La estrella del rock Marianne Lane (Tilda Swinton) y su pareja, el director de documentales Paul De Smedt (Matthias Schoenaerts), se encuentran de vacaciones en una isla del Mediterráneo para que Marianne se recupere de una operación que la ha dejado momentáneamente sin voz. Entonces llega a la isla Harry Hawkes (Ralph Fiennes), acompañado de su recién descubierta hija Penelope Lanier (Dakota Jonson). Harry, antiguo amante de Marianne, logra que él y su hija sean invitados a quedarse en la casa con Marianne y Paul. Así, lo que en un principio parece que sean unas divertidas vacaciones, acabará complicándose en un mortal juego de envidias y pasiones ocultas.
Cegados por el sol (A Bigger Splash, Luca Guadagnino, 2015) es un remake del clásico francés La piscina (La piscine, Jacques Deray, 1969). Aunque la trama básica es la misma, se le añade un nuevo contexto y un subtexto más actual: la muerte del “sexo, drogas y rock and roll” a manos de lo políticamente correcto. La domesticación de la estrella del rock, si se prefiere. Sin embargo, los conflictos que animan el film tienen una base más emocional y clásica: intentar recuperar lo que en un momento dejaste escapar. Algo que dicho así podría resultar aburrido si no fuera por el talento interpretativo del que hace gala la película.
Ralph Fiennes tiene el papel más llamativo y seductor, el irrefrenable y lujurioso Harry Hawkes. Su anárquica actitud se hace más fuerte ante el hecho de que tanto Marianne como Paul se encuentran en un momento particularmente vulnerable. La exhuberancia de Fiennes puede que provoque que tanto Tilda Swinton como Matthias Schoenaerts resulten más “sosos” por comparación, pero lo cierto es que sus papeles son mucho más complicados. Tienen que resultar un buen contraste con el personaje de Fiennes para que el conflicto resulte interesante, dramáticamente hablando, y deben saber racionar cómo van apareciendo las grietas en sus respectivas armaduras psicológicas. A ratos voyeur, a ratos provocadora, la Penelope de Dakota Jonson se va moviendo entre los personajes principales.
Los conflictos y los intercambios entre estos cuatro personajes sostienen la película y son su punto fuerte. Tanto que cuando hace aparición la trama criminal acaba resultando en un anticlímax, ya que no está manejada con mucha habilidad. Es en esta parte que el film de Guadagnino pierde interés, y queda claro que habría ganado más como simple drama.
Estreno en salas españolas el 22 de abril.