El director Matthew Vaughn ha adaptado en dos ocasiones cómics escritos por Mark Millar, con el resultado de que tanto Kick-Ass: Listo para machacar (Kick-Ass, 2010) como Kingsman: Servicio secreto (Kingsman: The Secret Service, 2014) fueron grandes éxitos que mejoraban notablemente el material en que se basaban. Ahora, Vaughn regresa al universo de la agencia Kingsman con Kingsman: El círculo de oro (Kingsman: The Golden Circle, 2017), aunque partiendo de una historia creada expresamente para la película escrita por Vaughn y Jane Goldman.
Eggsy (Taron Egerton) y Merlin (Mark Strong) son los únicos supervivientes de un brutal ataque a los agentes de Kingsman, perpretado por Poppy (Julianne Moore), una sádica narcotraficante. Eggsy y Merlin no tienen otra opción que dirigirse a Estados Unidos, donde contactan con los Statemen, el equivalente americano de Kingsman. Ambas agencias unen sus fuerzas para frustrar un plan que puede provocar la muerte de millones de personas.
Kingsman: El círculo de oro se enfrenta al difícil desafío de muchas secuelas de películas de éxito: superar el hecho de que este mundo ya no resulta una novedad. Se podría llamar el efecto “Iron Man”, lo que en la primera es fresco y diferente en la segunda da la impresión de ser rancio y trillado. El círculo de oro intenta compensarlo con exceso. Escenas excesivas, decorados excesivos, personajes excesivos… Todo regado con mucho humor negro y una actitud irreverente.
Y aunque así corría el peligro de convertirse en una parodia sin gracia de sí misma, como le sucedió a Robert Rodríguez con Machete Kills (2013), a Vaughn le funciona la táctica bastante bien. En su conjunto, El círculo dorado resulta un film divertido y muy entretenido ya que equilibra bastante bien el exceso, la irreverencia y el corazón de los personajes. Es decir, sus personajes da la sensación de ser reales (es decir, tanto como pueden serlo dentro de este universo) y no simplemente caricaturas. Anclado el espectador mediante los personajes, el film supera de largo las limitaciones de su presupuesto ofreciendo un gran espectáculo.
Sin embargo, al contrario que sucede con anteriores películas de Vaughn, aquí se nota bastante que no gozaba del típico presupuesto de que disfrutan las cintas épicas de acción, posiblemente compensando así el hecho de que, en Estados Unidos, sea calificada para mayores de 18 años. Estas limitaciones se notan en los efectos visuales, que resultan en muchas ocasiones artificiales y muy obvios, especialmente cuando pretende extender escenarios.
Su limitado presupuesto también se puede intuir en que hacen acto de presencia un gran número de estrellas, pero en papeles secundarios que no implican más que unos días de trabajo. Entre estas estrellas se encuentran Jeff Bridges, Channing Tatum, Halle Berry, Michael Gambon y Elton John. Todos ellos hacen breves apariciones muy bien distribuidas de manera que su presencia parezca mucho más importante de lo que realmente es. Un viejo truco de las producciones de serie B de los 60 y 70: contratar un actor importante por uno o dos días y filmar toda una serie de escenas con solo su parte para alargar su presencia en el film. Por supuesto, cuando digo presupuesto bajo para este tipo de películas, me refiero a que posiblemente ronde entre los 80 y los 100 millones de dólares, no precisamente un presupuesto de serie B pero que puede afectar a la calidad de los efectos visuales si hay muchos.
La película de Vaughn cuenta una nueva historia, como ya hemos mencionado, pero hace varias referencias al film anterior. Hay por lo menos un chiste que no se entiende si no se ha visto la anterior película. Soy consciente de que hay espectadores a los que esto les molesta, pero yo siempre he apreciado que se premie la fidelidad con estos guiños. De todos modos, se puede disfrutar y seguir perfectamente aunque no se haya visto Kingsman: Servicio secreto.
Y hay mucho que disfrutar en esta película. Tal vez no supere a la primera entrega, no hay nada que iguale la sensación de entrar por primera vez en un mundo desconocido, pero hará las delicias de aquellos que disfruten con un poco de gamberrismo mezclado con la acción.
Estreno en las salas españolas el 22 de septiembre