Que el cine de Hollywood nos ha metido en la cabeza, que con esfuerzo todo se puede conseguir, es una realidad. El gran sueño americano en que todos tenemos las mismas oportunidades de triunfar como concepto social de todo puede ir a mejor. Sin embargo, luego hay historias reales que corroboran en cierto sentido esto mismo, después muchas otras tantas en que no.
En Potato Dreams of America (Wes Hurley, 2021) tenemos una mirada benevolente de los Estados Unidos y de este sueño americano. Es el protagonista quien nos cuenta su propia historia personal escribiendo y dirigiendo la película.
Todo comienza con la desintegración de la URSS en 1991, donde una primeriza madre junto a su hijo de unos 9-10 años, al que apodan Potato, ven como se les abre un mundo ante sus narices, el capitalismo, un nuevo canal en el que emiten películas de Estados Unidos, … Finalmente, pueden emigrar a Estados Unidos por uno de esos clásicos sistemas de «Busca esposa Rusa» solicitado por un señor americano. Pronto descubrirán que el hombre que les ha acogido con los brazos abiertos no es tan afable como aparenta. De mientras, Potato ya adolescente, se enfrenta al problema, y la ventaja, de ser un chico exótico en el instituto.
Durante la estancia en Rusia, Potato mantiene una amistosa relación imaginaria con Jesucristo, en eso recuerda a Jojo Rabbit (Taika Waititi, 2019) cuyo protagonista tiene al Führer como guía. Potato Dreams of America es simpática, con momentos divertidos y alocados que cuesta creer, pero como reza el cartel, la vida real es tan extraña como la ficción.
Una historia con final feliz, algo que no siempre puede decir.
Proyectada en el Americana Film Fest 2022. Se podrá ver en Filmin el próximo sábado 26 y domingo 27 de marzo.