos como cuando se dispara a un hombre en la cabeza y esta explota por detrás sin que aparezca la herida en la frente. Al parecer no tenían dinero para fogonazos de disparo, así que cuando se disparan las armas simplemente se oye el ruido y se mueven hacia arriba, siendo obvio que no se está disparando nada, enfatizado en algún momento cuando se hace un primer plano del arma y se ve que no tiene el cañón hueco. Los momentos en que se tira sangre falsa a los zombis para fingir heridas de bala también provoca alguna carcajada. Como ya he dicho, se trata se una secuela falsa y por eso no tiene su propio apartado, pero la menciono porque es posible que a los amantes del cine basura les resulte divertida. Se editó en DVD en España y es fácil de encontrar.

La tierra de los muertos vivientes

La tierra de los muertos vivientes

(Land of the Dead, George A. Romero, 2005)

Escrita originalmente a finales de los 90, con el título Dead Reckoning, esta cuarta entrega no encontró estudio que la quisiera producir. La fiebre patriótica tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 hizo que fuera aún más complicado que George A. Romero encontrara quién le produjera un guion crítico con la clase política. Esto es así hasta que el éxito del remake Amanecer de los muertos facilitó que Romero finalmente pudiera filmar su guion con el título de La tierra de los muertos vivientes.

En esta cuarta entrega se recicla material descartado del guion de El día de los muertos, en concreto la ambientación en una ciudad al límite. Romero aprovechó la ocasión para satirizar la administración Bush, como indica el Kaufman de Dennis Hopper que era una imitación de Donald Rumsfeld. Además, en el film nos encontramos con distintos cameos, como una aparición de Tom Savini retomando el personaje que interpretó en Zombi.

Esta entrega tiene un tono más ligero que la anterior, más cercano al tono de Zombi, así como también se enfatiza la acción. Abundantes toques de humor negro enmarcan una historia que muestra una nueva evolución del zombi, con un líder que guía a los muertos vivientes hacia la victoria.

En cines el film no fue un fracaso pero tampoco un gran taquillazo. Cuando se editó en DVD/Blu-ray lo hizo con un montaje del director que es una versión mucho más redonda de la historia. Una historia que resulta si bien no muy original, sí entretenida. Aunque no está al nivel de la trilogía original, es una película de zombis mucho mejor que la media de lo que estrenó entonces y ahora.

SEGUNDO CICLO

El diario de los muertos

El diario de los muertos

(Diary of the Dead, George A. Romero, 2007)

Con esta película se iniciaba un nuevo ciclo. En plena moda de found footage, George A. Romero decidió experimentar con el formato y, según cuenta en un comentario incluido en el DVD/Blu-ray, le pareció que la mejor forma de hacerlo era empezar de cero. Así que con este film arrancaba una serie de películas que desarrollaba un nuevo apocalipsis zombi. Y, la verdad sea dicha, no empezó de la mejor manera.

El film gira en torno a un grupo de estudiantes de cine que, mientras se encuentran rodando una película de terror, son atacados por unos zombis. Los muertos han empezado a salir de sus tumbas. El equipo decide seguir filmando este fenómeno mientras intentan sobrevivir y llegar a casa de los padres de uno de ellos. Un argumento bastante típico dentro del género. Pero el problema no es ese, sino que Romero no logra desarrollar la historia de forma interesante.

Fotograma de El diario de los muertos

Romero siempre había tenido algo que decir sobre la sociedad con cada película de zombis. Cada nueva aportación había acabado siendo un análisis bastante preciso del momento en que había sido producida. Pero con esta película, producida dos años después de La tierra de los muertos vivientes, no tiene nada que decir o que aportar. O, al menos, nada que no hubiese sido dicho ya. Parece más centrada en jugar con el nuevo formato.

Por supuesto, siendo un film de Romero tiene puntos de interés, pero precisamente por eso también es algo decepcionante.

La resistencia de los muertos

La resistencia de los muertos

(Survival of the Dead, George A. Romero, 2009)

La última película que George A. Romero dirigió antes de morir tal vez sea la más incomprendida. La acción transcurre en una isla en la costa norte de Estados Unidos, en la que dos clanes familiares, los O’Flynn y los Muldoon, sobreviven el ataque de los zombis y una larga y sangrienta disputa entre ambos. Con la llegada de un grupo de supervivientes, la situación se encaminará hacia el conflicto final.

