Zuzu, Riccardo y Dario comparten amistad y lidian con problemas típicos de la adolescencia en los tiempos que corren. Mientras uno cuenta con un trabajo precario, el otro es incapaz de sentirse cómodo con su cuerpo o ella sufre de «amor». Escuchan música, cometen travesuras y sufren de forma solitaria sus propios secretos. De forma paralela a la historia vemos como Zuzu, protagonista principal de Cheese, tiene algún tipo de problema con sus tripas que aluden a un desorden alimenticio o bulímico mientras trata de superarlo. Sin previsión de llegada a algo mejor, Dario les propone participar en la carrera del queso de su pueblo para hacerse con el premio, una cuantiosa cantidad de dinero.
Cheese es la primera obra larga de Zuzu, autora de cómic italiana, con la que ha logrado numerosos premios además del reconocimiento en el sector, un cómic con tintes semi-autobiográficos que en su segunda semana ya se reeditaba, convirtiéndose en uno de los más reimpresos del año pasado. En España es Barbara Fiore Editora quien nos ofrece la oportunidad de descubrirla, además respetando al máximo la edición original de gran formato.
Con una narración episódica, algo anárquica y sin aparente estructura, todo avanza en Cheese sin llegar a mezclarse para, principalmente, desentrañar las preocupaciones de estos tres protagonistas que viven vidas muy corrientes aunque les pueda parecer lo contrario. La autora se centra en un núcleo muy pequeño de personas con el que logra que enfaticemos y/o vernos reflejados en algún momento lo cuál no hace más que introducirnos más en Cheese y en la esperanza de que una carrera siguiendo un queso rodante colina abajo puede ser la solución.
Gráficamente, el dibujo de Zuzu es poco ortodoxo, de los que mola. En la línea de la sueca Hannah Gustavsson (Reno Royal) o los primeros trabajos de Felipe Almendros. Se salta las proporciones, deforma a sus personajes y entornos, todo ello dibujado con firmeza y trazos finos.
Una obra singular, de esas rarezas que no se ven todos los días. Zuzu es una autora que ha demostrado tener voz propia. Si logra no perderlo y pulir más la narrativa nos va a dar grandes alegrías, sin duda no hay que perderla de vista.