Cine

Yo, Frankenstein

Yo, Frankenstein (I, Frankenstein, Stuart Beattie, 2014) tiene todo el aspecto de un piloto de televisión para una serie que nunca fue desarrollada. Grandiosa comedia involuntaria, es tan estúpida y ridícula que parece mentira que se haya estrenado en cines, en lugar de ir directamente al mercado de DVD.

Yo, Frankenstein

Esta fotocopia de la saga Underworld (ya os podéis imaginar el nivel que tiene este film) arranca con el monstruo de Frankenstein (Aaron Eckhart) resumiendo para los espectadores el Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Wollstonecraft Shelley. Luego pasa a mostrarnos al monstruo dejando el cadáver del doctor Frankenstein en el cementerio familiar, donde es atacado por unos demonios. El monstruo se defiende y en ese momento recibe la ayuda de gárgolas. Resulta que gárgolas y demonios llevan a cabo una guerra secreta que los humanos ignoran, en la que está en juego la supervivencia de la raza humana. Bautizado como Adam por la reina de las gárgolas, Lenore (Miranda Otto), el monstruo de Frankenstein deberá decidir de qué bando está.

Yo, Frankenstein

Si no os queda claro el argumento, no hay de qué preocuparse: la película se encarga de que se cuente dos veces, usando prácticamente las mismas palabras. Se rellena así metraje en una película que apenas es capaz de llegar a la hora y media (los títulos de crédito forman buena parte del metraje).

Pero se ha de reconocer que Yo, Frankenstein ofrece motivos de sobra al espectador para reírse a carcajadas, empezando por un grupo de actores que se toma muy, muy en serio la película que están haciendo. Personalmente, me hizo mucha gracia como cada vez que hay una escena de acción, la poblada ciudad se vacía de inmediato. O tal vez es casualidad que cada vez que hay una batalla las calles estén completamente vacías (aunque hay luz en algunas ventanas) y luego se vuelvan a llenar de gente paseando tranquilamente una vez termina todo. Otro motivo de hilaridad es como el film justifica el asesinato de la prometida del doctor Frankenstein por parte del monstruo: un arrebato de pasión (por suerte dejan fuera del resumen la muerte del sobrino del doctor Frankenstein, porque a ver cómo lo justificaban), ya que al fin y al cabo se trata del héroe de la función.

imagen de Yo, Frankenstein

Un héroe, por cierto, que no tiene muy claro el nombre: se le llama tanto el monstruo de Frankenstein como Adam como simplemente Frankenstein. Lo cual hace que el monólogo final de Adam/Frankenstein resulte especialmente ridículo.

Resumiendo, Yo, Frankenstein, resulta divertida de tan mala que es. Pero si no te divierte reírte de una pésima película, es mejor que vayas a ver otra cosa.

Estreno en las salas españolas el 19 de junio.

© Imágenes: Tripictures