Para qué engañaros. No puedo evitarlo. Me encanta sacarme los mocos. Allá donde vaya. Seguro que a vosotros también, pero sufrís una psicosis psicopática interna social, la cual os conlleva a ocultar este acto humano. Pero a mí me da igual. Soy una ninja. Esto es lo que pensaba en su cerebro de goma la muñeca de un escaparate de downtown LA, cuando las pijas enmascaradas de aspirina machacada por su cara la observaban por el Snapchat y lo compartían con todo el mundo, incluyendo sus profesores del college.
La muñeca pudo escapar del escaparate y por esto, sé todo esto. Sus preocupaciones. Las mías se basan en si mis actos en esta ciudad son apropiados. Aquí la cultura es muy diferente de donde vengo. El ritmo es mucho más rápido en todo. Todo. Las personas van más rápido, y a veces me quedo empanada, pero en realidad no estoy empanada, sino que simplemente los demás van a tope, alta velocidad. Yo soy bastante veloz, pero el tema es amoldarme a esta nueva sociedad, donde todo es distinto pero a la vez su esencia es encantadora para mí. Me recuerda tanto a Mallorca. Serán las palmeras. Y más preocupaciones. Me preocupa quedar mal, o parecer mal educada, o pesada, o neurótica, o fuera de lugar, o demasiado directa. Pero sé que la gente alucina con mi existencia en sí, así que sólo pienso que todo va e irá bien, y ya está. Las cosas son fáciles. Y más cuando la gente te ayuda, cuando sientes que no conoces de nada a tus nuevos amigos, a tus nuevos compañeros, a tus nuevos aliados, pero aún así están conectados a ti, y creen en ti, y te animan, y compartes momentos increíbles de un simple encuentro casual. Siempre hay momentos depresivos y difíciles, pero al final siempre triunfa lo positivo.
La música acompaña mis paseos. Y otra vez, aquí no suelen caminar mucho… Las calles vacías me fascinan, inmensas, infinitas de kilómetros de extensión, números de casas que se cuentan por miles, semáforos grises y negros, muy bonitos. Suciedad por las fachadas, basura por las calles, asfaltos abiertos por las raíces de los árboles, bien. Y todo este frenesí de creatividad y espontaneidad por todas partes. Para la gente que le interese, os recomiendo que investiguéis un poco sobre las movidas que realizan el VCLA (Video Collective de Los Ángeles). El domingo pasado se proyectó mi último videoarte, Zoapre, junto a muchos otros vídeos locos y también había una sección de humor de contenido muy muy bizarro encontrado por Internet. También os puedo recomendar que le echéis un vistazo a las propuestas del Echo Park Film Center y a la cartelera del Cine Family, donde proyectan películas de verdad y no mierda mainstream. Y si queréis wild extrem life, tenéis que ver en directo desde Periscope, Highland Park TV, donde he hecho de cámara.
Y esta crónica es menos fantasiosa porque Bouman me echó la bronca de que me iba por las ramas… Igualmente soy partidaria de dejar fluir mi imaginación, así que esto sólo ha sido un paréntesis de lo que os acontece próximamente. Todo el mundo se merece un descanso y aquí lo tenéis.
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