Con tan solo dos películas realizadas, el director americano Robert Eggers estrena esta tercera ambiciosa producción ambientada en la era vikinga con toda la atención del mundo. Alexander Skarsgård (True Blood, The diary of a teenage girl) protagoniza El hombre del norte (The Northman) junto a Nicole Kidman, Claes Bang y Anya Taylor-Joy (quien ya participase en el debut del director, La bruja). También encontramos otros rostros conocidos como Ethan Hawke, Willem Dafoe o Björk.
El argumento se explica fácil, Amleth es un joven príncipe que es testigo de la muerte de su padre, el rey, y termina huyendo del lugar con el mantra «Te vengaré padre. Te salvaré madre. Te mataré Fjölnir». Años después regresará para cumplir con su cometido. Pero lo que El hombre del norte proporciona no es solo una historia que es bastante familiar, sino que nos trae un espectáculo audiovisual de dos horas y veinte minutos, en que tan solo se resiente un poco hacia el final.
Eggers hace un trabajo soberbio, y ya no tan solamente él, Skarsgård, Hawke, Bang, Taylor-Joy, Dafoe… engrandecen el resultado en una producción que ha mimado hasta el detalle.
Las comparaciones son odiosas, aunque en este caso será inevitable, aquí encontraremos lo que nos faltó en Valhalla Rising (Nicolas Winding Refn, 2021), ya que Eggers más allá de hacer una traslación a nuestros días de sus armas históricas, ropajes, pueblos… lo muestra con crudeza, bestialidad, sangre. Winding Refn planteaba su historia de forma terrenal, sin demasiados artilugios, y con gran carga en el plano místico, vislumbrada por la experiencia del protagonista. En el de Eggers no desaparece lo místico, tan intrínseco en los guerreros vikingos que sueñan con entrar en el cielo de los dioses nórdicos, pero lo muestra gracias a la pluralidad de personajes, por lo que el espectro y la creencia de los vikingos en estos se hace más comprensible.
Finalmente, El hombre del norte es una gran demostración de medios utilizados con cabeza. Una historia salvaje que puede que no sea plato de buen gusto para algunos espectadores, pero que seguro que muchos disfrutarán. Eggers da otro paso adelante en su sólida trayectoria en la que se ha adentrado en distintos mundos, como la referida en La bruja (The Witch, 2016), Nueva Inglaterra de 1630, en El faro (The Lighthouse, 2019), la vida marítima en una isla remota en 1890 y, ahora, la era vikinga.
Lo siguiente de Eggers podría ser el remake de Nosferatu (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, F. W. Murnau), con el que lleva años detrás, pero mientras llega o no, lo que sí es seguro es que El hombre del norte (The Northman) se va a convertir en una de las películas del año.