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Saga: Los inmortales

En los años 80, con Russell Mulcahy, Christopher Lambert, Sean Connery y Queen se inició la franquicia Los inmortales. Sin embargo, lo que le siguió es una de las franquicias más frustrantes y decepcionantes para sus seguidores. Se ha intentado recrear numerosas veces la magia que hizo de la primera película un clásico del género, pero siempre con resultados pobres. Sin embargo, esto no significa que carezca de interés, se han producido películas entretenidas, aunque sea solo por lo demencial que resulta el producto final.

Saga: Los inmortales

La semilla de lo que acabaría siendo Los inmortales se plantó en la imaginación de un joven Gregory Widen mientras se encontraba de vacaciones en Inglaterra y visitó la Torre de Londres. Paseando entre las armaduras y armas del pasado se preguntó cómo sería poseer todas aquellas reliquias, pero desde el momento en que fueron creadas. La idea de una historia sobre un inmortal quedó archivada, hasta que Widen la recuperó, ya de adulto, cuando pasó de trabajar como bombero a labrarse una carrera como guionista (la experiencia le sirvió a Widen para escribir Llamaradas [Backdraft, Ron Howard, 1991]). Otras dos influencias sirvieron a Widen como inspiración: la película de Ridley Scott Los duelistas (The Duellists, 1977), sobre dos soldados franceses que se enfrentan en duelos a lo largo de 18 años, y la entonces rompedora novela de Anne Rice Entrevista con el vampiro, por la manera en que mostraba lo terrible que podía ser la inmortalidad.

Cartel español de Los inmortales

Los inmortales

(Highlander, Russell Mulcahy, 1986)
En el momento de su estreno, pocos se esperaban que esta curiosa y tremendamente ochentera mezcla de fantasía, acción y aventuras se fuese a convertir en un clásico de culto. “Ochentera” porque se produjo durante el boom de fantasía cinematográfica de la década de los calentadores que se inició con La espada invencible (Hawk the Slayer, Terry Marcel, 1980) y se consolidó con el éxito masivo de Conan, el bárbaro (Conan the Barbarian, John Milius, 1982). Pero lo cierto es que Los inmortales era bastante diferente del resto de películas de fantasía épica de entonces debido a su ambientación contemporánea y a su estilizada narrativa visual.

Originalmente titulado The Shadow Clan y luego The Dark Knight hasta llegar al título definitivo de Highlander (literalmente, “escocés”), el guion de Widen se vendió rápidamente y fue adquirido por los productores Peter S. Davis y William N. Panzer. Los productores contrataron a Peter Bellwood y Larry Ferguson para que reescribieran el guion. Fueron estos los que añadieron las descargas de energía vital al morir un inmortal y el hecho de que no pueden tener hijos (en el guion de Widen, Connor McLeod –entonces llamado Conor- menciona que se ha casado en múltiples ocasiones y tiene decenas de hijos).

Con el guion en marcha, hacía falta un director que le diera vida. El elegido fue el australiano Russell Mulcahy. Mulcahy había sido un pionero en la creación del videoclip moderno, contando pequeñas historias en cada clip en lugar de tener solo imágenes de la banda actuando. El director rápidamente llamó la atención por su creatividad visual, convirtiéndose en un nombre muy solicitado por las grandes estrellas y bandas del momento. Hay que tener en cuenta que, en Estados Unidos, la MTV, entonces una cadena dedicada exclusivamente a la música y a poner videoclips, empezó a emitir en 1981 y apenas había videos para llenar la programación de un día, de ahí que Mulcahy rápidamente de labrara una gran reputación como director casi llenando la parrilla de MTV él solo. El videoclip que rodó para la canción de Duran Duran Hungry Like The Wolf llamó la atención de unos productores que le ofrecieron su primer trabajo como director: una película de terror de serie B sobre un jabalí gigante. El talento visual de Mulcahy elevó Razorback: Los colmillos del infierno (Razorback, 1984) de simple serie B a festival de terror surrealista, cosechando un gran éxito en festivales, aunque no en taquilla. El talento demostrado en Razorback y, curiosamente, otro videoclip de un tema de Duran Duran, en este caso para el tema The Wild Boys, fueron los que convencieron a Panzer y Davis de que Mulcahy era el hombre adecuado para ponerse al frente de Los inmortales.

