Podemos agradecerle al director Rob Cohen la existencia de la saga Fast & Furious, ya que fue el director de la primera entrega. Sin embargo, a lo largo de su carrera Cohen se ha caracterizado por dirigir películas sin personalidad propia aunque con buenas secuencias de acción. Operación: Huracán (The Hurricane Heist, 2018) es otra muestra de su talento en este sentido.
Un grupo de ladrones ha planeado robar 600 millones de dólares viejos, almacenados en un edificio federal a la espera de ser destruidos. Cuentan con la cobertura de un potente huracán, lo que ha obligado a evacuar la ciudad, para llevar a cabo con éxito el golpe. Con lo que no cuentan los ladrones es que la agente federal Casey, interpretada por Maggie Grace, el meteorólogo Will y su hermano mecánico Breeze, Toby Kebbell y Ryan Kwanten respectivamente, harán lo que sea para impedir que los criminales lleven a cabo el golpe.
El guion de Operación: Huracán parece creado por una inteligencia artificial: suma elementos vistos ya en centenares de películas de acción como si fuera una receta de cocina. Sin alterar cantidades ni aportar ningún toque personal. Ni siquiera la idea de mezclar un desastre natural con un robo es original, es el mismo concepto de Hard Rain (Mikael Salomon, 1998). Es también un concepto muy explotado en los telefilmes que produce y/o emite SyFy, si bien Operación: Huracán tiene suficiente presupuesto como para que no parezca que los efectos visuales se han hecho con un Spectrum. Tampoco mucho más, ya que no estamos ante una superproducción hollywoodiense.
Pero a su favor se ha de decir que es una película tan absurda y estúpida que acaba siendo bastante divertida y entretenida. Empezando con las letras que son animadas para que parezca que se las lleva el viento, uno ya intuye la calidad de la película que tiene delante. Cuando, en el prólogo, se anima una calavera gigantesca dentro del huracán para que parezca un monstruo primigenio (y se trata de un huracán “natural”), queda claro que estamos ante un caso de “tan mala que es buena”. Y esa es la gracia de esta película: es tan cutre y tiene momentos tan ridículos que es imposible no reírse viéndola. Además, como ya he mencionado, Rob Cohen es un director sin personalidad, pero sabe cómo dirigir la acción.
Por tanto, si os apetece ver una película cutre de la que podáis reíros un rato, Operación: Huracán es una buena elección. Sin duda, es un film destinado a ser emitido los domingos al mediodía.
Estreno en las salas españolas el 11 de mayo