Muchos recordarán Rampage, un clásico y divertido videojuego que a muchos proporcionó horas de diversión. Proyecto Rampage (Rampage, Brad Peyton, 2018), adapta este videojuego y lo convierte en un gran espectáculo de efectos visuales, con Dwayne Johnson, la Roca, como único protagonista sobrehumano no creado por ordenador.
Los mismos que recuerdan el videojuego seguramente se preguntarán: ¿cómo se convierte un juego como ése en película? Buena pregunta. Básicamente, usándolo solo como inspiración, en más de un sentido. Para aquellos que no lo conozcan, en Rampage el jugador podía escoger entre encarnar a George, un gorila gigante que era un homenaje a King Kong, a Lizzie, un lagarto mutante gigante que era un homenaje a Godzilla, o a Ralph, un hombre lobo gigante que era un homenaje a nada, estaba para que hubiera otro personaje para elegir. Con el personaje de su elección, el jugador debía destruir por completo una ciudad y enfrentarse a los militares que intentaban detenerlo.
En la película, una perversa compañía desarrolla una serie de experimentos genéticos que acaban provocando la creación de estos tres monstruos. Se puede ver en la oficina de la malvada Claire Wyden, a la que da vida Malin Ackerman, una réplica de la máquina recreativa del juego, así se justifica el uso de Rampage: es la inspiración de la película y de los villanos que la protagonizan.
Dwayne Johnson, que ya había participado en otra adaptación de un videojuego: el guilty pleasure Doom (Andrej Bartkowiak, 2005), es Davis Okoye, el encargado de detener a los monstruos, ayudado por la doctora Kate Caldwell, a la que da vida Naomie Harris. Davis era el cuidador de George, un gorila albino, antes de transformarse en gorila gigante, así que tiene una conexión emocional con él. Esto establece una dinámica interesante, ya que Davis quiere curar a George y no verse obligado a matarlo. Por supuesto, el personaje de la Roca se presenta como primatólogo, pero pronto se descubre que tiene un pasado en las fuerzas especiales como superagente, para justificar su capacidad para enfrentarse a los monstruos.
El guión de Rampage es todo lo previsible que se puede esperar: los protagonistas se deben enfrentar a los militares que no entienden lo que pasa, también deben detener un ataque aéreo a una ciudad, un agente del gobierno que odia a los protagonistas cambia de bando… Todas y cada una de las escenas habituales en estas películas, desde que la fantasía entró en la Era Atómica en los años 50, aparecen.
En el caso que nos ocupa, eso no es un problema.
Porque si vas a ver esta película es para ver a Johnson enfrentarse a monstruos gigantes y cantidades obscenas de destrucción. Cosas que la película ofrece en abundantes dosis, además de guiños al videojuego que le sirve de inspiración. Por tanto, no importa que sea predecible o que su guion sea una plantilla típica del género, porque ofrece diversión a raudales. Absurda, tonta y monstruosa diversión.
Rampage es exactamente lo que parece ser. Si has disfrutado con este tipo de espectáculo en el pasado, esta película te hará pasar un buen rato. En caso contrario, la odiarás.
Estreno en las salas españolas el 13 de abril
