Ahora que el género de los zombis, ya sea en cómic, cine o literatura; está tan saturado y explotado, resulta gratificante (y sorprendente) encontrarse con una obra que aporta un soplo de aire fresco al género como lo hace el manga de Kengo Hanazawa I Am A Hero.
El principal problema de este género centrado en los muertos vivientes, desde mi humilde punto de vista, es que desde el estreno de 28 días después… (28 Days Later…, Danny Boyle, 2002) –ya sé, ya sé que son infectados y no zombis pero en términos de estructura y narrativa es una película de zombis-, momento en que se empieza a dotar de nueva vida a un género hasta entonces disfrutado principalmente por los aficionados al terror solamente, es que el 99% de películas, cómics y libros aparecidos después del film de Boyle copian el mismo tipo de historia de zombis creado por George A. Romero sin incorporar ninguna novedad (y quiero decir ninguna: ni los zombis rápidos o nazis ni otras supuestas innovaciones son nada nuevo).
Con semejante panorama es difícil encontrar algo que sea remotamente interesante. Más que nada porque en la actualidad las historias de zombis se reducen a una: los muertos vuelven a la vida, se produce un apocalipsis, los supervivientes sobreviven como pueden. Si se es aficionado al terror, esta poca variedad comparada con la existente antes de 28 días después… provoca un mortal aburrimiento.
Por ello resulta motivo de alegría y celebración, para alguien que cree haberlo visto todo, una obra como I Am A Hero que en apariencia es más de lo mismo: en Japón se desata una plaga zombi que lleva la sociedad hacia el colapso. Pero ya en el primer volumen de la serie que publica Norma Editorial, el lector rápidamente se da cuenta de que se encuentra ante algo que es más que el simple refrito apocalíptico.
Y se da cuenta porque gran parte del primer volumen de la serie se centra en mostrarnos el mundo y la personalidad de su protagonista, Hideo, un fracasado dibujante de mangas. Hideo se repite a si mismo como un mantra la frase I am hero, pero la verdad es que es un cobarde, un antihéroe con una peculiar manera de ver las cosas que hace que la obra de Hanazawa sea más interesante de leer (y más divertida) que la mayoría de obras del género que podemos encontrar en la actualidad.
Hanazawa, a través de una brillante mezcla de terror y humor, crea una historia que resulta fresca no solo por su patético protagonista (y, siendo sincero, creo que yo reaccionaría de la misma manera que Hideo, cuyo primer impulso es salir corriendo de cualquier situación peligrosa), también por unos zombis con personalidad, seres que no se dedican simplemente a deambular (o correr) gimiendo en busca de cerebros humanos que devorar.
Así, la suma de un protagonista interesante y una manera más o menos novedosa de presentar a los muertos vivientes, hace de I Am A Hero un manga interesante y entretenido de leer. Por supuesto, la manera que tiene Hanazawa de dirigir a sus personajes y su historia es lo que dota de vida esta historia de muertos vivientes.
Este manga, además, es muy accesible y tiene un aire universal que hace que alguien que no esté familiarizado con el cómic japonés no tenga problemas en meterse en la historia (aunque está publicado siguiendo el sentido de lectura japonés, contrario al nuestro).
I Am A Hero resulta atractiva tanto para el aficionado que cree estar de vuelta de todo como para el neófito que cree que The Walking Dead es la repera. Todo un descubrimiento en una época en que casi todo parece más muerto que sus resucitados protagonistas.
I Am A Hero lo edita Norma Editorial.
Alrededor de 210 págs/volumen. B/N. Rústica con sobrecubierta. 11,5 x 17,5 cm.