Lo mejor de esta película, para el que esto escribe, es que Interstellar (Christopher Nolan, 2014) es pura ciencia ficción. Lo peor para muchos espectadores de esta película será que Interstellar es pura ciencia ficción.
La raza humana se enfrenta a una cada vez más cercana extinción. Para evitarlo, un grupo de exploradores se adentrará en un agujero de gusano para encontrar, en una remota galaxia, un planeta que pueda ser el nuevo hogar de la humanidad.
Películas que sean pura ciencia ficción no son habituales en el cine hoy día. Me refiero, claro, a producciones de gran presupuesto con grandes nombres en el reparto dirigidas por un director consagrado, no a películas independientes hechas con poco dinero. Normalmente se trata de películas que utilizan la ciencia ficción como excusa o ambientación para crear una cinta de acción y aventuras (ojo, que no lo digo como algo negativo), por lo que resulta reconfortante encontrarse con una película que no utiliza la ciencia ficción como excusa o telón de fondo, sino que explora y trata temas propios del género (y si alguien piensa: ¿y qué me dices de Gravity [Alfonso Cuarón, 2013]? Pues le digo que Gravity no es ciencia ficción, sino un realista drama de acción y aventura. Es soberbia pero estar ambientada en el espacio no la convierte automáticamente en ciencia ficción). Interstellar es al cine de ciencia ficción lo mismo que las obras de Arthur C. Clarke o Isaac Asimov son a la ciencia ficción literaria.
Como la mayoría de los grandes clásicos de la ciencia ficción, Interstellar es una historia fundamentalmente humana, cuyo centro es la capacidad del ser humano para superar adversidades que parecen imposibles y superarse a sí mismo. Algo que el excelente reparto transmite perfectamente empezando por el protagonista Matthew McConaughey como Cooper, un piloto determinado a cumplir la misión para poder salvar a su familia, papel que el actor lleva a cabo con facilidad. Anne Hathaway, Jessica Chastain, Michael Caine y Matt Damon son algunos de los nombres que completan un reparto para el que Nolan ha buscado grandes actores de carácter incluso para los más breves y pequeños papeles.
Leeréis en muchas críticas y comentarios que este film esta muy influido por el clásico 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968). Y es cierto, solo que no en la forma que creen muchos de los que lo señalan. Interstellar, al igual que 2001 y otros grandes filmes de los 70 y primeros de los 80, es un film que apela al gran público, o por lo menos lo intenta, pero sin por ello dejar de ser un film inteligente y, hasta cierto punto, exigente. Aunque los aficionados al género adivinarán fácilmente uno de los puntos de la trama, Nolan no sobreexplica ni trata al espectador como si fuera idiota o incapaz de seguir un film ligeramente (y solo ligeramente) complicado.
Al igual que hicieron Stanley Kubrick y Ridley Scott en su momento, Nolan adopta un enfoque realista y verosímil a la hora de representar el futuro. Algo que aporta solidez a la historia y que sirve como contraste visual para sus momentos más fantásticos. Un aspecto que, como ya he dicho, muchos críticos remitirán a 2001 (ya que es difícil que cualquier película de ciencia ficción seria se escape de su alargada sombra), pero desde aquí ya os aviso de que uno de los “placeres culpables” de Nolan es El abismo negro (The Black Hole, Gary Nelson, 1979), con la que Interstellar tiene diversas cosas en común (y os recomiendo que lo comprobéis vosotros mismos, viendo El abismo negro después de ver Insterstellar). También hay un momento que me recordó mucho a Horizonte final (Event Horizon, Paul W. S. Anderson, 1997), pero puede que fuera simple casualidad (aunque que en un film “serio” como Interstellar haga referencia al genial desmadre que es Horizonte final me resulta demasiado sensacional como para estropearlo con la realidad).
No me voy a molestar siquiera en intentar parecer objetivo. Creo que es un film sensacional y soberbio, una cumbre del género que me ha tenido absorbido durante las más de dos horas y media que dura. Pero vivimos en un mundo en el que un film tan increíblemente estúpido, tópico y predecible como Oblivion (Joseph Kosinski, 2013) es considerado ciencia ficción inteligente, así que es posible que mi opinión sea minoritaria. Sea como sea, para mí es una película muy recomendable y que espero que verla os resulte una experiencia tan fantástica como lo ha sido para mí.
Estreno en las salas españolas el 7 de noviembre.
