Los supervivientes del Laberinto, junto a los rebeldes, se dedican a rescatar a otros de la malvada corporación CRUEL. Un grupo, liderado por Thomas (Dylan O’Brien), se lanza a una última misión para rescatar a Minho (Ki Hong Lee) en lo que se convertirá en la batalla definitiva contra CRUEL.
Con el estreno de El corredor del laberinto: La cura mortal (Maze Runner: The Death Cure, Wes Ball, 2018) se cierra la trilogía iniciada con El corredor del laberinto (The Maze Runner, Wes Ball, 2014) y seguida de El corredor del laberinto: Las pruebas (Maze Runner: The Scorch Trials, Wes Ball, 2015). Nos llega esta última entrega con algo de retraso, ya que cuando Dylan O’Brien sufrió un accidente mientras filmaban se tuvo que interrumpir el rodaje. Pero la espera terminó, aquí llega la conclusión de la trilogía basada en las novelas de James Dashner, sin sufrir que dividieran innecesariamente el tercer libro en dos películas.
La ventaja de que se cuente una historia bastante sencilla de buenos contra malos, es que, a pesar de que se trata la tercera entrega de una trilogía, se puede entender sin haber visto las anteriores. Lo que se necesita saber, la película se lo recuerda al espectador. Sin embargo, su visionado es más satisfactorio si se han visto las anteriores, por la información sobre los personajes y el contexto de la historia.
Si El corredor del laberinto tenía un aire de kafkiana ciencia ficción y El corredor del laberinto: Las pruebas (Maze Runner: The Scorch Trials, Wes Ball, 2015) se inclinaba más hacia las aventuras postapocalípticas, La cura mortal se inclina hacia la épica de acción. Una épica de acción sin la calidad ni el talento de, por ejemplo, la saga de Los juegos del hambre, pero ofreciendo de la misma manera grandes dosis de entretenimiento.
Si uno acepta cosas un tanto ridículas, como que la malvada corporación se llame CRUEL (WiCKeD en la versión original), y los toques un tanto predecibles del guion, disfrutará enormemente con esta película llena de persecuciones y tiroteos, sin olvidar el triángulo amoroso habitual en estas adaptaciones de YA. Es lo que hace un servidor, dejarse llevar y disfrutar con su historia postapocalíptica aunque, como ya he mencionado, siendo consciente de que esta trilogía no tiene una calidad sobresaliente.
Por ello, a pesar de su larga duración (preferible a que hubiesen dividido la tercera entrega en dos, repito), este film me tuvo atrapado de principio a fin. Imagino que también contribuyó mi familiaridad con las anteriores entregas y los libros. Si habéis visto las dos anteriores es de visión obligatoria. Si no es el caso, pero disfrutáis con las películas de acción con un absurdo toque ci-fi, también la recomiendo.
Estreno en las salas españolas el 26 de enero