Reed Richards (Miles Teller), Sue Storm (Kate Mara), Johnny Storm (Michael B. Jordan), Ben Grimm (Jamie Bell) y Victor Von Doom (Toby Kebbell) forman parte de un experimental viaje a otra dimensión que no sale bien. Doom no vuelve y los cuatro que sí lo hacen sufren transformaciones que les otorgan diversos poderes. Poderes que deberán dominar si quieren sobrevivir su enfrentamiento con un poderoso enemigo.
Hoy día cada vez es más difícil entrar a ver una película sin nociones preconcebidas ni prejuicios previos. Antes de asistir a la proyección de Cuatro Fantásticos (Fantastic Four, Josh Trank, 2015) se supo que la película había sido un fracaso en taquilla en Estados Unidos y que, en el estreno, el director había declarado vía Twitter que la versión estrenada no representaba en absoluto su visión de la película. ¿Hasta que punto ha dificultado saber esto apreciar de forma justa Cuatro Fantásticos? Imposible saberlo, pero tal vez entrar con las expectativas muy bajas contribuyó a ser más benévolo con el film.
Hasta cierto punto sorprende la declaración de Trank, ya que esta película tiene exactamente la misma estructura que su anterior film (y seguramente la razón por la que lo escogieron como director) Chronicle (2012), con la diferencia de que Cuatro Fantásticos es un film mucho menos excitante. De hecho, en su mayor parte esta nueva reinterpretación de la Primera Familia Marvel recuerda más a un clásico film de ciencia ficción sobre un experimento que sale mal que una película de superhéroes. El grueso del metraje está dedicado a conocer a los personajes y ver cómo se ven afectados por lo que les sucede, no es hasta el tramo final que hay algo de acción. Por eso, cualquiera que vaya con la idea de ver una excitante película de superhéroes se va a llevar una decepción.
Aunque posiblemente los que se lleven una mayor decepción sean los lectores y fans de Los Cuatro Fantásticos ya que, en su deseo de atraer a un público joven y adolescente, prácticamente se elimina todo aquello que les daba personalidad propia a los personajes. Ahora son todos jóvenes genios sin nada que los haga especiales. Y si bien las diferencias entre el cómic y la película significan bien poco para los que no son seguidores del cómic, sí que les afectará como espectadores la ausencia de carisma e interés en los protagonistas.
Pero, a pesar de todo, esta nueva versión del grupo sigue siendo mejor que el anterior esfuerzo de la Fox por llevar a estos personajes al cine. Y, si se interpreta simplemente como cinta de ciencia ficción, puede tener sus momentos entretenidos e interesantes. Pero son solo momentos, ya que el principio, hasta que se logra por fin viajar a otra dimensión, se hace bastante largo, así como el clímax es muy corto y apresurado.
Será interesante ver qué le depara el futuro a los Cuatro Fantásticos en el cine. Si Fox quiere seguir conservando los derechos cinematográficos está obligada a hacer otra película con los personajes (sin tener en cuenta el anunciado –aunque ahora dudoso- crossover con los mutantes). Tal vez en una secuela se puedan corregir los errores de esta película. Volviendo al presente, Cuatro Fantásticos es un film irregular que tiene aquí y allá algún momento de interés, pero que acaba resultando insatisfactorio.
Estreno en las salas españolas el 21 de agosto