Como decíamos al principio, en las películas de zombis de Romero, los zombis son más una molestia que otra cosa. Lentos, torpes, sin inteligencia, aparentemente sería fácil dominarlos. El problema es la naturaleza humana, de ahí proviene el auténtico terror en estas películas. Los prejuicios, los fanatismos y la incompetencia son los que realmente provocan el colapso de la civilización. Por eso, este film se centra más en los conflictos humanos, la disputa entre los O’Flynn y los Muldoon originada por tener cada uno una manera distinta de enfrentarse a la situación.

Sin embargo, el público en aquel entonces no quería enfoques más sutiles sino más violencia zombi. Una demanda que ha acabado por saturar el género y casi matarlo, con pocos títulos realmente interesantes producidos en la actualidad.

Romero murió antes de poder seguir con la serie, de la que ya tenía escrita una nueva entrega: Road of the Dead. Una entrega en la que tenía pensado dejar la dirección en manos de Matt Birman, el cual, desde que saltó la noticia de la muerte de Romero, está determinado a llevar adelante el proyecto. Una precuela de la película en formato miniserie de tres números fue publicada por IDW en Estados Unidos.

REMAKES

La noche de los muertos vivientes 1990

La noche de los muertos vivientes

(Night of the Living Dead, Tom Savini, 1990)

Ya hemos mencionado que, debido a un despiste, La noche de los muertos vivientes quedó libre de derechos. Eso significó no solo que en su momento los autores no recibieron ningún beneficio económico cuando se estrenó en cines, sino que además, con el tiempo, fue sujeta a diversas manipulaciones, como una horrible versión colorizada y una más horrible aún “versión extendida” (que consiste en escenas rodadas en vídeo que luego fueron insertadas en la película original). Y también ha sido objeto de diversas nuevas versiones, desde animadas a en 3D.

El único remake oficial fue el dirigido por Tom Savini en 1990, producida y escrita por el propio George A. Romero. Savini, colaborador de Romero desde los inicios y un maestro de los efectos especiales, había debutado como director dirigiendo varios episodios de Cuentos desde la oscuridad (Tales from the Darkside, 1983-1988), serie antológica de terror y fantasía creada por Romero, así que su elección para dirigir el remake resultaba muy natural.

El guion de Romero se mantiene muy fiel al guion que escribieron él y John A. Russo. Tal vez demasiado fiel, no hay grandes cambios en lo que se refiere a la historia. El único gran cambio es que, mientras en el film original Barbara quedaba superada por los eventos y no hacía gran cosa, en la nueva versión, interpretada por Patricia Tallman, adopta un rol mucho más activo e interesante.

Si bien el guion no presentaba grandes innovaciones, Savini ideó toda una serie de secuencias y planos de acción zombi que podrían haberle proporcionado un toque más personal. Por desgracia, estas ideas solo existen en forma de storyboards (incluidos en la edición en Blu-ray de Umbrella), ya que no se le dio ni el tiempo ni el dinero para llevarlas a cabo. Menahem Golan fue el productor ejecutivo, lo cual aclara muchas cosas, ya que el productor era famoso por recortar presupuestos en pleno rodaje.

De todas formas, el film de Savini resulta interesante y muy entretenido. Los efectos, como os podéis imaginar, son fantásticos y el film cuenta con un reparto notable que incluye grandes nombres del género como Tony Todd, Tom Towles y Bill Moseley.

Amanecer de los muertos

Amanecer de los muertos

(Dawn of the Dead, Zack Snyder, 2004)

Dirigida por un desconocido Zack Snyder y escrita por un también desconocido (para los que no eran fans de la Troma o Scooy-Doo) James Gunn, Amanecer de los muertos no necesita demasiada presentación. Un tremendo éxito que contribuyó a crear la moda de cine zombi que llega hasta nuestros días. Incluso diría que muchos de los que fueron a ver esta película desconocían por completo el clásico de George A. Romero en que se basaba.

Amanecer fue producida a raíz de otra moda de entonces: los remakes de clásicos del cine de terror. Cuando se estrenó la película de Snyder, esta tendencia se encontraba en sus inicios y aun quedaban muchos clásicos para ser “remakeados”, pero los pocos que se habían estrenado no hacían pensar que esta nueva versión fuera a funcionar. Sobretodo cuando presumía de haber introducido los zombis veloces cuando estos ya llevaban presentes mucho tiempo en el género (desde principios de los 80 del siglo XX).

Sorprendentemente, la película sí funciona. Hecha con mucho respeto y admiración por el film de Romero, la historia es prácticamente la misma solo que cambiando los personajes y las situaciones. De hecho, en una escena al principio se ve el helicóptero en que viajan los protagonistas del film de Romero yendo hacia su destino, lo que puede ser tanto un guiño como la sugerencia de que esta es una historia paralela a la de Romero. El hecho de que la película de Snyder esté más enfocada hacia el entretenimiento y la acción no va en detrimento de la calidad de la película, sobretodo gracias a unos personajes interesantes interpretados por un buen reparto de actores como Sarah Polley, Ving Rhames y Jake Weber.

