El cómic infantil ha tenido que competir por hacerse un hueco en esas revistas para niños, historias cortas, situaciones de humor que se limitaban, practicamente, a un consumo puntual. Sin embargo, en los últimos años han comenzado a surgir grandes historias que se publican como álbumes individuales que nos cuentan algo más, con tramas elaboradas y nuevos autores/as capaces de conectar con un público joven ávido de nuevas emociones. Es el caso de Júlia Rubau (2001), quien debuta con «El misteri de la Geoda Rosada», un cómic que ha podido desarrollar gracias al primer premio Carnet Jove de cómic, y que recientemente ha publicado Editorial Astronave.

Charlamos con la joven autora, quien tras completar sus estudios de Art Grafic en la Escola Joso, participó en el fanzine «REM!» (realizado junto a otros estudiantes: Derek Marcé, Jhansue Margulis, Lara Joven y Joan Sorribas), y también fue una de las ilustradoras en vivo que retrató a varios artistas durante sus actuaciones en el Primavera Sound.
En 2023, participó en el Concurso de Cómics Ciutat de Cornellà donde obtuvo una mención especial por su trabajo. De aquellas páginas nació el punto de partida para la historia que presentó al premio Carnet Jove de cómic, con la buena fortuna de alzarse con la beca. Una gran oportunidad que ha aprovechado fantásticamente, como ya hemos podido comprobar al leer «El misteri de la Geoda Rosada».
A continuación, la entrevista en vídeo donde charlamos con ella para conocer su experiencia, sus influencias, su modo de trabajar, así como los proyectos en los que ya está trabajando y que muy pronto verán la luz.
SOBRE LA OBRA «El misteri de la Geoda Rosada»
¿Nos explicas de qué va la historia y qué temas trata?
La historia en sí, acompañamos a Lara, Nil y Dídac, tres niños que están en un pueblo en verano. Están veraneando ahí, y básicamente estos niños están muy aburridos, no saben qué hacer y buscando una aventura, algo emocionante, se encuentran con una geoda mágica que ha creado una sociedad de ranas que está viviendo a lado de su pueblo.
Vemos un poco la dinámica entre los humanos y las ranas, se habla un poco de la amistad y como Lara, la protagonista, pues no sabe muy bien cómo gestionar sus emociones, las emociones fuertes, el enfado. La obra habla un poco de eso, de no tener rencor, de saber cómo controlarte las emociones; también sobre la amistad. Habla un poco de la infancia, todo lo que es crear historias y crear toda esa fantasía entre los amigos.
Tanto en las guardas, como en la historia, el trébol de cuatro hojas parece ser el inicio de toda la aventura, aunque después es Lara la que va al río y descubre el fenómeno de las ranas ¿la aventura se ha de buscar o te encuentra?
He querido poner la situación que yo misma vivía, de cuando eras pequeño y creabas todas estas historias y esa sensación de querer verte y estar en ese mundo mágico y mental…
Tenía ese pensamiento de «pues ojalá pasase algo fantástico, que me pasase una aventura cómo las que veo en la tele o en otros cómics» y, bueno, en el caso de Lara viendo que no pasa nada: busca, a dar con algo que le emocione, que le haga cambiar la monotonía y todo el aburrimiento, básicamente.
Otro punto importante, es que la aventura que viven los tres amigos (Lara, Nil y Dídac) es gracias a la ausencia de móviles, sin fotografías que demuestren lo que dicen, atreviéndose a ir más allá, generando cierto conflicto entre la verdad y lo imaginado… ¿fue una decisión meditada? ¿Era importante de algún modo para la historia?
Ambienté la historia en la época de mi infancia. No he tenido el móvil hasta la adolescencia tardía, así que me interesaba reflejar ese aburrimiento, ese momento en el que solo tienes tu imaginación, y como mucho, una Nintendo. Incluí la Nintendo porque me hacía gracia darle ese peso, que se convirtiera en un elemento importante, incluso como medio de comunicación entre los personajes. Es un detalle con el que creo que gente de mi generación puede sentirse identificada. El uso del PictoChat y todo eso me parecía divertido, y me gustaba más situarlo en esa época que en la actual, porque al final es la que yo viví.
