La nueva película de Hirokazu Koreeda tuvo una gran en el reciente festival de Venecia, tras su anterior filme Después de la tormenta (Umi yori mo mada fukaku, 2016) estrena El tercer asesinato (Sandome no satsujin, 2017).
El abogado Shigemori (Masaharu Fukuyama) acepta representar a Misumi (Kôji Yakusho), que se ha declarado culpable de asesinato. Misumi ya fue condenado hace treinta años por un caso de homicidio, así que ahora se enfrenta a la pena de muerte. La misión de Shigemori es lograr que sea condenado a cadena perpetua y no a muerte. Sin embargo, a medida que Shigemori va investigando, descubre que el caso es mucho más complejo de lo que parecía a primera vista.
Koreeda nos presenta un drama judicial que trata temas no muy distintos de los dramas judiciales occidentales, pero a la idiosincrásica manera oriental. La relación entre el abogado Shigemori y el criminal Misumi hará que el primero se replantee muchas cosas sobre su profesión y su manera de enfocar la vida. Al principio es frío y directo, pero al ir avanzando en el caso su actitud cambiará.
Sin embargo, las intenciones de Koreeda parecen ir más allá del mero aspecto dramático emocional, presentando una reflexión sobre la verdad y la justicia. ¿Dentro de los procesos judiciales hay sitio para la verdad? Todos los principales responsables de proteger la justicia, el juez y los abogados, parecen más preocupados en garantizar que el sistema sigue adelante, siendo secundario lo que realmente sucedió. Si se puede considerar a esto verdadera justicia o no es el dilema que nos presenta el director.
El director plantea este dilema de forma bastante confusa, de modo que ni el propio espectador llega a estar seguro de lo que sucedió en realidad o de las motivaciones detrás de esos actos, debido a las continuas mentiras de los personajes y las dudosas revelaciones. Esta confusión está buscada, enlazando con el tema principal de la diferencia entre saber lo que realmente pasó y lo que decide el sistema judicial que pasó.
El film plantea temas interesantes, pero el director no se lo pone fácil al espectador, con una primera mitad bastante confusa y una conclusión deliberadamente frustrante. Muy seca y sobria, esta no es una película para todo el mundo, pero no por ello deja de ser un interesante ejercicio cinematográfico.
Estreno en las salas españolas el 27 de octubre