Un título muy genérico (y ultraexplotado) para una película nada corriente, de difícil digestión y sin apenas diálogos. Cherry Pie (2013) es el debut en largo del director suizo Lorenz Merz.
La historia comienza con Zoé (Lolita Chammah) huyendo, de algo, al comienzo no lo tenemos muy claro pero al poco descubrimos que no hay una amenaza tangible, está huyendo de su vida, de todo lo conocido… hace autostop, regaña a un par de hermanos peleándose (niño y niña) y se centra en él, está dolida. Finalmente se sube a un ferry, este el primer día de su nueva vida.
Zoé busca una vida pero ante el territorio desconocido y los ecos de su pasado que la persiguen, hacen imborrable su mirada triste, ni en los momentos de supuesto placer onanista le ofrecen consuelo para seguir adelante, mientras los días suceden.
Ella es prácticamente el único personaje de Cherry pie, además con un guion que carece de diálogos… es ahí donde vemos que la actriz francesa Lolita Chammah tiene el trabajo más difícil, tiene que conectar con el espectador y transmitir a través de su mirada y su expresión corporal el desasosiego, la tristeza y la rabia de la situación.
Aunque la cinta ha sido multipremiada en infinitos de festivales es fácil quedarse excluido de la misma, debes conectar emocionalmente desde un principio, entender los simbolismos de algunas situaciones, … pero si enseguida te quedas perdido o descolocado como la protagonista no podrás más que ver una chica paseándose por distintos espacios con una fantástica fotografía. Ahí creo que Lorenz Merz, el director, debería haber aportado una base más sólida para que el espectador fuese un poco más cogido de la mano con la historia. Sin embargo no hay que menospreciar como logra con una misma imagen transmitir a través de la música distintos estados, desde alegría y esperanza a perturbación y desolación.
Finalmente Cherry Pie es como una poesía, hay que ver en entrelineas para comprender el trágico inicio y el esperanzador porvenir de la protagonista que porta consigo las marcas de un pasado marcadas a fuego.
Estreno en las salas españolas el 12 de junio.
Distribución limitada, irán ampliando salas: Actualmente en Pequeño cine estudio (Madrid), Cines T. L. Victoria (Avila) y Cine Maldà (Barcelona)