Sean Connery en Los inmortales

El siguiente paso para poner en marcha el rodaje era, por supuesto, dar forma al reparto. Sean Connery fue el primer nombre que se incorporó al proyecto, ya que el actor era entonces una gran estrella que aseguraba la distribución de la película. Se le contrató por unos días, de modo que todas sus escenas se rodaron primero, dejando las réplicas a sus diálogos para ser filmadas luego y se usó también un doble en todas aquellas escenas en las que no se le veía la cara. Clancy Brown, que acababa de dar vida al monstruo de Frankenstein en la fallida La prometida (The Bride, Franc Roddam, 1985), fue el elegido para interpretar al villano Kurgan. Roxanne Hart fue escogida para ser el interés amoroso de Connor McLeod en el presente y Beatie Edney interpretaría al gran amor de Connor en el pasado. Y así, poco a poco, se fue completando el reparto. Solo faltaba un pequeño detalle: ¿quién sería el elegido para interpretar al personaje protagonista, Connor McLeod?

Russell Mulcahy empezaba a estar desesperado, la fecha de inicio de rodaje estaba cada vez más cerca y seguían sin protagonista. Finalmente, Mulcahy se convenció de que había encontrado a su Connor cuando vio en una revista un reportaje sobre Greystoke: La leyenda de Tarzán, el rey de los monos (Greystoke: The Legend of Tarzan, Lord of the Apes, Hugh Hudson, 1984). Cuando vio el rostro de Christopher Lambert quedó convencido que aquel era el rostro de Connor McLeod.

El agente de Lambert aseguró a Mulcahy y a los productores Peter S. Davis y William N. Panzer que, a pesar de ser francés, su cliente hablaba un perfecto inglés. En la primera reunión que tuvieron quedó claro que no era cierto, Lambert apenas hablaba inglés y lo hacía con un fuerte acento. Pero el actor se esforzó en dominar el idioma durante el rodaje, trabajando con profesores e incluso Sean Connery le ayudaba con el acento escocés en los días que compartieron rodaje. Teniendo en cuenta las circunstancias y el tiempo que tuvo antes de empezar a rodar, Lambert hizo un gran trabajo. Eso no quita que en los países de habla inglesa se comente con no poca ironía el hecho de que un actor francés de vida a un escocés y el actor escocés por antonomasia de vida a un egipcio/español, comentarios acompañados de poco caritativas opiniones acerca del acento de Lambert. Pero si bien es cierto que el acento en las escenas del pasado no es muy escocés, el acento en el presente de Connor representa que ha de ser de ninguna parte, debido al tiempo que lleva vivo vagando por el mundo. Y por lo menos Lambert se esforzó en crear un acento creíble, Connery no hizo ningún esfuerzo con ningún acento de ningún tipo.

Otra dificultad a la que se enfrentó Lambert durante el rodaje fue su tremenda miopía, responsable de su intensa mirada pero también que tuviera que memorizar las coreografías de manera que pudiera ejecutarlas sin gafas, o lo que es lo mismo sin apenas poder ver, lo que aumentaba las posibilidades de que él u otro miembro del reparto sufriera un más que serio accidente. Felizmente, se pudo concluir el rodaje sin accidentes graves ni serias mutilaciones.

Christopher Lambert en Los inmortales

El rodaje avanzó sin excesivas complicaciones. El elemento que acabaría de darle su única personalidad a la película entró en juego durante la posproducción. Mulcahy escogió a Michael Kamen como compositor de la banda sonora. Como era típico en la época, Mulcahy buscó a un grupo que aceptara componer una canción para la película. Debido a que era fan de la obra maestra Flash Gordon (Mike Hodges, 1980) y que era una de las pocas bandas con la que no había trabajado dirigiendo videoclips, Mulcahy le pidió a Queen que creara un tema para la banda sonora. Para convencer al grupo, el director organizó a los miembros de la banda un pase de veinte minutos con escenas de la película. Quedaron tan impresionados que acabaron componiendo seis temas para la película, colaborando con Michael Kamen, que también procedía del mundo del rock, para integrar estos temas en la banda sonora. El mejor ejemplo de esta colaboración posiblemente sea la secuencia de la vida juntos de Connor y Heather con la canción Who Wants To Live Forever y la música de Kamen en perfecta sintonía. Las canciones de Queen acabarían formando el álbum A Kind Of Magic, destacando que One Year Of Love se inspiraba en un diálogo entre Connor y Brenda que sería luego eliminado de la película. Acompañando a los temas, Mulcahy rodó un par de videoclips de singles de la banda sonora en los que también participó Lambert junto a Queen.

