Vincenzo Natali escribe y dirige en cierta manera el frankestein del siglo XXI; no formado a partir de miembros humanos sino desde la mezcla de ADN. Splice: experimento mortal es una película de ciencia ficción que parte de un guión que escribió en 1995 para un cortometraje, pero que tras el éxito de su primera película Cube (1997) y varias conversaciones pasa a ser el guión de un largo (1999); pero los complejos requerimientos de efectos visuales lo dejó en punto muerto hasta que en el 2006 junto a Guillermo del Toro como productor, el proyecto toma fuerza.
Un par de ingenieros genéticos logran una nueva raza híbrida, en principio inofensiva, pero que pronto desarrolla rasgos de depredación, incluso sexual. Una monster movie atípica.
Protagonizado por el oscarizado Adrien Brody y Sarah Polley, defienden junto a la criatura prácticamente todo el film; con un arranque muy directo al interés de la trama y que mantiene al espectador pegado a la butaca hasta el punto de inflexión y cambio de escenario, donde disminuye el interés y se afloja el ritmo de acontecimientos. Después nos aportan datos irregulares que no llevan a ningún sitio pero por suerte poco antes del clímax volvemos a estar totalmente volcados en la trama; aunque su post-desenlace nos deje frío.
Autentico cine moderno de ciencia ficción que por su paso en el festival de Sitges 2009 fue nominado a mejor película y recogió el premio a los mejores efectos especiales. Sobre la concepción de la criatura resulta cuanto menos grotesca, en el buen sentido de la palabra, bastante verosímil; excepcionalmente en su etapa infantil-adolescente que por lo personal me daba hasta repelús.
Vincenzo Natali confirma con Splice: experimento mortal que aun tiene cosas que decir, pero no será en su próximo proyecto ya que adapta Neuromante de William Gibson, novela scifi de culto de estilo ciberpunk, … veremos que tal es, pues la novela en su época me resultaba muy enfarragosa y fui incapaz de leerlo.