La nueva película de Richard Linklater, Todos queremos algo (Everybody Wants Some!!, 2016), es una secuela espiritual de la clásica Dazed and Confused (1993), que aquí se conoció con el horrible título Movida del 76.
Todos queremos algo arranca con su protagonista, Jake (Blake Jenner), llegando a la universidad cuando faltan tres días para que empiecen las clases, a mediados de 1980. Aproximadamente el año en que también empezaría la universidad uno de los protagonistas de Dazed and Confused. Ambas películas toman sus títulos de canciones de la época. Ambas películas “no tienen argumento”, se dedican a seguir a una serie de personajes. Ambas son comedias que desafiaban las convenciones de sus géneros respectivos, en la primera las comedias adolescentes y en Todos queremos algo las comedias universitarias.
Pero Todos queremos algo acaba siendo un film diferente de Dazed and Confused. Aquí, Linklater se fija en un grupo específico de jóvenes que son ya adultos, pero que todavía no han dejado atrás la adolescencia. Dedican su tiempo a beber, a perseguir chicas, a competir y a fumar hierba mientras escuchan música. Y mientras hacen todo esto, el espectador les acompaña y les observa meterse en situaciones ridículas y lidiar con la fauna que puebla el campus.
Hay una pequeña excusa de argumento: Jake se ha fijado en Beverly (Zoey Deutch), una recién llegada como él, con la que intenta iniciar una relación. Pero esto se trata simplemente de un marco narrativo, para poder tener un principio y un final claro. Lo que realmente le interesa a Linklater es analizar y observar el animal masculino en su entorno natural.
Por fortuna para el espectador esto que, contado así, no parece muy trepidante resulta en una tremenda comedia que provoca carcajadas al espectador. Linklater no tiene prejuicios a la hora de hacer reír al espectador, mezclando el absurdo de la vida con chistes sobre porros.
De este modo, Linklater demuestra que aquellos que piense solo a través del drama se puede hacer cine “serio” se equivocan. Todos queremos algo es tanto un comentario sobre la masculinidad juvenil, una reflexión sobre la entrada en el mundo adulto (y quienes prefieren quedarse en la eterna adolescencia) y la deconstrucción de un género. Pero sobretodo es una fantástica comedia con una gran banda sonora poblada de personajes con los que es fácil identificarse, ya que hay ciertas experiencias vitales y actitudes que son universales.