Day of the Dead

Day of the Dead

(Steve Miner, 2008)

Igual que El día de los muertos 2, este remake de bajo presupuesto, estrenado directamente en vídeo, se puso en marcha para intentar aprovechar el éxito de Amanecer de los muertos. Incluso incluyeron a Ving Rhames en el reparto en un intento de que el espectador despistado pensara que este Day of the Dead era una secuela del film de Zack Snyder.

Al parecer, solo se fijaron en el éxito de Amanecer y no en cómo hacer correctamente un remake. Da la sensación de que simplemente se añadieron los nombres de algunos personajes del film de George A. Romero a un guion ya existente, porque la historia no tiene nada que ver con la de El día de los muertos.

Tópica y predecible, la película se ve además lastrada por unos pésimos efectos digitales. La edición está plagada de efectos Avid (lo que los americanos llaman “Avid farts”) que entorpecen la acción. Finalmente, los zombis son completamente ridículos: ser infectado da habilidades olímpicas a los infectados que son ultrarrápidos y más ágiles que Spiderman, incluso hay escenas en que vemos zombis deslizándose por los techos cual lagartijas.

Tal vez, con un director más entregado, se podría haber logrado que por lo menos la película fuera visible, pero uno se lleva la impresión que Steve Miner simplemente se presentó para indicar hacia dónde tenía que apuntar la cámara y se desentendió del resto.

Un film completamente prescindible. Ni siquiera te ríes.

Day of the Dead: Bloodline

(Hèctor Hernández Vicens, 2018)

Disponible en Netflix, este segundo remake del clásico de George A. Romero por parte, de nuevo, de Millenium Films es otra pérdida de tiempo. Aunque en esta ocasión sí que incorporan a la película la premisa del film de Romero y transcurre en su mayor parte en una base militar, no deja de ser otra repetición de lugares comunes. Su única incorporación “original” es la de un zombi “inteligente”, interpretado por Johnathon Schaech, pero es completamente desperdiciado en una trama de obsesión amorosa y no se hace nada interesante con el concepto.

Para decir algo positivo, es un poco mejor que el anterior remake Day of the Dead. Lo que significa que simplemente es mediocre en lugar de terrible.

COMICS

La saga de los muertos vivientes de George A. Romero ha inspirado no solo películas, también canciones, videojuegos, libros, como la antología en la que participó el propio Romero Nights of the Living Dead, y cómics.

De los cómics me gustaría destacar unos títulos, todos ellos editados en España, que creo interesantes por la implicación de Romero y John A. Russo como guionistas.

El imperio de los muertos
Romero fue el guionista de El imperio de los muertos, editado en tres volúmenes por Panini Comics. Situada en el mismo universo que sus películas, resulta interesante por diversos motivos. El principal es la incorporación de vampiros a su universo, en una historia épica en la que Romero puede dar rienda suelta a su imaginación sin tener que preocuparse por limitaciones de presupuesto.

Con guion de John A. Russo y Mike Wolfer, George Romero presenta Night of the Living Dead fue publicado en tres volúmenes por la desaparecida Glénat. La serie era una especie de precuela/secuela de la película de Romero, en la que Russo aplicaba su visión de los zombis. Básicamente mucha violencia y mucho sexo (os sorprenderá la cantidad de veces que los zombis desnudan a sus víctimas antes de devorarlas). Un estilo que continuó con Escape of the Living Dead y Escape of the Living Dead: Airborne, ambos publicados por Alberto Santos Editor en su sello Avatar. Todas ellas ambientadas en los años 70 del siglo XX, son lecturas divertidas, que se regodean en el gore, pero no aportan nada más allá de resultar entretenidas. Lo que no es poco.

El imperio de los muertos imagen

Finalmente, aunque no tuvo guion ni de Romero ni de Russo sino que corrió a cargo de David Hine, La noche de los muertos vivientes: El día después fue publicado en dos volúmenes por Panini. Aunque de hecho parece más bien ser una secuela de Dawn of the Dead por su ambientación, es, de nuevo, una lectura entretenida que sigue la línea de los cómics escritos por Russo.

Finalizamos aquí este recorrido por la saga creada por George A. Romero y las películas que ha inspirado. La aportación de Romero transformó significativamente el género y creó un antes y un después. Y también me gustaría recomendar el resto de la filmografía de este director, plagada de películas geniales y auténticas maravillas como Creepshow (1982).