Tommi Parrish retrata ese viaje a la nostalgia de cuando te encuentras con un/a viejo/a amigo/a de la adolescencia muchos años después, persona con la que te quitas esos muros de falsedad impuesta a lo largo de los años, de ser sincero por primera vez en mucho tiempo, hasta el punto de que llegas a fantasear una relación inédita hasta entonces.
Tim se encuentra a Cleary trabajando de cajera en el supermercado, hace tiempo que no se ven y quedan para tomar algo después de la jornada de ella. A pesar de la amistad que les unió en el pasado es una situación incomoda pero ambos están perdidos y eso les basta. Él está a punto de casarse, ella acaba de cortar con una pareja. Se ponen al día y la tarde prosigue así que Tim entra a otro supermercado para comprar vino, de mientras Cleary se encuentra un libro en la calle que comienza a leer «Un paso al interior no significa que lo entiendas», una historia existencialista sobre una stripper. La lectura se intercala con el encuentro de ambos que van ganando confianza y empiezan a contarse intimidades en un camino sin vuelta atrás.
La mentira y cómo la contamos es un álbum de gran formato sensacional en muchos sentidos donde Parrish explora la sensibilidad de las relaciones de amistad, de amor y/o de la identidad sexual. De la comunicación entre líneas de cuando se quiere algo pero no hay la valentía de hablarlo de frente. De las fantasías por cumplir y las confesiones inconfesables.
Gráficamente, el trabajo de Tommi Parrish es maravilloso, de dibujo feísta pero coloreado con pintura gouache/acuarela, los colores resaltan una atmósfera que se transforma a cada página. Narrativamente hablando, La mentira y cómo la contamos es una obra de gran calado, el subtexto de lo que se habla y el ritmo con el que se dosifica la información de la historia en la que se va descubriendo las diferentes capas de los personajes poco a poco entran en el lector de la forma más sencilla y por la que acabas sintiendo su estado de desesperanza y emoción ante un posible cambio.
Gracias a la edición de Astiberri, este 2019 cuenta con un gran cómic que nos devuelve la mirada a los ojos sin miedo, la mentira tiene las patas muy cortas y Tommi Parrish no duda en captarlo para su primera obra larga que le valió, merecidamente, cuatro nominaciones en los premios Ignatz de 2018: Mejor artista, mejor novela gráfica, mejor historia y mejor nuevo talento.