Los inmortales se convirtió en una película de culto de forma casi inmediata. El festival visual de Mulcahy, la mezcla de acción y fantasía del guion, la banda sonora… Una mezcla de elementos que creó un film único que fue un éxito allí donde se estrenó. Excepto en Estados Unidos, lugar en el que el film fue distribuido por la Cannon que decidió eliminar diversas escenas, algunas esenciales para entender quiénes son ciertos personajes y otros cortes bastante absurdos como los saltos de Fazil en la primera pelea entre inmortales. A pesar de estas mutilaciones, Los inmortales empezó a ganar popularidad en Estados Unidos cuando fue editada en vídeo.

Hoy día se puede decir que Los inmortales es un perfecto ejemplo de cine de los 80 en toda su gloria que también se ha convertido en un clásico del género fantástico.

Cartel español de Los inmortales II: El desafío

Los inmortales II: El desafío

(Highlander II: The Quickening, Russell Mulcahy, 1991)
Versión cinematográfica/Montaje del director
El éxito del film en las taquillas de todo el mundo, excepto en Estados Unidos por motivos ya explicados, hizo que muchos distribuidores acudieran a los productores Peter S. Davis y William N. Panzer pidiéndoles que hicieran una secuela. Una secuela, además, en la que regresara Sean Connery a pesar de que su personaje muriese en la primera película. Davis y Panzer sabían que no tenía sentido, pero tampoco iban a rechazar las cantidades de dinero que les ofrecían, así que se pusieron a trabajar en una secuela.

Y este el gran problema de esta franquicia. La primera película no deja cabos sueltos y cierra la historia de los inmortales. Es decir, no dejaba sitio para continuar la historia con una secuela. Así que, desde este momento y a lo largo de toda la franquicia, las secuelas y series que siguieron se dedicaron a contradecir, ignorar y romper todas las reglas que establecía la mitología de la primera entrega.

De modo que si los distribuidores querían que regresara Sean Connery, se resucitaba a su personaje por arte de magia. Y también pensaron en una explicación para el origen de los inmortales: son extraterrestres provenientes del planeta Zeist, enviados a la Tierra como castigo por enfrentarse a la dictadura militar de su planeta natal. En Zeist, Ramírez y Connor son compañeros rebeldes enviados juntos a la Tierra. Dejando de lado que al parecer en Zeist usan nombres muy terrestres, esta historia completamente ridícula contradice todo lo mostrado de ambos personajes en Los inmortales. La trama principal del film transcurre en un futuro distópico en el que la Tierra está envuelta en un escudo de energía para evitar las radiaciones perjudiciales a las que está expuesto el planeta tras la desaparición de la capa de ozono, tema introducido debido al agujero en la capa de ozono que se descubrió entonces.

Además del regreso de Connery y Lambert, se incorporarían al reparto Virginia Madsen, como el nuevo interés romántico de Connor, y como villano tenemos al gran Michael Ironside. También regresaría Russell Mulcahy para dirigir la película y darle su particular toque visual.

El rodaje se puso en marcha en Argentina, ya que parecía la localización que mejor funcionaría según el presupuesto que tenían para crear los grandes decorados necesarios para contar la historia. Esta decisión fue lo que mató la película, más que ridículas decisiones de guion.

