Tras conocer que Charlie Kaufman, responsable de los mejores guiones que ha dado el cine contemporáneo en los últimos años, ahí queda ¡Olvídate de mí! (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Michel Gondry, 2004), Cómo ser John Malkovich (Spike Jonze, 1999) o Adaptation (el ladrón de orquídeas) (Spike Jonze, 2002) por mencionar algunos…, iba a realizar una cinta de animación stop-motion no pude más que alegrarme. La noticia saltó al lanzar un crowdfunding que, por supuesto, arrasó con casi 6.000 patrocinadores y una recaudación de más de 400.000 dólares.
Nominada a mejor película de animación en los premios Oscar, Anomalisa está escrita por Charlie Kaufman, en solitario, y la co-dirige con Duke Johnson, experimentado director de cortometrajes de animación y que con esta película se enfrenta a su primer largo.
Michael Stone es el escritor de un libro de éxito que ayuda a comerciales y empresas rendir más. Él viaja por los Estados Unidos realizando charlas pero aborrece su vida con su mujer y su hijo al que detesta. Durante un viaje a Cincinnati cree encontrar sentido a su banal existencia. Ella se llama Lisa.
A pesar de ser una cinta de animación impecablemente realizada han ido a buscar la vertiente más real y menos fantástica de la historia, desaprovechando así una de sus ventajas. En palabras de sus responsables, querían que fuese lo más real y menos manipulado para que el espectador conectase con Michael, de ahí que tampoco hayan querido ocultar las piezas en que se componen los propios muñecos. Por lo que es visible las juntas de las piezas que corresponden a la cabeza, la frente y la mandíbula/boca. E incluso no llegan a pulir las texturas del material en que están fabricados. Siendo todo lo menos manipulado posible.
Originalmente Anomalisa se escribió y se escenificó como un radio-teatro en vivo, en que los actores leían el guión ante un público en el teatro. En la película repiten los mismos: David Thewlis, Jennifer Jason Leigh y Tom Noonan dando voces a los distintos personajes.
El guión no es nada complaciente, juega a la confusión ¿es real lo que estamos viendo? ¿es la locura de nuestro protagonista justificada? a Charlie Kaufman siempre se le dio bien ahondar en la mente y los impulsos de sus personajes ante la vida y en Anomalisa no se queda corto, aunque posiblemente la animación le haga llegar hasta el punto de la caricatura por las constantes escenificaciones de errores humanos (tropezones, cosquillas, …) Aunque tiene sus momentos, mi preferido es la escena más surrealista de la cinta en que Michael visita el despacho del responsable del hotel en que se aloja, ubicado en el sótano.