SOBRE EL PREMIO Y LA CREACIÓN DEL CÓMIC
En 2023 obtuviste una mención especial en el Concurso de Cómics Ciutat de Cornellà, con las primeras páginas del cómic, con el que el que luego ganaste el premio Carnet Jove de cómic. Parece que tenías muy claro que apostabas por esta historia, ¿de dónde surge? ¿Todos los elementos estaban desde un principio? (aventuras, veranos en el pueblo, amistad de varios protagonistas, una geoda rosada, magia y ranas)
Cuando hice las páginas para el concurso de cómic de Cornellà no tenía ninguna historia en concreto, solo sabía que me apetecía hacer ese tipo de pintura, de ese estilo.
Tengo una tendencia y es que acabo haciendo siempre historias con niños y todo lo que tiene que ver con el universo visual de la infancia. Por lo que tenía claro que quería que hubiesen unos niños, que estuviesen en un río, todo el aspecto visual del bosque me gustaba y añadí también las ranas, y no fue hasta que me planteé presentarme a la beca del Carnet Jove que no busqué la historia que hay detrás.
Sobre las geodas, justo había descubierto un autor, un artista japonés que se llama Yoriyuki Ikegami, que es ilustrador. Me gustan mucho sus ilustraciones y tiene una colección donde tiene muchas geodas, me gustó tanto la iconografía de las geodas que quise añadirlo a la historia. La verdad es que fue muy progresivo encontrar los elementos que han construido la historia, y como quería explicar algo que yo hubiese sentido en mi infancia pues fue desencadenando en esta historia de sentimientos y de gestionar emociones y todo esto.
¿Cuál ha sido el mayor desafío al que te has enfrentado al realizar esta obra?
Me han costado dos cosas. A nivel de guion, es donde tengo más dificultades; lo que se me hace más fácil es dibujar. He hecho clases de guion, pero es lo que siempre me acaba costando más, porque quiero que todo esté lo mejor posible, que se entienda y tenga un mensaje claro. Es la parte en la que más vueltas le das, creo yo.
También, claro, fue un reto gestionar un proyecto tan grande. Justo acababa de terminar el grado en Art Gráfic en la Escola Joso y no sabía muy bien cómo afrontarlo mentalmente. Entonces lo que hice fue ser muy ordenada, por ejemplo hay gente que termina primero una parte a color y luego pasa a otra… Yo no. Yo lo hice todo por fases: primero los lápices, luego la tinta, después el color… todo bien ordenadito. Creo que si hubiese experimentado más, me habría agobiado. Así que cada día me ponía las horas que podía, y poco a poco iba avanzando, porque si no, mentalmente se me hacía difícil organizar tanto trabajo.
Creo que las deadlines (fechas de entrega) van muy bien, porque si no, tiendes a alargarlo. Empecé más o menos en marzo o abril, y con Clara, la editora de Astronave, íbamos fijando fechas orientativas de entrega. Ella me iba guiando y me hizo correcciones a nivel de guion, y poco a poco íbamos avanzando. La verdad es que no sé cómo lo he hecho en tan poco tiempo, pero aquí está. Estoy muy contenta, ha superado mis expectativas. Creo que ha quedado muy chulo y estoy muy feliz con el resultado.
Me gustaría que nos contaras ¿Cómo fue tu proceso de trabajo? Escribiste primero el guion completo, lo hiciste por partes, …
Pues la verdad es que primero, como he dicho, hice todo el guion. Lo iba revisando con Clara, juntas miramos todos los diálogos. Y cuando ya los tuve acabados, sí que hubo un poco de mezcla entre hacer el guion y el storyboard, porque a mí visualmente me cuesta menos imaginar las páginas que tener todo escrito. Entonces, mientras hacía el story, también iba haciendo los diálogos. Y una vez tenía todo esto, lo revisamos entero.
