En algún lugar de los callejones de Nueva Orleans, en Luisiana, busca una puerta de madera de ébano con un ramo de lavanda seca. Cógelo y pártelo en dos, justo al crujir una voz de mujer te ordenará que entres. Abre la puerta.
Al entrar descubrirás una habitación parecida a un ático con el techo picudo, el suelo encharcado de sangre y un pequeño tragaluz al fondo. La puerta se cerrará de golpe. A contraluz, en el centro, encontrarás una mujer de piel oscura, desnuda, magullada y atada de pies y manos colgando de la biga principal. La mujer empezará a susurrar en un idioma desconocido y acto seguido hará una leve reverencia con la cabeza, correspóndela con otra en señal de respeto. A continuación te pedirá que te acerques lentamente, observarás sus cuencas vacías y algo dentro que las picotea. No la mires directamente y mantén la calma. La mujer volverá a susurrar y su sombra empezará a alargarse cada vez más en tu dirección. Corre, deberás encontrar la manera de evitar que te atrape. Si no lo consigues, quedarás en estado catatónico cuando su sombra se pose sobre ti. La mujer gritará y se le hinchará el estómago hasta reventar, de sus tripas saldrá un monstruo alado de plumas negras que acabará devorándote a picotazos. Si consigues evadirla y estar a salvo, las cuerdas se desatarán solas, la mujer caerá al suelo uniéndose con su sombra y dejando al desvanecerse un esqueleto de pájaro. Recoge la calavera y vete. Enhorabuena, eres libre.
Ese es el objeto 16 de 50, Corvus Corax. Petrificará el alma de aquel que se encuentre bajo tu sombra transformada en ave.
Recuerda, no has de hablar con nadie, no se lo digas a nadie o te morderás la lengua hasta arrancártela antes de pronunciar palabra.
©Ilustración: Elena Prats