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Solo Dios perdona

El nuevo film de Nicolas Winding Refn es violento, perturbador y onírico. Una película que se estrena en salas en nuestro país gracias al éxito de Drive (2011), de otro modo seguramente habría permanecido más o menos inédita como Valhalla Rising (2009) o Bronson (2008), vistas principalmente en festivales.

Solo Dios perdona

El argumento de Solo Dios perdona (Only God Forgives, 2013) puede parecer el de una típica película de acción vengativa, un western con un toque oriental ambientado en la actualidad. Pero tanto el planteamiento y la ejecución subvierten las claves del género y las expectativas del espectador, ofreciéndonos una reflexión sobre la espiral de violencia que puede provocar el sentimiento de venganza que prácticamente resume en un film lo que Park Chan-wook desarrolló en su trilogía de la venganza.

Billy (Tom Burke) decide, como salido de una novela de J. G. Ballard, violar y matar a una prostituta casi por aburrimiento. Billy es ejecutado por el inspector Chang (Vithaya Pansringam), que usa al padre de la chica muerta para llevar a cabo la ejecución. Cuando Julian (Ryan Gosling) se entere de la muerte de su hermano iniciará su propia misión de venganza, pero al enterarse de las circunstancias que rodearon la muerte de su hermano lo deja correr. Sin embargo, la castradora madre de Julian y Billy, Crystal (Kristin Scott Thomas), no está dispuesta a dejar las cosas como están y hará todo lo posible para que Julian vengue la muerte de su primogénito.

En manos de Refn, el supuesto protagonista del film, Julian, adopta una actitud en su mayor parte pasiva. El secundario inspector Chang es realmente el protagonista de la historia. En cierto modo, es una maniobra parecida a la que llevó a cabo John Carpenter en Golpe en la pequeña China (Big Trouble in Little China, 1986), en la cual ridiculizaba la figura del héroe convirtiéndolo en un chiste. En Solo Dios perdona se hace, obviamente, de forma muy distinta. Refn nos muestra, en una escena en parte onírica, la naturaleza de Julian cuando vemos como Mai (Yayaying Rhatha Phongam), una prostituta que Julian paga para que le haga compañía, lo ata a una silla. Mientras ella sentada en la cama se masturba, él observa impotente.

Fotograma de Solo Dios perdona.

Así, aunque Julian adopta el posado estoico y silencioso de muchos (anti)héroes embarcados en vengativas misiones, algo que nos remite, por ejemplo, a la silenciosa Meiko Kaji que protagonizó los clásicos del género vengativo Lady Snowblood (Shurayukihime, Toshiya Fujita, 1973) y la saga Female Prisoner Scorpion; en realidad es una manera de mostrar su autoimpuesta represión y la forma en que los otros personajes le imponen su voluntad. Especialmente su madre, con la que mantiene una relación edípica no muy sana.

Como señalaba antes, las fuerzas motivadoras de lo que sucede en el film son Chang y Crystal. Resulta especialmente fascinante el inspector Chang, que aplica una peculiar forma de justicia, brutal y expeditiva. Pero, al contrario de lo que sucede con otros policías expeditivos, a Chang se le proporciona un aura mística que lo convierte casi en una figura de otro mundo. Crystal, por su parte, es una lady Macbeth hambrienta de poder y violencia que manipula sin escrúpulos a su hijo para obtener lo que desea.

Refn nos sumerge en este mundo violento creando una atmósfera onírica que dota al relato de un aire casi mitológico. Da un mayor énfasis a la violenta naturaleza de los personajes llenando de rojo la pantalla. El rojo es violencia y sangre, pero también ira, furia. En contraste, el mundo exterior es retratado de forma naturalista. Por otro lado, Refn usa la cámara de forma preciosista, en contraste con la “fealdad” de las acciones de sus personajes, regalándonos cuidados movimientos y detallados planos que enfatizan la esencia mística del film.

En definitiva, Solo Dios perdona es un film fantástico que por algún milagro se va a estrenar en salas, de modo que no desperdiciéis la oportunidad de que os hipnotice en pantalla grande.

Estreno en las salas españolas el 31 de octubre.

© Imágenes: Vertigo Films