Y el dibujo, ¿Todo el proceso es en digital?
Sí, uso el iPad con Procreate, que es como la aplicación más básica. Hay gente que usa Clip Studio, pero no estoy muy acostumbrada. Lo que intento es simular que está hecho a mano, como si fuera tradicional: gouache, pintura, lápices de colores… Me gusta que dé esa sensación. Me gusta mucho cómo queda el acabado final así.
En eso también me he inspirado mucho en cómo hace los acabados Enrique Fernández, que también trabaja todo en digital, pero sus cómics parecen pintados a mano, ¿no? Me inspiró mucho. Él lo hace mucho mejor, tiene una maestría ya, pero no sé… me gusta mucho ese intento de que parezca tradicional. Igual en algún momento tendría que probar a hacerlo de forma tradicional, pero tardaría mucho más.
Por último, el color, juegas mucho a crear atmosferas con él.
La verdad es que le doy mucha importancia al color. Me gusta mucho todo lo que son paletas muy armoniosas, casi monocromáticas según la escena. Me gusta crear esta atmósfera con un mismo color, y creo que es algo que a mí misma me gusta ver en otros cómics.
Los autores que trabajan con esas paletas tan cálidas, me producen mucho gusto visual. Me encanta ese tipo de tratamiento del color que no es tan literal, sino más narrativo, que busca transmitir la emoción o el ambiente de la escena.
¿Qué ha supuesto para ti recibir la beca?
Recibir la beca me ha ayudado a dar ese primer paso dentro de la industria, que es lo que veo más positivo de que exista este tipo de becas. Porque igual, si no existiera, o no hubiese sido seleccionada, habría tardado muchos más años en conseguir publicar por primera vez. Haber tenido esta oportunidad me ha ayudado a aprender que puedo hacerlo, que soy capaz de acabar un cómic y de trabajar durante un año entero en una sola cosa.
De no haber ganado, hubiese seguido intentándolo, aunque cuesta mucho. Tengo muchos compañeros a los que les cuesta seguir porque recibes muchos rechazos. Haber ganado la beca me ha dado más confianza en mí misma, más ganas de continuar y la sensación de que es posible —a su manera, poco a poco— intentar construir una carrera en esto. No creo que solo me dedique al cómic, pero sí me gustaría que formara parte de mi vida laboral.
¿Por qué decidiste participar?
Cuando terminé los estudios estaba un poco perdida, no sabía qué hacer. Hay tantas posibilidades que no sabía muy bien cómo seguir. Y pensé que… bueno, ya nos lo recomiendan los profes: lo primero es presentarte a este tipo de becas y concursos, apuntarte al máximo posible porque es lo que decía antes, una forma de acelerar el proceso, de darte a conocer.
SOBRE TI
¿Cuál es tu relación con los cómics? ¿Eres lectora? ¿qué te impulsó a realizar tus propios cómics?
De pequeña, como mis hermanas mayores siempre han leído manga y veían anime, pues yo hice un poco lo mismo que ellas. Bebí mucho de lo que hacían. Cuando era adolescente, lo que leía sobre todo era manga, y por eso creo que hay bastante influencia del estilo narrativo japonés en lo que hago.
Cuando empecé en la Joso, se me abrió un poco más la vista a todo lo que existe dentro del mundo del cómic, y empecé a leer más cómic europeo. Ahora tengo mi casa llena de cómics… ¡y creo que a otros dibujantes les pasa igual! Librerías llenas hasta que ya no cabe nada más.
La verdad es que cuando empecé en la Joso no tenía muy claro qué quería hacer exactamente, pero en tercero tuve a Toni Fejzula como profe de narrativa, y la forma en que enseñaba, los ejercicios que propuso… me motivaron mucho. Me ayudó a ver que realmente me gustaba y que podía llegar a ser una parte de mi carrera artística. Me dio el gusto de intentarlo.
