Llega a nuestras pantallas American Assassin (Michael Cuesta, 2017), adaptación de una novela de Vince Flynn, que forma parte de la serie que este autor escribió protagonizada por el asesino de la CIA Mitch Rapp. Si bien las novelas no son conocidas en España, sí lo es el actor que encarna a Mitch Rapp: Dylan O’Brien, uno de los protagonistas de la moderna Teen Wolf y también es Thomas en El corredor del laberinto (The Maze Runner, Wes Ball, 2014) y El corredor del laberinto: Las pruebas (Maze Runner: The Scorch Trials, Wes Ball, 2015), serie de la que pronto se estrenará la tercera entrega.
El film arranca con Mitch Rapp (O’Brien) de vacaciones en Ibiza con su novia Katrina (Charlotte Vega) (en una secuencia que resulta muy obvio no fue rodada en Ibiza), cuando unos terroristas atacan la playa y Katrina muere ametrallada. Sediento de venganza, Mitch se lanza en una misión personal para acabar con los terroristas responsables de la muerte de Katrina. Entonces, Mitch es interceptado por la CIA, que le ofrece la posibilidad de unirse a una unidad especial dedicada a asesinar terroristas.
American Assassin es el equivalente moderno de películas como Rambo III (Peter MacDonald, 1988). Es decir: propaganda disfrazada de cinta de acción. Otros equivalentes más actuales podrían ser las películas en las que Gerard Butler encarna al agente Mike Banning, Objetivo: La Casa Blanca (Olympus Has Fallen, Antoine Fuqua, 2013) y Objetivo: Londres (London Has Fallen, Babak Najafi, 2016). Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre American Assassin y las demás películas mencionadas: a pesar de su agenda política tirando a conservadora, Rambo III y las aventuras de Mike Banning son tan exageradas y pasadas de vueltas que acaban siendo muy divertidas, especialmente cuánto más ridículamente absurdas son las escenas de acción. En otras palabras, ofrecen suficiente entretenimiento como para poder ignorar su política y disfrutarlas como simples películas tontorronas de acción.
American Assassin resulta tan mediocre y mundana, que su ideología “trumpera” es imposible de ignorar y hace más indigesto su visionado. A pesar de contar entre su reparto con Michael Keaton, la estrella del cine de acción de serie B Scott Adkins y Taylor Kitsch, el film en ningún momento llama la atención debido a lo terriblemente familiar que resulta todo.
Misión fallida, Mitch Rapp.
Estreno en las salas españolas el 3 de noviembre