Con uno de los arranques más bonitos que recuerdo en una película, The Last Black Man in San Francisco nos ofrece una carta de amor-odio por la ciudad en la que residen los protagonistas y que aparece en el título. El aferrarse a las raíces de su familia para amarrar su resistencia a irse de San Francisco aunque la situación sea del todo desfavorable.
Jimmie Fails duerme en el suelo de la habitación de su mejor amigo Montgomery, un dramaturgo que dibuja y escribe en su libreta a todas horas inspirándose en la realidad que le rodea. Montgomery vive junto a su abuelo ciego (Danny Glover). Pero Jimmie tiene un plan, recuperar la casa victoriana que una vez su abuelo, conocido como el primer negro de San Francisco, construyó con sus propias manos. En el barrio, un grupo de negros que se discuten a todas horas le recordará de donde viene, de su madre que le abandonó y de su padre drogadicto.
The Last Black Man in San Francisco nos pone en la terrible situación que muchas grandes ciudades ha sufrido, la contaminación tanto física con residuos vertidos en sus aguas como turística en degradación de los orígenes humildes del lugar, además de la gentrificación de zonas residenciales. Pero solo supone el trasfondo en el que el protagonista se mueve.
Joe Talbot, músico, actor y director que debuta con este largo, se basa levemente en la vida de su mejor amigo Jimmie Fails (que da nombre al protagonista y, que el mismo amigo, interpreta) para hablar de las raíces familiares, de las conexiones interpersonales y amistosas, así como de cortar con estas para enfrentarse a la situación actual.
Como un cuento, sin cuento, The Last Black Man in San Francisco se extiende más de la cuenta en el que, por un momento, pierde el rumbo de la historia para rematarlo con un final a la altura de su arranque. Un acierto más es no retratar el San Francisco de postal, el director huye de capturar las zonas más turísticas llevando la historia a la cara B de la ciudad, e incluso de las zonas urbanas de residentes, retratando a los protagonistas en la parada de bus en una zona descampada.
Con una fotografía preciosa, una interpretación excelente de ambos protagonistas y la sorprendente aparición de Thora Birch en un breve cameo completan este acercamiento al Estados Unidos más europeo.
Proyectada en el Americana Film Fest 2021. Hay un nuevo pase de The Last Black Man in San Francisco el sábado 6 de marzo a las 12:00.