Han pasado 16 años desde la última vez que Jason Statham y Guy Ritchie trabajaron juntos, fue en Revolver (Guy Ritchie, 2005), vuelven a hacerlo ahora en Despierta la furia (Wrath of Man, Guy Ritchie, 2021). Ambos alcanzaron la fama a la vez con Lock & Stock (Lock, Stock and Two Smoking Barrels, Guy Ritchie, 1998) y Snatch: Cerdos y diamantes (Snatch, Guy Ritchie, 2000), pero mientras la carrera de Statham le ha llevado a convertirse en una carismática estrella del cine de acción, la carrera de Ritchie ha sido mucho más errática. Con esta adaptación de la película francesa Le convoyeur (Nicolas Boukhrief, 2004), el director británico sigue la línea de The Gentlemen: Los señores de la mafia (The Gentlemen, 2019), intentando recuperar la magia de sus primeras películas.
A primera vista, Despierta la furia parece el típico vehículo que suele protagonizar Jason Statham. El actor es H, un misterioso hombre que empieza a trabajar en una compañía de vehículos blindados dedicados a transportar dinero. Muy pronto, queda claro que la presencia de H está relacionada con un atraco en el que hubo tres muertos, lo que provoca las sospechas de sus compañeros. Se trata de una clásica trama de venganza como ya hemos visto en cientos de ocasiones. Pero lo que hace esta película interesante es la manera en que mezcla una película de venganza con una película de atracos. Un efectivo cóctel que le permite a Guy Ritchie mantener los juegos con la cronología de los sucesos en la historia y los montajes paralelos que le son tan queridos.
El tono del film es mucho más serio de lo que es típico en los trabajos de Ritchie. La banda sonora, en la que predominan los graves, continuamente sugiere que algo terrible va a pasar, y el trabajo de cámara es sobrio, pero no estático. En consonancia, la violencia se representa de forma sangrienta y realista. Eso no quiere decir que el film no contenga momentos de comedia, los tiene, especialmente cuando retrata al grupo de machitos alfa que trabaja conduciendo los vehículos blindados.
Usando sabiamente las mejores características de los subgéneros que mezcla, el director construye un sólido thriller de acción. Una película que coge lo conocido y lo presenta como algo nuevo. Satisfaciendo, además, el placer de ver a Jason Statham dejar fuera de combate a mucha gente. Por pantalla también se pasea el desaparecido actor Josh Hartnett que ya se cuenta entre las filas de la próxima de Guy Ritchie.