Las producciones cinematográficas y televisivas contratan seguros para asegurarse de que, en caso de cualquier incidente que impida completar la filmación, no sea una pérdida total. Sin embargo, las compañías de seguros hacen todo lo posible para no tener pagar. Esto se traduce, por ejemplo, en que muchos actores y actrices con mala reputación o problemas de abuso de sustancias sean vetados. Un ejemplo de esto es cuando Milos Forman tuvo que luchar para que Courtney Love interpretara a Althea Flynt en El escándalo de Larry Flynt (The People vs. Larry Flynt, Milos Forman, 1996). Otro ejemplo es el aumento de las tarifas en caso de que se quiera contratar a una actriz embarazada. ¿A qué viene esta parrafada? Como mencioné anteriormente, la película se estaba rodando en Argentina, que en 1990 atravesaba una fuerte crisis económica debido a una hiperinflación descontrolada. Esta crisis trajo consigo una inevitable inestabilidad social. Ante esta situación, por miedo a tener que cancelar la película y asumir los costos, la compañía de seguros decidió que ya se había rodado suficiente material y dio por concluido el rodaje. Para empeorar las cosas, la misma compañía de seguros se encargó de editar la película.

El resultado fue un desastre de apenas 90 minutos que contaba la historia de forma cronológica, eliminando la estructura de flashbacks establecida en la primera entrega. Para sorpresa de nadie, este desastre fue un fracaso de taquilla y estuvo a punto de matar la franquicia.

Un tiempo más tarde, Russell Mulcahy, con la ayuda de los productores, logró reunir al reparto principal para terminar de rodar las escenas que faltaban y editar su versión de la película. Reeditada para seguir la estructura de la primera entrega, con unos veinte minutos añadidos y editada al gusto de Mulcahy, esta versión apareció por primera vez editada en DVD en 1997. En 2004 se editó una versión definitiva en la que se incorporaban nuevos efectos digitales perfectamente integrados con el material previamente filmado. El cambio más significativo del montaje del director es que elimina la absurda trama del planeta Zeist y hace que los inmortales procedan de un pasado remoto en el que existían como una civilización muy avanzada, enviados al futuro mediante una máquina del tiempo. Lo cual sigue siendo absurdo y no encaja para nada con lo contado en la primera película, pero es ligeramente menos ridículo que convertirlos en extraterrestres.

Esta segunda entrega fue vista desde el momento del estreno como lo peor de la saga. Pero, contemplando toda la saga en perspectiva, creo que el montaje del director hace que sea la mejor de las secuelas cinematográficas. Es una opinión polémica, merecedora de decapitación por parte de los fans más acérrimos no tengo ninguna duda. Es cierto que esta película entra en conflicto con Los inmortales desde el primer momento, pero es que todas las secuelas de la saga entran en conflicto y contradicen lo contado en la primera. Lo que para mí hace que prefiera esta entrega a las posteriores es la dirección de Mulcahy, que ofrece otro espectáculo pasado de vueltas, y un buen reparto que incluye a Michael Ironside haciendo de villano como solo él sabe hacerlo. Es ridícula, pero lo es de forma tremendamente entretenida.

Cartel español de Los inmortales III: El hechicero

Los inmortales III: El hechicero

(Highlander III: The Sorcerer, Andrew Morahan, 1994)
Aún faltaba tiempo para que la segunda entrega fuera redimida, así que esta tercera entrega fue concebida por William N. Panzer como la “auténtica” continuación de Los inmortales, eliminando de la continuidad la segunda parte (si bien la continuidad de esta saga es un chiste).

Christopher Lambert regresa como Connor MacLeod en una película que intenta seguir al máximo la estructura de la primera entrega, esperando volver a capturar algo de la magia de Los inmortales. Una táctica que tiene su lado positivo y su lado negativo. Lo positivo es que se incorporan algunos elementos interesantes, como la magia que utiliza Kane, el villano encarnado por Mario Van Peebles, o que el interés romántico, interpretado por la siempre interesante Deborah Kara Unger, es una reencarnación de un amor del pasado de Connor. Lo negativo es que nunca acaba de resultar tan interesante como la primera, la dirección de Andrew Morahan es demasiado plana como para añadirle sabor a la historia, a pesar de proceder también del mundo de los videoclips como Russell Mulcahy. De nuevo, esta entrega se ha de pasar por el forro las reglas establecidas en la primera entrega para justificar su existencia, en este caso dando como excusa que el personaje de Kane estaba sepultado en una montaña y que el premio que recibió Connor no era el “verdadero” premio. Las semejanzas de argumento con la primera tampoco ayuda a darle una personalidad propia.

