Detrás de Blam de lam (llamativo nombre extraído de una onomatopeya de nuevo cuño ideada por Bob Dylan) se esconden 5 músicos originarios de Martos (Jaén), obsesionados con la psicodelia más accesible, los cuales han parido un espléndido disco del cual es difícil escapar una vez inmerso en su intrincado universo interno.
Partiendo de las enseñanzas de grupos de la talla de Spacemen 3, Nacho Vegas, El Columpio Asesino, Slowdive, Lagartija Nick o Los Planetas, nos encontramos ante once temazos cargados de lisergia, toques de space rock y kraut rock, influencias éstas aún más significativos conforme el disco avanza, finalizando el álbum con toda una declaración de intenciones, «Radiografía al cielo», de casi 7′ de duración que deja con una sensación de plenitud muy significativa y rara vez experimentada por estos lares.
Comentaba anteriormente el gran abanico sonoro en el cual se mueve este quinteto y es que es inevitable hablar de influencias (todo el mundo las tiene) tanto foráneas como nacionales: con esto sólo quiero decir que aún conociendo las bases en las que se sustenta el sonido del grupo, Blam de Lam son capaces de noquearte desde la primera canción debido a una excelente música acompañada de unas letras un tanto oscuras y tenebrosas, las cuales redondean sobremanera el producto final, reafirmando que estás escuchando algo muy grande en cada nueva escucha.
Uno de los mejores discos del pasado año y debuts nacionales de los últimos años.
Blam de lam, “La máquina y el movimiento” (Green Ufos, 2013)
