Literatura

Gente tóxica

¿ME LO DICES O ME LO CUENTAS?

Gente tóxica

Esa es la conclusión a la que he llegado leyendo este libro. Tenía muchas expectativas al comprarlo, ya que servidor ha cometido infinitos errores de conducta con seres humanos, queridos y no queridos, como todo el mundo.

Esperaba encontrar un libro de autoanálisis, un enumerador de conductas erróneas para establecer una autocrítica, desde el plácido oasis íntimo de la lectura en silencio.

El caso es que es un buen libro (de veras lo es), con generosas descripciones de gente tóxica y métodos para ignorarles o hacerle ver sus errores; además de ser de fácil lectura.

Lo malo es el enfoque que se le ha dado a la narración y la publicidad en los medios.

Llegué hasta él gracias a un recorte de prensa, el cual lo describía como: ”Ha llegado a España el fenómeno Stamateas (…) más de 200.000 ejemplares vendidos en Argentina(¿?) Hay gente que desgasta, intimida, culpabiliza (…) ha elaborado una guía para reconocerlos y desactivarlos en un periquete”.

Automáticamente uno piensa: este libro es la bomba, ¡Voy a ser invencible!

Muscleman

Ese es el error: no es un libro de autoayuda al uso, está concebido como una máquina de matar herejes, cuando éstos coinciden en descripción con alguno de los pasajes del libro; pero en realidad hace muy poco para que nos veamos nuestro propio ombligo, el cual se llena con frecuencia de pelillos y macarroncillos.

ombligo

De entrada se parte de la idea de que quien lo compra es virgen, puro y perfecto, por lo que la tendencia siempre será de que la culpa es de los demás. PERO;¿Y TU?

No se alarmen. El primer capítulo nos enseña a entonar el mea culpa ante comportamientos “tóxicos”, pero eso es como darle una antorcha a un pirómano; uno no siempre está dispuesto a reconocer su enfermedad o sus fobias. ¿Por qué soy culpable? ¿POR QUE? ¿QUE HE HECHO? ¿ALGUIEN PUEDE DECIRME QUE PUÑETAS HE HECHO?

Claro, uno quiere subsanar errores y rectificar (que es de sabios) alguna de sus conductas, pero en vez de eso te clichan y te muestran tácticas para que los demás te manden a Santo Tomar Por Culo.

Similar a las portadas de revistas tipo “Salud”, ”Vida Sana”, ”Crecer Feliz”, etc.

No quieren saber nada ni harán nada por ti, sólo poner una tia buena de 25 años en portada y soltar algún consejo, siempre y cuando te puedas comparar a los cánones establecidos de belleza/salud.

Me remito a las arengas: La historia la escriben los vencedores, la verdad es relativa, bla, bla.

Al grano. La introducción acaba con la frase: ”Quiero agradecerle a toda la gente tóxica que me ha inspirado a escribir este libro. ¡Exitos!”.

Ahí ahí, fomentando la desigualdad, valiente hideputa, hijo bastardo de Nietzsche.

Divide entre diferentes tipos de toxicómanos, a saber:

1/meteculpas, 2/envidioso, 3/descalificador, 4/agresivo verbal, 5/falso, 6/psicópata, 7/mediocre, 8/chismoso, 9/autoritario, 10/neurótico, 11/manipulador, 12/quejoso.

Curiosamente sólo el apartado 2, El Envidioso, está narrado de cara al lector, incluso propone pequeños test para que sepamos nuestro nivel de envidia. Será porque la envidia es el deporte nacional, o bien se trata de un anexo a la edición española, qui lo sa.

Pero el resto es en plan: estos mendas són así y así y les puedes meter por aquí y por allá.

A ver, ¿y si yo poseo alguno de los rasgos de los puntos 3, 4, 6, 8, 9, 10, 11 y 12, que hago? ¿Me pego un tiro? Señor doctor, tengo un problema: este libro.

En el capítulo El descalificador hay una frase muy brillante: ”Está comprobado que el abejorro, aerodinámicamente, a causa de su peso, tamaño y cuerpo no puede volar, sólo que él no lo sabe”.

Ok, la ignorancia es la fuerza, muy 1984, gracias.

Es chocante que el capítulo El psicópata se encabece con la frase:”¿Psicópata yo?”. Y ya está, el resto: son así,son asá.

También existe una mega-contradicción. En la descripción del psicópata afirma que éste es capaz de adaptarse y cambiar de forma rápidamente(pág.99). Luego, en el capítulo El mediocre afirma: ”La diferencia entre ser grande y/o mediocre y miserable estriba en la imaginación y el poder para re-crearse uno mismo todos los días”.

Ya lo pillo; si no tengo que parecer un psicópata(porque me adapto rápidamente), deberé actuar mediocre y miserablemente; o eso o ser “grande” (¿acaso los grandes no se reinventan?).

Muchas gracias, este consejo me irá de perlas en una entrevista de trabajo.

Página 160, apartado 3: ”Cómo liberarnos de los manipuladores”. Fácil, comprando tu libro.

Termina en lo más alto. Después de desgastar el filo de su bardeo, el autor termina con los apartados El poder de las palabras y Libres de la gente, orientados a emplear sabiamente nuestras decisiones mediante los vocablos si y no y a augurarnos vida infinita y tooodo lo que nos propongamos.

Miren, miren. Pág 212: ”Soy yo quien decide sentirse mal o bien(…)eres tú quien a cada momento decidirás que valor le darás a cada palabra”. Vaya ego-trip señores.

Muy bien, muchas gracias; eso hará sentir al lector como una especie de He-Man Psicosomático, por el Poder de Grayskull.

He-man

Sucede que el libro no garantiza el control de calidad de sus lectores, que seguramente lo usarán como una Biblia del Rajamiento y los convertirá en más tóxicos, aunque ignoren serlo.

La última página del libro es casi de vómito: ”…que bueno es también tener un dia a la semana para disfrutar del descanso que te mereces”.

Ladies and Gentlemen, con todos ustedes: EL SISTEMA.

Gracias Stamateas por tu libro de antiayuda, tras su lectura conseguí descubrir lo que realmente deseaba ser en esta vida.

Gore en las calles
“Aaaaargh,soy el hijo de la gran puta más malo  que hayas conocido jamás”

     -Gore en las calles, dir. Jim Van Bebber,1988-

Gente tóxica de Stamateas Bernardo, ha sido publicado en España por Ediciones B rústica. 232 páginas. Tamaño 15 x 23 cm. ISBN: 978-950-15-2476-5

© Imágenes: Varios