El director neoyorkino Alex Ross Perry se aleja de la Gran Manzana para encerrarse en espacios con cuatro paredes como un backstage, un estudio de grabación, una sala de conciertos… y mostrarnos el desfase de una rock star en horas bajas.
Her smell (Alex Ross Perry, 2018) es un acercamiento al auge, caída y redención de una artista musical interpretada por Elisabeth Moss. Ella es Becky y lidera el grupo de música rock Something She, junto a M (Agyness Deyn) y Ali (Gayle Rankin). La banda musical formada por mujeres de más éxito de los 90.
La película retrata en cinco momentos la actualidad de Becky intercalado por cinco pequeños cortes en formato cuatro tercios que recupera momentos dulces del grupo consiguiendo triunfar en la música, su primera portada, obteniendo el disco de oro, …
Es en esos cincos instantes donde se desgrana la dureza de ser una rock star, o de convivir con ella. En el primero de los momentos vemos como Something She finaliza el último de los conciertos de una gira que después de estar años en la cresta, ahora les cancelan tours en Europa y ya no llenan salas como antes. Es en el backstage donde asistimos al distanciamiento de las tres componentes y todos los problemas que rodean a Becky: drogas, chamanes carroñeros que la siguen a todas partes, la incapacidad de cuidarse de sí misma y tener la responsabilidad de ser madre, …
En los siguientes momentos acudimos a problemas de grabación con el nuevo disco y la disolución final del grupo, Becky conociendo al grupo de chicas que las relevarán en la discográfica, Aker girls formadas por Crassie (Cara Delevingne), Dottie (Dylan Gelula) y Roxie(Ashley Benson), a las que tratará de absorber y anular. Se suceden más pasos en la vida de Becky que la llevarán a madurar a la fuerza.
Mientras que en Golden exits el director no lograba conectar con el espectador en base a múltiples personajes que no terminaban de desarrollarse, en Her smell logra, y aquí tiene mucho que ver la espectacular transformación interpretativa de Elisabeth Moss por las diferentes fases de su personaje, que sintamos o comprendamos por lo que está pasando la estrella venida a menos. No se trata de una historia novedosa pero su narración y realización despierta curiosidad. Un ejemplo más de cómo los 90 ya son los nuevos 80 y se comienza a ver muchas películas e historias centrada en los jóvenes de esta década en que la efervescencia febril de vivir el sueño americano pasa por hacer lo que uno quiere sin importar pisar al de al lado.
Proyectada en el Americana Festival de cine independiente norteamericano 2019.
