En algún lugar del mercado de Chatuchak, Tailandia, entre las seis y las ocho de la tarde verás en una de las tiendas una puerta con un buda rojo dibujado. Golpea la puerta cuatro veces y la voz de un hombre te ordenará que entres. Abre la puerta.
Al entrar descubrirás un almacén lleno de urnas con animales en su interior. La puerta se cerrará de golpe. La única luz que habrá en la sala iluminará un ánfora de cristal situada en el centro con seres que se retuercen dentro. En la penumbra habrá un monje budista con todo el cuerpo tatuado, meditando. No le hables. Cuando abra los ojos, te mirará y te hará una reverencia, correspóndele con otra. Éste te hablará sobre la meditación y la capacidad de aguantar el dolor. Entonces se arrancará el dedo de cuajo, llevándose con él un anillo. Lo tirará al ánfora y unos gruñidos infernales saldrán de ella haciéndola vibrar. Te preguntará por la cantidad de seres que hay dentro. Piensa la respuesta o no podrás salir del lugar. Al contestar, el monje te dará permiso para buscar el anillo en el ánfora. En ese momento el monje caerá al suelo convirtiéndose en un cadáver que aparentará llevar años en descomposición. Serán los seres los que te juzguen. Si fallas te destrozarán el brazo alimentándose de ti y al acabar te succionarán el alma encerrándola con ellos. Si aciertas podrás llegar al anillo, a pesar de los mordiscos, y ser libre.
Ése es el objeto 23 de 50, Vínculo parasitario. Te mantendrá en un estado de extraña vitalidad pero te impedirá dormir a causa de sus mordiscos. Sus gruñidos te acompañarán de por vida.
Recuerda, no has de hablar con nadie, no se lo digas a nadie o tu lengua se hinchará hasta ahogarte.
Escrito por: Sergio Dragonfly
©Ilustración: Víctor Plaza