Regresa Paul Verhoeven a las pantallas con una peculiar mezcla de thriller y drama que adapta la novela Oh… de Philippe Djian. El resultado es una película que se aparta de las convenciones para ofrecernos el fascinante retrato de un traumatizado personaje.
El film nos cuenta la historia de Michèle Leblanc (Isabelle Huppert), que es atacada y violada por un desconocido enmascarado. En lugar de denunciarlo a la policía, Michèle decide investigar por su cuenta quién es el enmascarado que la ha violado y que parece tener una enfermiza fijación por ella.
Aunque por su argumento podría decirse que nos encontramos ante una rape & revenge (películas que giran en torno a mujeres violadas y sus sangrientas y brutales venganzas), lo cierto es que este film tiene más en común con El portero de noche (Il portiere di notte, Liliana Cavani, 1974) que con una película del estilo de La violencia del sexo (I Spit on Your Grave, Meir Zachi, 1978). Esto es así por la fascinación casi masoquista que tiene Michèle por su atacante y la manera en que esta investiga quién puede serlo. A medida que la película se va desarrollando se van desvelando dos misterios: la identidad del violador y el por qué Michèle actúa de la manera en que lo hace. El primer misterio se revela de forma clara, el segundo es mucho más complejo. Para intentar encontrar las claves de la actitud de Michèle, Verhoeven y el guionista David Birke nos van mostrando poco a poco hechos del pasado de la protagonista y las curiosas relaciones que tiene con su entorno.
Así, vamos conociendo a Michèle con una lograda mezcla de humor negro y drama que mantienen al espectador continuamente entretenido cuando no intrigado. Verhoeven trabaja por primera vez en Francia usando una lengua que no domina, pero no parece que se haya perdido nada en el camino. El tono del film se ve apoyado por las características habituales en el cine de Verhoeven, como la mezcla de violencia y sexo, en un film que tiene más en común con los inicios del director, como la genial El cuarto hombre (Die vierde man, 1983) o Delicias turcas (Turks fruti, 1973), que con sus últimas producciones (su mediometraje del 2012 Steekspel sigue inédito en nuestro país, así que no sabría decir si es algo que ya se produce en él).
Huppert domina la película con una gran interpretación encarnando a la complicada Michèle. El resto del reparto no se queda atrás y su trabajo es otra razón más por la que esta película resulta tan divertida de ver a pesar de sus momentos oscuros y brutales. En particular destacan los actores que encarnan al círculo personal de Michèle, Laurent Lafitte, Anne Consigny, Charles Berling, Virgine Efira, Judith Magre y Christian Berkel. Todos ellos hacen que la vida de Michèle sea bastante complicada pero muy entretenida para el espectador.
Elle es un notable film del director de clásicos como RoboCop (1987) que se aparta de los tópicos y clichés, logrando que el espectador se ría a carcajadas en una escena y en la siguiente se sienta horrorizado, que disfrutarán aquellos amantes del cine como arte además de entretenimiento.
Estreno en las salas españolas el 30 de septiembre
