La autora holandesa Aimée de Jongh adapta a cómic el clásico de la literatura inglesa «El señor de las moscas» de William Golding publicada en 1954. Una historia que ha inspirado a muchas otras y que, incluso, se han dado situaciones en la vida real que recuerdan a esta ficción que reflejó un gran estudio sociológico sobre el comportamiento y el instinto de supervivencia de una sociedad representada por un pequeño grupo de niños.
Un accidente aéreo deja a su propia suerte a los protagonistas de «El señor de las moscas»; tras estrellarse un avión en una isla desierta, conocemos a Ralph y Piggy; unos niños de apenas 12 años de edad que pronto descubrirán que no ha sobrevivido ningún adulto.
Reuniendo al resto de la tripulación, niños más pequeños que ellos, darán con Merridew, también de unos 12 años, el líder de un coro que funcionan como equipo. Al comienzo creen que pronto vendrán a rescatarlos y no se preocupan demasiado, pero al caer la noche deberán organizarse si quieren sobrevivir. Con el pasar de los días empiezan a haber algunas desapariciones, el reparto de tareas provoca los primeros conflictos que deriva en unas rivalidades y división en grupos que les llevará al límite.
El argumento va más allá de intrigarnos sobre la supervivencia de estos chicos, tanto la obra original de William Golding como la de Aimée de Jongh, que se presenta muy respetuosa a la misma, sintetiza y representa cómo la masa acaban agrupándose en función de unos liderazgos enfrentados. Unos líderes que prometen cuidarlos hasta el punto de controlarlos con el miedo, el peligro y lo desconocido. El comportamiento en sociedad juega un papel importante en la historia.
La inocencia de estos protagonistas logran desnudar al lector, la incógnita de quién está en lo correcto, y quién no, si es que alguno lo está, rompe en un clímax sin opción a la reparación.
Las páginas de Aimée de Jongh son gráficamente una maravilla, desde el dibujo con un diseño de personajes simpáticos y muy expresivos capaces de recrudecerse por momentos, a un color de acuarelas que crean atmósferas alegres y aventureras con las soleadas mañanas en la isla hasta otras más inquietantes con las oscuras noches en la selva.
Narrativamente, «El señor de las moscas» transmite con certeza la valentía o el temor de unos niños que se tienen solos a ellos mismos. Los paisajes, las miradas entre los personajes y los silencios tienen tanta importancia como las escenas de acción y los diálogos, que pueden ser tan violentos como una de las armas que se fabrican en la isla.
Es una buena oportunidad para descubrir y disfrutar de esta historia que ha inspirado a tantas otras más populares hoy en día, tal y como resalta la contraportada: «Antes de Battle Royale y Los juegos del hambre, antes de El juego del calamar, estaba El señor de las moscas».
Por el contrario, si leíste la novela o viste alguna de sus adaptaciones a película, para el que esto escribe la versión de 1990 de Harry Hook, «El señor de las moscas» (Lord of the Flies), fue todo un shock, leer esta novela gráfica es un buen modo de rememorar la historia.
A destacar la fantástica edición de Alianza Editorial que incluye al final unas páginas extras con bocetos, diseño de personajes, storyboard y una nota escrita de la artista sobre su relación con la obra original. Muy recomendable, sin duda alguna.
El Señor de las Moscas
Durante la Tercera Guerra Mundial, un grupo de niños evacuados naufraga en una isla desierta de los Mares del Sur y se enfrenta allí con el desafío de reorganizar su vida en común, a partir de cero.
352 págs. Color. Cartoné. 18,5 x 23,5 cm.
978-84-1148-764-1
Alianza Editorial
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