En definitiva, Los inmortales III es funcional. No destaca en ningún aspecto en particular, no es memorable por su calidad pero tampoco porque sea particularmente terrible.

Los inmortales The Series

Los inmortales en la pequeña pantalla

Cuando se estrenó Los inmortales III en cines, en televisión ya se emitía desde 1992, la serie Los inmortales (Highlander: The Series). Tras el desastre que fue la segunda parte, Peter S. Davis y William N. Panzer pensaron que tal vez la mejor manera de explotar la franquicia sería con una serie de televisión. Una apuesta arriesgada aunque no lo parezca hoy día, ya que las series basadas en películas no solían funcionar, con alguna notable excepción no pasaban de una o dos temporadas.

Christopher Lambert mostró su interés en el proyecto, más que nada para mantener su propiedad sobre el personaje, en el caso de que se hicieran más películas. Pero el interés de Lambert para aparecer de forma episódica sirvió para que inversores franceses y alemanes se interesaran en el proyecto y la serie se pusiera en marcha protagonizada por Adrian Paul (finalmente Lambert solo apareció en el piloto). Paul interpretaba a Duncan McLeod, primo de Connor McLeod, quien se veía mezclado en las luchas entre inmortales cuando descubre que él es inmortal como su primo. Así, aunque originalmente la serie se concibió como una continuación de la primera película, finalmente se optó por crear una historia relativamente independiente. Para mantener el interés, a partir de la segunda temporada se creó una sociedad secreta, los Vigilantes,  que se dedicaba a monitorizar las luchas entre inmortales, con un vigilante asignado a cada inmortal para seguirlo sin ser revelada su existencia. Dentro de los Vigilantes se encontraban los Cazadores que tenían como objetivo eliminar a los inmortales.

Debido a ser una producción europea, aquí pudimos disfrutar de la serie con episodios más largos que los americanos, ya que se emitían sin los cortes necesarios para adecuarlos a la censura televisiva americana.

La serie fue un sorprendente éxito. Permitía explorar temas interesantes, como se hizo con la relación entre el inmortal McLeod y la mortal Tessa (Alexandra Vandernoot), aunque los primeros episodios eran como miniversiones de la primera película. Este éxito hizo que la serie llegara a las seis temporadas. Originalmente se iba a terminar en la quinta, ya que Adrian Paul quería aprovechar la popularidad que tenía para intentar labrarse una carrera en el cine (no funcionó). Se decidió realizar una sexta temporada que sirviera de puente a un spin-off protagonizado por una inmortal, de ahí que fuera más corta de lo habitual (13 episodios). A la filmación de la sexta temporada también afectó el rodaje de la nueva entrega cinematográfica de la saga, la comentaremos más adelante.

Highlander: The Raven fue el opuesto de la serie Los inmortales. Fue un tremendo fracaso de audiencia y apenas duró una temporada en 1998. Los pocos episodios producidos hizo que, al contrario que la serie madre que fue emitida en Telecinco, el spin-off no fuera emitido en España. The Raven estaba protagonizada por Elizabeth Gracen como la inmortal Amanda Darieux, que utiliza sus habilidades inmortales como ladrona de guante blanco a lo Catwoman y había llamado la atención de los fans en sus apariciones en la serie.

Además del spin-off, los productores Panzer y Davis decidieron desarrollar una serie de animación destinada al público infantil. Los inmortales, versión animada, duró dos temporadas, de 1994 a 1996, en las que contaba las aventuras de Quentin McLeod en un futuro lejano en el que los inmortales han jurado dejar de matarse entre ellos y lograr el llamado “premio” de forma pacífica. Todos excepto el malvado Kortan que busca matar a todos los inmortales para ser él el único. Quentin cuenta con la ayuda de Ramírez, versión futurista del personaje que interpretó Sean Connery. La serie pudo fracasar por sus guiones mediocres o por la terrible animación, la cuestión es que no cuajó. Los cuatro primeros episodios se editaron juntos como si se tratara de una película y se editaron en DVD con el título Highlander: The Adventure Begins.

