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Amanece en Edimburgo

Un musical jukebox es un musical construido a partir de música y canciones ya existentes. En el caso de Amanece en Edimburgo (Sunshine on Leith, Dexter Fletcher, 2013) es con las canciones de The Proclaimers.

Amanece en Edimburgo

Davy (George Mackay) y Ally (Kevin Guthrie) regresan al hogar tras terminar su servicio militar en Afganistán. Los conflictos familiares y emocionales no tardarán en aparecer, mientras Davy empieza una relación con la inglesa Yvonne (Antonia Thomas) y Ally intenta llevar más lejos su relación con Liz (Freya Mavor), hermana de Davy.

Normalmente, los expertos y apasionados del musical tienen en muy baja consideración los jukebox. Entiendo estos prejuicios (si quieres escuchar los grandes éxitos de Abba lo mejor es escuchar los grandes éxitos de Abba), pero no los comparto a pesar de ser un entusiasta del musical, de West Side Story (Jerome Robbins, Robert Wise, 1961) a Hedwig and the Angry Inch (John Cameron Mitchell, 2001), ya que he visto un par de jukeboxs que sí me han gustado.

Amanece en Edimburgo

El principal problema, para mi gusto, de este tipo de musical es que resultan predecibles y las canciones normalmente parecen metidas con calzador en la historia. Sin mencionar que mentalmente vas comparando la original con la versión “musicalizada”. Sin embargo, admito que no soy conocedor de la obra de The Proclaimers, más allá de su canción I’m Gonna Be (500 Miles), así que pude ver Amanece en Edimburgo como un musical “de verdad”.

La sencillez de su historia no actúa en su contra, ya que la sencillez argumental es hasta cierto punto necesaria en un musical, para poder transmitir de forma efectiva las emociones y los giros argumentales utilizando canciones. Un aspecto por el que destaca la película es que los extras tienen el aspecto de gente normal, no bailarines profesionales, con lo que se transmite la sensación de que realmente se trata de gente que se pone a bailar y cantar de forma improvisada. Además, no hay coreografías muy elaboradas y en algunas secuencias consigue dar la sensación de que no están coreografiadas, contribuyendo a completar el efecto de “realismo musical”, por contradictorio que parezca.

Por supuesto, a una persona que no le guste los musicales, esta película no le hará cambiar de opinión. Personalmente, he disfrutado con Sunshine on Leith, y espero que otros se animen a ver este humilde musical escocés.

Estreno en las salas españolas el 19 de junio.

© Imágenes: Tripictures