Paul Thomas Anderson dirige su séptimo largometraje: Puro Vicio (Inherent vice), de nuevo con Joaquin Phoenix encabezando el casting (su anterior trabajo juntos en The master (2012) le valió una nominación al actor puertorriqueño en los Oscars), le acompaña Josh Brolin, Katherine Waterston, Owen Wilson, Benicio del Toro y Reese Witherspoon entre otros.
Puro vicio es la primera adaptación cinematográfica de una de las novelas de Thomas Pynchon, lo que ya supone toda una proeza pues su literatura es principalmente densa y laberíntica. En España se publicó bajo el nombre de Vicio propio.
Ambientada en los años 60 y narrada prácticamente en voz en off por Sortilège (Joanna Newsom) conocemos la historia del detective privado Doc Sportello (Joaquin Phoenix) quien recibe la visita nocturna de Shasta (Katherine Waterston), su ex, para informarle del inminente secuestro de su pareja actual, un multimillonario promotor inmobiliario. La trama se complica con nuevos casos en los que Doc se ve inmerso, su investigación le llevará a nuevas desapariciones y muertes dejando abiertas muchas incógnitas que tratará de resolver. Una psicodelia digna de la época de hippies en la que se mueven.
Puro vicio se presenta como una comedia ligera, distraída que fácilmente por sus trailers pensamos que será una nueva bizarrada del director en la línea de su propia película Embriagado de amor (Punch-Drunk Love, 2002). Sin embargo estamos ante una película compleja, densa y repleto de personajes con sus múltiples subtramas que pide atención por parte del espectador. Tiene sus dosis de comedia, de paranoia y momentos de dejarse llevar… pues Puro vicio es sobre todo una película para disfrutar del viaje.
Además de los ya mencionados, en Puro vicio aparecen los actores Eric Roberts, Jena Malone, Belladonna o Martin Short.
Paul Thomas Anderson no se corta y adapta la novela en todas sus vertientes aunque eso le lleve a realizar una película de 148 minutos (2 horas y 28 minutos); sabemos lo complicado de adaptar lírica a imágenes, y en el caso de Thomas Pynchon parecía imposible pero sale más que airoso. Aunque personalmente comprendo la necesidad de tal duración terminé exhausto tras la proyección y hubiese agradecido un poco más de síntesis. Pero entiendo que películas como esta, Factótum (Bent Hamer, 2005) que adaptaba una novela de Charles Bukowski o Pregúntale al viento ([Ask the Dust] Robert Towne, 2006) que hacia lo propio de una de John Fante requieren su propio tempo, ahí es la campaña promocional la que juega el revés para dejarte fuera de juego (ya sabes, venderla como comedia de pasar el rato). Pero ahora que escribo esto y que han pasado ya un par de días aprecio mucho mejor Puro vicio y tal vez hasta yo, ahora mismo, sería incapaz de recortar nada.
Personajes que se marcaran a fuego en la historia del cine, como una especie de Raoul Duke (Johnny Depp) de Miedo y Asco en Las Vegas ([Fear and Loathing in Las Vegas] Terry Gilliam, 1998), es el Doc de Joaquin Phoenix (soberbio como siempre, y también el resto del reparto) será icónico, sus vestimentas, sus pelos, todo. O escenas como el plano sin cortes que se acontece dentro de la última media hora de película con los personajes de Doc y Shasta serán recordadas.
Puede gustar o no gustar, durar de más o no, pero no reconocer que Paul Thomas Anderson ha hecho una película única es de ciegos. Y confieso que tengo ganas de volverla a ver.
Estreno en las salas españolas el 13 de marzo.