Cartel de Los inmortales: Juego final

Los inmortales: Juego final

(Highlander: Endgame, Douglas Aarniokoski, 2000)
Versión cinematográfica/Montaje del productor
Con esta película se quería unir la saga cinematográfica y la televisiva, pasándole el testimonio Christopher Lambert a Adrian Paul como protagonista de la saga. Una decisión que se daba debido al éxito de la serie y a que Lambert empezaba a estar algo mayor como para seguir haciendo de inmortal. El villano que hace que Duncan y Connor unan fuerzas es Jacob Kell, que fue interpretado por Bruce Payne, un actor que sobreactúa maravillosamente cuando hace de villano, como podrán atestiguar los aficionados al cine de serie B y directo a DVD (su sobreactuación es lo único que hace soportable bodrios mortales como Warlock 3: El final de la inocencia [Warlock III: The End of Innocence, Eric Freiser, 1999]).

Juego final realmente solo se disfrutaba si habías visto la serie de televisión. Aquellos que no la habían visto o que solo conocieran las películas puede que se sintieran algo desorientados por toda la mitología y personajes que se les presentaba de golpe. Esto llevó a que existan dos versiones de la película, la cinematográfica, producto de la intervención de los terribles Weinstein, y un montaje del productor, pensado para los fans.

La versión de los Weinstein se enfoca hacia la acción, eliminar referencias, escenas y motivos dramáticos que pudieran confundir a la audiencia. Son 88 minutos que se dedican a contar el enfrentamiento entre el villano y los héroes y nada más. Por si fuera poco, los Weinstein crearon un tráiler de escenas que no aparecen en la película, sino inventadas con la intención de atraer espectadores con falsos supuestos. El plan no funcionó (intentaron lo mismo con el remake Negra Navidad [Black Christmas, Glen Morgan, 2006], con iguales malos resultados).

El montaje del productor dura 100 minutos y es bastamente superior a la versión cinematográfica. La intención de traer de vuelta la épica a la franquicia es de apreciar, si bien la dirección carece de algo de imaginación. La mitología creada para la serie de televisión resulta innecesaria y demasiado complicada para una película, pero el resultado final es, por lo menos entretenido. Le sucede lo mismo que a la tercera entrega, no es lo suficientemente mala o buena para ser memorable. Pero tiene el interés de ver a Lambert interpretar al personaje por última vez.

Cartel del anime de Los inmortales: En busca de la venganza

Los inmortales: En busca de la venganza

(Highlander: The Search for Vengeance, 2007) Versión DVD/Montaje del director
Esta fue la última producción en la que participó William N. Panzer antes de fallecer en 2007. El productor y Peter S. Davis se habían encargado de mantener la franquicia en marcha a través de su compañía Davis-Panzer Productions. Panzer pudo despedirse con la que diría es una de las mejores secuelas de la franquicia, un anime dirigido por Yoshiaki Kawajiri, director también de clásicos como Ninja Scroll (Jûbe ninpûchô, 1993) y Monster City (Yôjû toshi, 1987).

Esta cinta de animación es la que menos viola las normas establecidas en la primera película. El protagonista es Colin McLeod, nacido en el año 125 a.C. en Inglaterra que fallece por primera vez cuando su pueblo es invadido por un ejército romano liderado por el también inmortal Marcus Octavius. Colin adquiere el nombre McLeod de forma honorífica cuando lucha junto al clan McLeod, así que no es un primo ni otro familiar perdido de Connor McLeod. Colin busca vengar la muerte de su familia, ejecutada por Marcus Octavius y ambos se persiguen a lo largo de los siglos, Marcus obsesionado con crear una sociedad a su imagen. La historia principal transcurre, de nuevo, en un futuro posapocalíptico en el que se producirá el enfrentamiento definitivo entre ambos personajes.

Aunque la película emplean elementos utilizados en anteriores entregas, las posibilidades de la animación, de la animación de calidad, permite que se exploten estas ideas con mejores resultados. Los noventa minutos del montaje del director, diez minutos más larga que la versión editada en Occidente, explican mejor la trama y los personajes, se les da más sitio para respirar sin dejar de ser una trepidante cinta cargada de acción.

