Lo que parecía imposible ha ocurrido: Dom (Vin Diesel) ha traicionado a su familia en favor de la misteriosa Cipher (Charlize Theron). ¿Es que el universo ya no tiene sentido o sucede algo más? El equipo de Dom tendrá que averiguarlo mientras Cipher deja tras de sí un rastro de destrucción.
Cuando salí del cine un día, después de ver The Fast and the Furious: A todo gas (The Fast and the Furious, Rob Cohen, 2001), pensé que había visto una entretenida imitación de Le llaman Bodhi (Point Break, Kathryn Bigelow, 1991) pero poco más. Jamás hubiera pensado que 16 años después estaría esperando con anticipación una nueva secuela de A todo gas, disfrutando enormemente con el demencial desparrame de ruido y furia que ofrece cada nueva entrega de esta franquicia.
Fast & Furious 8 (The Fate of the Furious, F. Gary Gray, 2017) ofrece todo aquello que esperan los fans de la serie: improbables escenas de acción, coches desafiando las leyes de la física y, sobre todo, pasar dos horas con un amplio elenco de personajes que son la auténtica razón de su éxito. Tras la muerte de Paul Walker, en la ficción su personaje, Brian, ha sido retirado de la acción y vive feliz con su familia. Para cubrir su vacío, se incorpora al equipo Ramsey, interpretada por Natalie Emmanuel, introducida en la anterior Fast & Furious 7 (Furious 7, James Wan, 2015). Y hay otra incorporación algo polémica: el Deckard Shaw que Jason Statham interpretó en esa misma secuela. Aunque en Furious 7 la ansía de venganza de Shaw causó la muerte de Han (Sung Kang), aquí parecen querer convertirlo en otro héroe, como hicieron con Hobbs, la montaña de músculos Dwayne Johnson, que entró en la saga como enemigo de Dom pero ahora es un aliado. Y Kurt Russell, claro, que ilumina la pantalla con su Señor Nadie.
Por supuesto, Michelle Rodriguez, Tyrese Gibson y Chris “Ludacris” Bridges también regresan interpretando, respectivamente, a Letty, Roman y Tej. La fiel familia de Dom que sufrirá al verle arrastrado al lado oscuro. Además, hay también otros cameos y breves apariciones pensadas como un guiño a los seguidores de la franquicia. De hecho, cuando más familiarizado esté el espectador con las anteriores entregas, más disfrutará con esta nueva entrega.
Desde luego, parece un reparto muy amplio, pero para acabar con la malvada que interpreta Charlize Theron, todos serán necesarios. Poner contra las cuerdas a Dom no es fácil, pero desde luego Cipher lo consigue. Es una batalla cuya mayor consecuencia es que Vin Diesel pasa mucho tiempo torturado emocionalmente y muy poco destrozando coches, pero cuando lo hace, lo hace a lo grande.
Además de espectaculares escenas de acción y un gran reparto, la película también viene con una trama para unirlo todo. Una trama que recuerda bastante al de una película de James Bond, algo que se enfatiza con las distintas localizaciones por las que viajan los protagonistas, lo que, desde mi punto de vista, le añade atractivo.
Lo único que me queda por añadir es: abrochaos los cinturones y apretad a fondo el acelerador. Dejad atrás cosas tan aburridas como el realismo y meteos de cabeza en este festival de acción de alto octanaje.
