El encuentro entre el Caballero Oscuro y los cuatro quelonios estaba cantado. Ambas franquicias tienen no pocos puntos en común que lo facilitaba. En ambos imaginarios el mundo dónde se desenvuelven es decadente, las artes marciales y su filosofía están muy presentes, los gadgets tecnológicos abundan y la influencia de Frank Miller (en un caso directamente y en otro cómo influencia) es más que evidente. Así pues no era más que cuestión de tiempo que se vieran las caras.
Y han pasado décadas desde que naciera la creación de Kevin Eastman y Peter Laird. En 2016 la editorial DC y Viacom publicaron el cómic Batman/Teenage Mutant Ninja Turtles (en España editado por ECC) dónde se producía el primer cara a cara, obra de James Tyron IV y Freddie E. Williams II. Esta mini serie, que ya cuenta con una secuela y otra más anunciada, ha sido el punto de partida para que el departamento de animación de DC realizara la adaptación en movimiento que a continuación reseño.
En primer lugar hay que destacar su aspecto más formal. Al tratarse de un producto no pensado para estrenarse en cines el presupuesto debía ser limitado pero no por eso queda lastrado el film. La animación y diseño siguen los patrones establecidos, aunque evolucionados, por Batman: The Animated Series (1992-95) de Bruce Timm con trazos angulosos, fluidez de movimientos y fondos pictóricos. El aporte digital no es muy evidente más allá de algunos escenarios o artefactos, cosa que se agradece.
En lo que refiere al argumento lo cierto es que se toma sus libertades cómo adaptación. Sus responsables apuestan por tomar el mismo pilar argumental pero adaptándolo al medio siendo preponderante la acción. Aquí se multiplican las escenas de lucha, las de cuerpo a cuerpo bien resueltas y las que contienen armas de fuego tan espectaculares como vacías. Pero dónde fallaba el cómic es dónde su versión animada también se adolece que es en su tramo final. Aunque es curioso descubrir cómo el mutágeno afecta a ciertos personajes presupone un acto de fe para el espectador aceptarlo, que en mi caso en concreto, cuesta de tragar.
Pero quizás lo más importante para los fans de cada franquicia es ver respetados sus personajes; y aquí el trabajo es cuidadoso. Se ha sabido coger la esencia de ambos mundos y caracteres y hacerlos interactuar sin desdibujarlos. Además aparece un amplio repertorio de secundarios para deleite del fandom o incluso guiños a los fans más acérrimos. Aunque la fuente de dónde bebe son las series de animación infantil que les preceden, destacar que hay momentos bastante violentos y oscuros, que aunque no pueden llegar a ofender a nadie si que impactan dentro del tono más ligero del conjunto.
En líneas generales puedo afirmar que es una buena película de animación de ámbito doméstico que dejará bastante satisfechos a ambos sectores del fandom. Aquél que busque algo más que un entretenimiento podrá sentirse decepcionado ya que sus responsables no intentan ir más allá que divertirse para hacernos pasar un buen rato. En mi caso en particular disfruté de ella, y eso que las expectativas eran altas, y no tengo muchas dudas que pronto recibiremos noticias de nuevas entregas.