¿Cómo hablar bien de una fantástica y trepidante novela en la que la protagonista de 13 años chupa pollas, bebe sangre y además es violada en varias ocasiones? ¿Lo arreglo si digo que se trata de una vampira de más de 40 años reales atrapada en el cuerpo de una niña de 13? En cualquier caso Memorias de una menor inmortal es ANÓNIMO, el/la/los/las autor/a/es/as pueden respirar tranquilos/as, aunque tal vez yo no.
Parece un placer culpable, pero su lectura no es pornográfica, diría más que resulta sexy.
Escrita en primera persona y ambientada en la Barcelona actual, narra las fechorías de Alba, la niña vampira de 13 años, que junto a sus amigas humanas cometerán el error de saborear demasiado la sabia de un portero de discoteca y tendrán que asumir las consecuencias.
Una prosa directa que nos sitúa en un marco de apenas unas noches, donde viejos sentimientos florecen en Alba y algunas sorpresas son desveladas cambiando el transcurso de los acontecimientos, hasta concluir en casi un final que puede dejarte lelo o con ganas de saber más.
Pero no solo va de ficción pues como decía, es una Barcelona, radiantemente, actual. Gracias a que es firmado como anónimo, no se corta en opinar abiertamente sobre, seguramente, compañeros de la esfera literaria barcelonesa. Critica abiertamente del estancamiento creativo, la lucha de egos y de que no ven más allá de las puertas del bar donde se reúnen.
Alba podría ser el comienzo de una saga vampírica muy urbana digno de Anne Rice o del éxito de Stephenie Meyer (autora de Crepúsculo). Y yo sería un ferviente seguidor.
Memorias de una menor inmortal, ha sido publicado en España por Melusina. rústica. 160 páginas. Tamaño 14 x 21 cm. ISBN: 978-84-96614-67-3