Además de ser la película que más satisfacciones puede dar a los fans de la franquicia, también resultará interesante a los fans de la animación japonesa. Si bien la versión que hay editada en DVD en Europa es la versión corta, se puede encontrar el montaje del director flotando por ahí.

Cartel de Los inmortales: El origen

Los inmortales: El origen

(Highlander: The Source, Brett Leonard, 2007)
Juego final podría haber sido un buen final para la franquicia. No muy espectacular ni emocionante, pero más o menos digno. Pero, de nuevo, la popularidad de la franquicia y la serie no había decaído así que Peter S. Davis decidió poner en marcha una nueva entrega. De hecho, anunció una nueva trilogía en la que se exploraría el origen de los inmortales (porque había dado tan buenos resultados en el pasado…)

Esta supuesta trilogía nunca se hizo realidad tras la pésima acogida que tuvo El origen. Estrenada directamente en DVD, su bajo presupuesto se intenta disimular de forma infructuosa con escenarios CGI. La historia se ambienta en un mundo a las puertas del colapso, un pseudofuturo distópico en el que aparece un nuevo tipo de villano que hace que Duncan se embarque en una aventura para averiguar el origen de su inmortalidad. Esta era una trama que se quiso desarrollar en la sexta temporada de la serie pero que no se pudo llevar a cabo por el reducido presupuesto de que se disponía entonces.

El resultado viene a ser un episodio largo de la serie, pero no muy bueno, especialmente debido a su clímax ridículo. En resumen, es un final pobre que carece de interés para aquellos que no han visto la serie, y tampoco resulta muy interesante para quienes sí la han visto.

Cómics de Los inmortales

Los inmortales más allá de las películas

A pesar del merecido fracaso de El origen, esto no ha impedido que se quiera seguir explotando la franquicia. Dynamite, la editorial norteamericana de cómics, se ha encargado de publicar varias series alrededor de la mitología creada por Los inmortales. Series como Highlander publicado en 2006-2007, con guion de Brandon Jerwa y Michael Avon Oeming y dibujos de varios autores, que funciona como una secuela de la primera película siguiendo las aventuras de Connor McLeod, en las que finalmente se introduce a Duncan MacLeod en el último arco. Doce grapas recogidas en tres volumenes de tapa blanda. Inédito en nuestro idioma.

Le siguió en 2007-2008 Highlander: Way of the Sword, con guion de J. T. Krul y dibujos de Carlos Rafael, en este caso se trata de una precuela de la película original, sin llegar a tener conexión con la serie de televisión. Connor McLeod está tras la búsqueda de la espada de su mentor que perdió en el oceano, la historia acaba justo cuando daría comienzo la película. Una serie de cuatro grapas recogida en un solo volumen. También inédito en nuestro idioma.

Una serie más de tan solo dos números fue Origins Kurgan, con guion de Brandon Jerwa y dibujos de Carlos Rafael, publicado en 2009. Esta vez centrado en el inmortal Kurgan, el enemigo más letal de Connor MacLeod.

Por mencionar, existen un par de videojuegos basados en la saga de Los inmortales, para Spectrum y para Atari Jaguar CD. Hubo un tercer juego en desarrollo destinado a multiplataformas ( Windows, PlayStation 3 y Xbox 360) que nunca llegó a materializarse pues fue cancelado antes de su comercialización en 2010.

Los videojuegos de Los inmortales

Pero el legado de Los inmortales no parece haberse completado todavía, ya que se anunció un remake de la original en 2008, más tarde un reboot de la franquicia en la que han sonado varios actores y directores. Por ejemplo, en 2015 se dijo que Dave Bautista como Kurgan, en 2021 se rumorea que Henry Cavill podría protagonizarlo. Sin embargo, lleva tanto tiempo en desarrollo que es posible que no vea la luz del día. Pero deja claro la potencia de la primera Los inmortales que se haya querido seguir exprimiendo su imaginativa historia y puesta en escena. Como se repite en la saga, «solo puede quedar uno» y queda claro repasando la franquicia de que uno estamos hablando.