La memoria del pasado habita en los travesaños de un puente colgante hacia el futuro. Una certeza que cuanto más tiempo pasa más aguda se vuelve. Así de clara. Así de simple. Así de absoluta. Porque el pasado (nuestro pasado) asienta sus posaderas en el futuro (nuestro futuro). Y por eso no es posible huir de él, ni avanzar a sus espaldas. Porque el pasado y sus recuerdos, forman parte de nuestro destino.
En “Un año de perros”, ópera prima de Toni Casablanca, Briefkasten es el protagonista. Un lugar de retiro donde pararse a coger aire, contemplar el paisaje y reflexionar mientras se espera el devenir. Desde Biefkasten seguiremos el viaje introspectivo de un narrador en primera persona que, como una auténtica estrella de rock, nos abandonará a los 27 capítulos.
Toni Casablanca capta paisajes difuminados por la memoria pero nada anónimos. Es el retrato entre preciso y enajenado de aquel ambiente que reinaba en la ciudad hace un par de décadas. Un retrato que llega a su punto culminante, cuando la novela comienza a enfilar su recta final y los barrios de Gracia y Sant Andreu, estallan entre los párrafos del libro con pirotecnia de concierto ochentero.
Un año de perros, es un libro muy bien escrito que nos habla de identidad, de ausencia y de memoria. Un momento de cavilación, que avanza hacia atrás con delicadeza inusitada. Una novela que nos explica cosas muy tristes con un lenguaje muy poético. Y aunque es muy corto, en él caben muchísimas cosas: los amigos de la infancia, Frank Capra, el underground barcelonés, Andy Warhol, el expresionismo alemán, Syd Barret, Almodóvar, MacNamara, iconos del punk y del rock, José Legrá, AC/DC y hasta los angelitos negros de Machín.
Atractivo debut de Toni Casablanca como escritor, autor que reside en Berlín y compagina la escritura con el cine y la música.
Un año de perros, ha sido publicado en España por Editorial Alhulia. Rústica. 120 páginas. ISBN: 978-84-15464-00-6