Dentro de la iniciada línea editorial más feminista de Ediciones La Cúpula llega esta nueva obra de la guionista Mariko Tamaki, de la que pudimos disfrutar hace tiempo con la más que recomendable novela gráfica Aquel verano dibujada por Jillian Tamaki y editada en la misma editorial, y la puesta en largo de la dibujante Rosemary Valero-O’connell que hasta la fecha ha dibujado historias cortas en Leñadoras, Academia Gotham o Steven Universe.
Laura Dean me ha vuelto a dejar nos presenta a Freddy, una adolescente que está viviendo una tumultuosa relación con Laura Dean, una compañera de clase y una de las personas más populares del instituto. Se juntan y se separan a conveniencia de una de las partes, de mientras la otra lo pasa mal y sabe que esto debe acabar pero algo hace que siempre vuelve a tropezar con la misma piedra. Mientras consulta qué hacer y se deja guiar por sus amigas a las que poco a poco va dejando de lado por correr detrás de Laura cada vez que hace acto de presencia.
El voluminoso cómic retrata una relación tóxica en toda regla, pero también la dualidad de las nuevas relaciones frente a las clásicas, de la forma de afrontar los problemas en la generación Z, la post-millennial, con las apps, webs y nuevas vías de comunicación. Tamaki y Valero-O’connell amplían con este cómic el gran panorama de las experiencias de relaciones LGTBIQ+ en la ficción, y en el cómic, no tan usuales como podría parecer hace unos pocos años.
Con una estética y narración manga, Laura Dean me ha vuelto a dejar se lee con rapidez e intensidad, las autoras dotan de aire o concentran las viñetas en sus páginas para forzar la reflexión o soledad de su protagonista que a menudo mantiene una conversación consigo misma camuflado en mensajes a una web de consultas amorosas.
Mariko Tamaki da un siguiente paso, tras capturar la infancia en Aquel Verano, aquí es la adolescencia y de nuevo con gran acierto pero es el desconocido trabajo de Rosemary Valero-O’connell la gran baza de esta publicación, con un trazo fino y regular y una economía de escenarios, la autora apuesta por la sencillez y el menos es más, además la utilización de un solo color llama poderosamente la atención.