Juliet Escoria afronta en esta novela con tintes biográficos su experiencia como internada en un centro de menores con problemas de adicción y mentales. Desquiciada, es así, una novela que nos habla de una coming of age peculiar, de una adolescencia trastornada y los problemas derivados por su comportamiento, de consumo de drogas, de visitas a urgencias hospitalarias, de malas compañías…
Ambientada a finales de los noventa, con su consecuente entrada al nuevo milenio, la protagonista es una adolescente más que disfruta de la compañía de su mejor amiga, acudir a fiestas, … pero algo no parece ir bien, no hay un detonante aparente pero Juliet comienza a ver sombras y siluetas que le acompañan allá por donde va. Lidiando como puede con esta nueva realidad, la protagonista avanza por la vida mientras sus amistades, ubicaciones y demás cambian casi constantemente.
Desquiciada ha sido una de las lecturas más absorbentes y fascinantes que he leído últimamente. Su lenguaje ágil en capítulos cortos, las experiencias por las que la protagonista vive y su narración en primera persona (casi como si fuese un diario personal) transmiten cercanía, si además estás en sintonía con algunos de los muchos sentimientos que se muestran a lo largo de todo el libro, como el de la de soledad, disconformidad social, desubicación y más, la comprenderás al vuelo. De todos modos, no será difícil empatizar con ella y las diferentes situaciones.
La novela introduce muestras de documentos reales, así como dibujos, informes, recortes de noticias o textos escritos desde el presente que contextualizan aún más los sentimientos y vivencias de la protagonista.
No se trata de un libro que venga a explicar síntomas y desarrollos de los que sufren problemas mentales, en el caso de Juliet el diagnosticado es bipolaridad de tipo I. Pero se dan buenas muestras de su experiencia, de lo que provocó, en cierta medida, los intentos de suicidios. De la sobremedicación y experimentación con estos pacientes con todo tipo de drogas adictivas y llenas de contraindicaciones. Viene a desestigmatizar la enfermedad a favor de que ¿tal vez el sistema sea también algo responsable?.
Un auténtico relato de terror sin terror, solo la cruda realidad.
Editado por la nueva editorial Horror Vacui, Desquiciada es una buena carta de presentación que da buena muestra de sus intenciones en la que quieren publicar a escritoras con una literatura inquietante, grotesca, monstruosa y que se aleje de las convenciones de una mal llamada «literatura femenina». Su otra novedad es Lo salvaje de Julia Elliot, un libro de relatos que mezcla la extrañeza del gótico sureño con una sofocante atmósfera apocalíptica y la ciencia ficción con los elementos maravillosos de los cuentos de hadas.