También tengo mucha influencia de las series de animación. Creo que mi cómic tiene muchos referentes de ese mundo, y es una parte muy importante de lo que hago. Intento replicar lo que cuentan en ese tipo de historias, por eso al final ha salido como una mezcla de estilos y de formas de narrar.
En tu portfolio online podemos ver que has desarrollado proyectos de animación y videojuegos, ¿te gustaría trabajar en estos otros campos?
Sí, la verdad es que me gustaría trabajar en algún momento en la industria de la animación o de los videojuegos. Me gusta mucho el desarrollo de personajes y de universos, me encantaría explorar también ese camino.
Ha coincidido que he empezado con el cómic y estoy intentando seguir por ahí, pero sí que me gusta mucho la animación. Me gustaría estudiar más y poder contar otro tipo de historias con ese medio, porque me siento muy cómoda. Cuando pienso en una historia de cómic, mi cabeza lo imagina animado, y luego lo traslado al papel. Tengo como ese lenguaje de storyboard mezclado con el del cómic, y creo que eso es lo que se refleja en lo que hago.
¿Tienes algún autor/a o autores favoritos que te hayan influenciado en tu carrera? Incluso en el campo de la animación.
En cómic, como ya he dicho, me gusta muchísimo Enrique Fernández: las historias que hace, la selección, sus colores, el tipo de narrativa… A nivel de cómic, es el autor que yo diría: «me gustaría seguir esa línea».
En animación, sigo mucho a todos los artistas que han trabajado en «Hora de aventuras», «Steven Universe», «Over the Garden Wall»… gente como Rebecca Sugar, Tom Herpich, Adam Muto. Todos beben un poco unos de otros, y de ahí saco muchísima inspiración. Son mis referentes.
También bebo mucho de la ilustración, sobre todo de artistas japoneses como Ikegami Yoriyuki. Tienen una manera de presentar las escenas que a mí me gustaría trasladar al cómic: más pausada, con mucha cotidianidad, con emoción… No tan acelerado, sino más reflexivo.
PRÓXIMOS PROYECTOS
Próximamente participarás en la antología «Pandataria», que publicará Norma Editorial, con una historia de 16 páginas que has realizado con junto a Jhansue Margulis. ¿Cómo ha sido esta colaboración? ¿Y nos podrás contar brevemente de qué va?
Esto surgió a partir de un profesor que tuve en cuarto, Sagar Forniés. En colaboración con Raúle, que es guionista y también daba clases, quisieron hacer un proyecto conjunto con sus alumnos. Creo que fuimos unos 9 o 10 guionistas y dibujantes, y cada pareja hicimos un capítulo, una historia. Todas las historias suceden alrededor de una isla llamada Pandataria, que en la antigua Roma era donde exiliaban a mujeres acusadas de adulterio; era como una especie de cárcel.
Cada historia pasa en esa isla, y hay géneros muy distintos: creo que había una con monstruos… En mi capítulo, concretamente, se cuenta la historia de la hija del emperador. A su madre también la habían exiliado a Pandataria, aunque después volvió a Roma, y ahora a su hija le toca vivir el mismo destino. Y ahí, en la isla, descubre una parte de la vida de su madre que no conocía, como una historia oculta.
¿Cómo ha sido tu primera experiencia trabajando con guionista?
Sí, ha sido la primera vez que trabajo con un guionista. Al principio es un poco difícil, porque cada uno ve las cosas de forma distinta y cuesta un poco sintonizar, pero la verdad es que estoy muy contenta con el resultado.
Con Jhansue me entendí muy bien, ya nos conocíamos de la Joso, así que fue más fácil trabajar juntos. No sé muy bien cuándo saldrá, pero será próximamente. Es un proyecto muy guay porque, siendo alumnos, hemos tenido la oportunidad de hacer algo más profesional, y eso también te da ese empujón para empezar, un poco como lo hace la beca.