Cuando Kevin Smith estrenó su primera cinta de terror, Red State (2011) en el festival de cine de Sundance, dijo que esa iba a ser su última película. Pero tres años después incumpliría su palabra para iniciar una nueva trilogía tras la de Jersey (Clerks, Mallrats, Persiguiendo a Amy) y la de Clerks (todavía por rodar Clerks III). Esta nueva trilogía se llamaría True North, haciendo referencia a Canadá, e iniciaría un nuevo universo de personajes que nada tiene que ver con el de View Askew, aunque ahora se ha anunciado que Bob ‘El silencioso’ aparecerá en la tercera película, pero no adelantemos los acontecimientos todavía.
Tusk (2014) es la primera de esta nueva trilogía, película que asentaría las bases de las siguientes con la elección del género: entre la comedia, el terror y lo freak. Rompiendo así definitivamente la esperanza de un Kevin Smith maduro y serio, el director regresaba a su forma de hacer películas, la de pura diversión como si todo fuese parte de una gran broma entre amigos, lo que a muchos fans no les ha gustado.
La película sigue a Wallace (Justin Long) un podcaster americano que viaja a Manitoba para entrevistar a un humorista que se hizo popular cuando decidió cortarse la pierna. Pero una vez allí descubre que ya murió por lo que no duda en buscar alguien raro a quien entrevistar para aprovechar su largo viaje. Siguiendo un anuncio de un tablón conoce a Howard Howe (Michael Parks), un marino retirado en silla de ruedas que terminará por secuestrarlo. Cuando su compañero de podcast, Teddy Craft (Haley Joel Osment), y su novia, Ally Leon (Génesis Rodríguez), no saben nada de él buscan ayuda y será el detective Guy Lapointe (Johnny Depp) quien seguirá el caso de desaparición.
Tampoco quiero desvelar mucho más, pero es una película extraña y, por ello, impredecible. Como se puede comprender al final, durante los créditos, la idea nace entre risas durante un programa de Smodcast, el podcast de Kevin Smith.
Dos años después llega la película que nos ocupa: Yoga hosers (2016). Estrenada en España en el festival de cine fantástico de Sitges. Kevin Smith recupera a dos personajes de Tusk, las empleadas quinceañeras de un autoservicio enganchadas al móvil, para hacerlas protagonistas. Además del regreso del excéntrico detective Guy Lapointe.
La historia nos lleva a Winnipeg (Canadá), después de los sucesos de Tusk. Colleen Collette (Lily-Rose Depp) y Colleen McKenzie (Harley Quinn Smith) son unas adolescentes amantes del yoga que practican junto a su gurú Yogi Bayer (Justin Long) y empleadas de Eh-2-Zed, un autoservicio, negocio del padre de una de ellas. Un día son invitadas por el chico más guapo de la clase a una fiesta a la que no podrán acudir, pero ese será el menor de sus problemas. El autoservicio se encuentra ubicado sobre la guarida y laboratorio de Andronicus Arcane, un científico nazi que ha creado un ejercito de clones llamados bratzis (Kevin Smith), resultado de mezclar su ADN con bratwurst y sauerkraut, para conquistar Canadá y los Estados Unidos, ¿podrán Colleen C. y Colleen M. detenerlo?
El resultado es una comedia fantástica, muy entretenida, que mantiene la locura de Tusk pero sin ser tan sórdida. Y como ya pasaría con el universo View Askew, Kevin smith trabaja con los mismos actores realizando diferentes personajes en cada película, y salvo las chicas y el detective, en Yoga Hosers vemos de nuevo a Ralph Garman, Harley Morenstein, Haley Joel Osment y Génesis Rodríguez con nuevos roles.
Yoga hosers no ha sido, de nuevo, bien vista por la crítica y sus fans. Algo que no llego a comprender porque esta es más Clerks, es mucho más accesible que Tusk, es distendida, contiene mucho material que procederá a ser icónico y, además, tiene una banda sonora fantástica con temas interpretados por las propias actrices.
La última línea de los créditos reza «The Colleens wil return in Moose Jaws», y yo no puedo estar más ansioso por ver de nuevo a estas heroínas de la generación millennial.
