Una frase que resume perfectamente el atractivo de Sparks, esta clásica/moderna banda, muy influyente y conocida pero siempre al margen de las grandes masas es la utilizada en su póster: “La banda favorita de tu banda favorita”. The Parks Brothers (2021), es un documental dirigido por Edgar Wright que repasa la trayectoria de Sparks.
Sobre el papel, la descripción de este documental no es diferente de la de otros documentales musicales. Arrancando con la introducción de los hermanos Ron y Russell Mael en el mundo de la música desde pequeños, sus inicios a finales de los 60 y, a partir de ahí, siguiendo toda su trayectoria de altos y bajos y altos y bajos hasta el presente, con el estreno de su proyecto cinematográfico Annette (Leos Carax, 2021). Pero Sparks no es una banda típica y Edgar Wright no se dedica a filmar un montón de cabezas parlantes (y las que aparecen siempre se procura hacer de forma interesante). Wright adopta el estilo iconoclasta, irónico, satírico y también honesto y sincero de Sparks, convirtiendo lo que podría ser una estéril colección de entrevistas en un festín visual que incluye animación 2D, stop-motion y la reinterpretación de metraje de archivo. Por supuesto, también hay actuaciones y videoclips de Sparks.
La narrativa nos ahorra los discursos sobre lo grandes que eran los 70/80/90, el ambiente de la época que fuera y lo que hacían las bandas contemporáneas porque lo que hace interesante a Sparks es que estuvieron siempre al margen de las modas ya que eran ellos los que las creaban. Es también su naturaleza pionera lo que los mantuvo como una banda de culto, si bien no fueron ajenos al éxito de las listas. Mientras su continúa experimentación hizo que su carrera estuviera llena de altibajos, estos altibajos tuvieron también su parte positiva: eran redescubiertos por una nueva generación de fans en cada década.
Aunque Wright va siguiendo álbum tras álbum la carrera de Sparks, aquellos que no conozcan a la banda (o no sean conscientes de que ya los conocen) pueden igualmente disfrutar con este documental. No solo por el mencionado festival visual, sino también por ser bastante entretenido y divertido, con momentos absurdos como el videoclip improvisado que hace el dúo en una entrevista en televisión después de que la discográfica se negase a financiar un video para un single. Y si hay alguien que va a ver el documental sin conocer a Sparks, seguramente saldrá convertido en fan tras verlo.