Tras publicar el cuento infantil «José Luis y la bombilla» que escribió para su sobrino, la profesora, ahora autora, ve como este ha sido un notable éxito editorial incluso fuera de España y es invitada a realizar una gira de promoción en Oriente Medio. No acaba de entender cómo ese cuento que hizo sin muchas aspiraciones más allá de entretener al pequeño le estaba aportando una experiencia única. A pesar de seguir resentida por su última relación que la dejó a las puertas del matrimonio, Sara, que es como se llama la autora, quiere aprovechar ese viaje para empezar de nuevo, vivir experiencias en una cultura totalmente distinta a la suya e intentar aprovechar las horas muertas de los hoteles para escribir el segundo cuento tan ansiado por la editora. Estando allí conoce a Miguel y Rasha, un español y una local, sus mayores apoyos en este viaje puesto que son sus intérpretes y los únicos que hablan español; pero despiertan en ella una inusitada envidia al creerlos pareja y fogosos deseos sexuales hacia él. Lo que comienza como una experiencia positiva pronto derivará en una totalmente alucinada, altamente sexual e inesperada.
Sara y el tigre amnésico es la opera prima de Álex R. Bruce y vuelca en su historia muchos de los miedos de un autor novel, en este caso representados en una autora que debe tomarse en serio el trabajo de escribir con el añadido de la presión editorial. También sobre las relaciones amorosas, profesionales y sexuales. Del éxito, la envidia y los acuerdos maquiavélicos de las grandes multinacionales. La novela es todo un viaje físico y lisérgico a un mundo extraño donde la protagonista nos confundirá resultando una lectura más inquietante todavía.
En la contra se habla Lynch como referente y no le falta razón. La mezcla de géneros juega a favor de una historia que muta poco a poco haciéndonos incapaces de prever qué será lo siguiente, ya que no sabemos hasta que punto fiarnos de lo que está sucediendo. Sara y el tigre amnésico es excitante, intrigante y terrorífico, pura asfixia que puede hasta resultar divertido. Álex R. Bruce capta toda tu atención y prácticamente no te suelta la mano para que llegues al final de este alocado viaje que se retuerce sobre lo imposible cada pocas páginas.