Nueva versión del clásico personaje creado por Mary W. Shelley, con James McAvoy (Trance, X-Men: días del futuro pasado) como el infame doctor Frankenstein y Daniel Radcliffe como su ayudante Igor. La novedad en esta ocasión es que la historia se explica desde el punto de vista de Igor.
Resulta extraño ver el logo de la Fox al inicio de Victor Frankenstein (Paul McGuigan, 2015), ya que esta película ignora por completo la novela de Shelley Frankenstein o el moderno Prometeo y bebe directamente de los personajes y situaciones creados en los clásicos monstruosos de la Universal. El ayudante jorobado, nombrado de diversas maneras, aparecía por primera vez en la obra maestra El doctor Frankenstein (Frankenstein, James Whale, 1931) encarnado por Dwight Frye con el nombre de Fritz. El personaje volvería a aparecer interpretado de nuevo por Frye, pero con el nombre de Karl sugiriendo que es un personaje distinto. A partir de aquí se convertiría en un habitual, ningún mad doctor podía aparecer sin su jorobado asistente, e incluso tendría nominación especial y sería incluido en la lista de monstruos en las películas que unían las distintas franquicias terroríficas de la Universal como La mansión de Frankenstein (House of Frankenstein, Erle C. Kenton, 1944) (el universo monstruoso de la Universal fue el primer universo conectado de películas décadas antes de que existiese Marvel).
Pero no es el único préstamo que se hace de las clásicas películas de la Universal, el inspector Turpin, que interpreta Andrew Scott en Victor Frankenstein, es una clara referencia al inspector Krogh de El hijo de Frankenstein (Son of Frankenstein, Rowland V. Lee, 1939), que muchos recordarán más por la fantástica parodia que hacía del personaje Kenneth Mars en El jovencito Frankenstein (Young Frankenstein, Mel Brooks, 1974). Por cierto, es en El hijo de Frankenstein que aparece el ayudante jorobado con el nombre de Ygor (de nuevo, inolvidable la parodia del personaje que hiciera Marty Feldman en El jovencito Frankenstein).
Y todas estas referencias dejan claro el principal problema de Victor Frankenstein: en realidad no aporta nada nuevo a pesar de lo curioso que podía ser la idea de contar una historia familiar desde un nuevo punto de vista, como hiciera Mary Reilly (Stephen Frears, 1996) con la historia del doctor Jekyll y el malvado señor Hyde. De hecho, lo poco atractivo de la propuesta resulta más aparente si tenemos en cuenta que actualmente tenemos una genial interpretación de Frankenstein y su criatura en la serie de televisión Penny Dreadful que realmente resulta diferente de las demás. El problema tal vez radique en el hecho de que el film ignora por completo la obra de Shelley y al basarse exclusivamente en las películas que produjo la Universal (fabulosos clásicos, sin duda) explota la misma tediosa interpretación conservadora tan querida en la ciencia ficción cinematográfica americana que ve con temor y castiga la búsqueda de conocimiento que se introduce en “los terrenos de Dios”, en lugar de aportar una nueva visión del personaje.
Pero tampoco se puede negar que la mezcla de drama, ciencia ficción y thriller de la película pueda resultar entretenida si no se conoce la historia de Frankenstein y las distintas adaptaciones que se han hecho en el cine. Puede ser una buena manera de que los más jóvenes se introduzcan en la historia del científico loco que quería acabar con la muerte, ya que parece obvio que el film está enfocado hacia un público mayoritariamente juvenil/adolescente.
Sin embargo, si es aficionado al género, en particular al terror gótico, este film no aportará nada nuevo al espectador ni le mostrará una versión distinta del clásico personaje. Es más de lo mismo pero ahora con una pátina de efectos digitales.
Estreno en las salas españolas el 15 de abril