Moisés (Gael García Bernal) forma parte de un grupo de mexicanos que trata de cruzar la frontera hacia Estados Unidos de forma ilegal. El camión que los transporta se estropea y se ven obligados a continuar su viaje atravesando a pie el desierto. Entonces, el grupo se convierte en el objetivo de Sam (Jeffrey Dean Morgan), un fanático racista que se dedica a cazarlos y darles muerte. Ahora, la travesía de Moisés y los demás se convierte en una lucha por la supervivencia.
Desierto (Jonás Cuarón, 2015) logra ser una tensa película cargada de suspense y angustia al mismo tiempo que una potente denuncia social. Y lo hace mezclando el drama social con el thriller, el cine de aventuras y algunos elementos del cine de terror. Simplemente viendo la identidad del cazador y los cazados no es necesario elaborar mucho el subtexto, permitiendo que el espectador disfrute con la mezcla de géneros y elementos posible gracias a su sencilla premisa.
El género de la caza de humanos se funda con la clásica El malvado Zaroff (The Most Dangerous Game, Irving Pichel, Ernest B. Schoedsack, 1932). Esta película nos presenta a un millonario, el Zaroff del título castellano, que se dedica a cazar a los incautos que llegan a su isla. A partir de aquí, muchas películas cogerían esa premisa creando una larga lista de cintas en las que millonarios, normalmente pertenecientes a algún tipo de sociedad secreta, se dedica a cazar personas como si fueran animales, como sucede en Blanco humano (Hard Target, John Woo, 1993) o en Juego de supervivencia (Surviving the Game, Ernest R. Dickerson, 1994). Desierto coge algunos elementos de este subgénero y los mezcla con el de supervivencia, en el que nos encontramos a unos personajes que, fuera de su entorno, se convierten en la presa de un grupo de psicópatas que los cazan uno a uno. Un subgénero cuyo principal antecedente es la clásica Defensa (Deliverance, John Boorman, 1972). Aunque teniendo en cuenta la ambientación desértica del film de Jonás Cuarón, posiblemente recuerda más a la australiana Acoso implacable (Fair Game, Mario Andreacchio, 1986) con toques de El perro (Antonio Isasi-Isasmendi, 1977).
Cuarón mezcla elementos de estos dos subgéneros para presentar una nada sutil alegoría sobre el racismo que parece repuntar en la actualidad. Aunque el film se rodó mucho antes de las elecciones americanas, parece presagiar la nueva América de Trump. Sin embargo, como ya indicamos antes, todo este subtexto sobre el racismo y el odio hacia la inmigración no entorpece la narrativa principal del grupo de mexicanos intentando sobrevivir el ataque del fanático Sam. Se ha de añadir que este personaje se salva de ser un simple cliché gracias a la estupenda interpretación de Jeffrey Dean Morgan.
En definitiva, este es un film que tiene cosas a decir y las dice acompañadas de grandes dosis de tensión y suspense.
Estreno en las salas españolas el 6 de enero