Escrita y dirigida por Ari Aster, Hereditary (2018) viene precedida de un gran éxito de crítica y público en Estados Unidos, impresionante tratándose del debut del director en el largometraje. Uno de los filmes de terror más interesantes de los estrenados en lo que llevamos de año, el éxito de este título se debe tanto a su inquietante atmósfera como al gran trabajo de su reparto, en el que destacan Toni Collette y Gabriel Byrne.
La pesadilla de la familia Graham arranca cuando muere la matriarca de la familia. Annie (Collette) intenta darle sentido a la complicada relación que tuvo con su madre, Steve (Byrne) intenta mantener unida a la familia, Peter (Alex Wolff) pasa por los típicos problemas de la adolescencia y la pequeña Charlie (Milly Shapiro) empieza a actuar de manera extraña. Los extraños sucesos se van acumulando a medida que Annie descubre más sobre su familia.
Realmente, la sinopsis de Hereditary no le hace justicia. Es una excelente prueba de que la ejecución lo es todo a la hora de contar una historia en el cine. Puedes tener una idea original, pero si no la ejecutas adecuadamente puedes acabar con un film mediocre. Por otro lado, puedes partir de una idea poco original, pero bien ejecutada, añadiéndole personalidad y estilo, puedes acabar con un film notable. Es el caso de la película de Ari Aster, que tal vez no es la gran obra maestra que su reputación sugería, pero es una interesante y efectiva película de terror. Una película de terror “adulta”, alejada de los jump scares, siguiendo el estilo de títulos como La bruja (The Witch: A New-England Folktale, Robert Eggers, 2015), otro debut impresionante también producido por A24.
El film juega con el silencio y la banda sonora para ir sumergiendo al espectador en la historia, que en sus primeros minutos parece un drama familiar. Un drama familiar muy inquietante, debido a las pistas, imágenes y detalles que planta Aster y que luego tendrán suma importancia cuando la trama empiece a revelarse. Es un film que exige atención por parte del espectador, recompensando el esfuerzo con una parte final inquietante y perturbadora.
Como decíamos al principio, Hereditary cuenta con una serie de estupendas interpretaciones llevadas a cabo por un reparto entregado, atraído seguramente por el componente dramático del film, en el que destacan Collette y Byrne, dos veteranos actores de sólida trayectoria. Pero también cabe destacar el trabajo de los jóvenes actores que interpretan a los hijos de la familia. Milly Shapiro, maneja bien los aspectos más inquietantes de su personaje, mientras que Alex Wolff tiene algunas escenas muy complicadas, sin entrar en spoilers, que el actor supera con nota.
Inquietante, perturbadora y desasosegante, la película coge una premisa ya muy usada en el género y la transforma presentándosela al espectador de forma que este queda atrapado por Hereditary.
Estreno en las salas españolas el 22 de junio
