El director de Buried (2010) y Luces rojas (Red Lights, 2012), Rodrigo Cortés, regresa a las pantallas de cine con Blackwood (Down a Dark Hall, 2018). Una película de terror para adolescentes.
Kit Gordy (AnnaSophia Robb) es enviada a Blackwood, una exclusiva escuela privada para alumnas problemáticas dirigida por Madame Duret (Uma Thurman). Tras un tiempo en la escuela, Kit empieza detectar cosas extrañas, empezando por que solo hay cinco estudiantes en la enorme escuela. Extraños fenómenos tienen lugar y Kit descubre que su vida, y las vidas de sus compañeras, se encuentra en peligro.
Blackwood se basa en una novela de Lois Duncan, una escritora que era famosa en Estados Unidos por sus novelas juveniles (lo que ahora se llama “joven adulto”). Entre sus thrillers para adolescentes más conocidos se encuentra la novela que sirvió de base para Sé lo que hicisteis el último verano (I Know What You Did Last Summer, Jim Gillespie, 1997), si bien nunca fue popular en nuestro país y su única novela que aparece publicada en castellano es la reciente edición de Blackwood, coincidiendo con el estreno de la película (por eso intuyo utiliza el título del film y no el de la novela original).
Con esta base y su calificación para mayores de trece años, queda claro que el público objetivo de esta película son chicas adolescentes (y por si quedase alguna duda, una de las productoras es Stephenie Meyer, la autora de la saga Crepúsculo). Esta afirmación no tiene intención peyorativa o negativa, simplemente sirve para entender el tono y la manera de presentar la historia.
Básicamente, la película quiere dar una visión moderna del relato clásico de terror gótico partiendo de la tradición del género, mientras ofrece algunas interesantes interpretaciones sobre el coste del arte. Eso significa que muchas escenas se construyen con personajes paseando por un corredor oscuro (nótese el título original) siendo acechados por alguna entidad extraña. Las novelas de Duncan se publicaron principalmente en los años 70 y 80, pero, debido a su continua popularidad, la autora hizo nuevas versiones actualizadas de sus novelas que incluyen elementos modernos como teléfonos móviles, ordenadores e Internet. El film se encuentra con el mismo problema: eliminar las múltiples maneras de comunicarse de forma creíble, ya que, lógicamente, busca conectar con el público actual, aunque la historia fue creada originalmente en 1974. Los cineastas logran sortear el problema de forma aceptable, procurando que la atmósfera haga su trabajo sobre el espectador.
Es posible que para el espectador que busque una experiencia más potente, Blackwood sepa a poco. Pero si se es consciente del estilo y el público al que va dirigida, puede resultar en una entretenida hora y media.
Estreno en las salas españolas el 3 de agosto